La mañana siguiente, después de asistir a la primera clase le envío un mensaje a Sam en lo que llega el profesor siguiente ─: Hey, ¿amaneciste viva?
─Regia ─me contesta enseguida y continúa escribiendo ─, anoche conocí a un chico encantador, mi futuro novio. Se tenía que decir y se dijo.
Le vuelvo a escribir ─ ¿Tú hablando de compromiso?
─Amiga, cuando llega, llega. Oye, ¿qué pasó con tal Evan?, ¿terminaron en la cama?
─En el único lugar donde terminamos fue en McDonald, se me antojó comer algo para bajar la ansiedad.
─Pol dio, Verónica, cierra el pico. Nena, en serio te envidio, yo jamás podría comer tanto sin perder la figura. Eres mi modelo inalcanzable.
Trato de responderle a Sam pero una figura masculina que reconozco se planta frente a mí. Ricardo.
─A ver ─me quita el móvil y lo echa en un canasto junto a otros más ─, nadie puede usar esos aparatos en mi clase.
Mis compañeros gruñen por lo bajo pero con la cara que planta Miller todos dejan de hacerlo, excepto yo.
─Señorita Engel, si tiene problemas con mis reglas de clase puede tomar sus cosas e irse.
Abro la boca para protestar pero su celular empieza a sonar, y por la cara de fastidio que hace deduzco que es Renata. Se excusa con todos y sale del aula para contestar.
─Prédica pero no aplica ─comentan todos.
─ ¿En qué íbamos? ─entra al salón. Hoy está guapo como siempre pero con el defecto de que carga arrogancia y varios costales de mal humor ─, ah si, la señorita Engel iba a decir algo, hágalo rápido que no tengo todo el día.
¿Por qué actúa así? Entiendo que disimule lo que pasa entre nosotros pero de ahí a que exagere me cabrea.
En esta oportunidad me quedo callada, sé que puedo romper todos los códigos éticos que hay entre un alumno y un profesor, aunque ya rompí la mayoría.La clase termina y me quedo esperando estar a solas con Ricardo, quiero hablar con él de su indiferencia, en toda la clase me ignoró e inclusive me dejó con la palabra en la boca cuando quise participar.
─Ricardo, ¿te pasa algo conmigo?
─ ¿Qué me puede pasar? ─sigue guardando sus cosas en el maletín, haciendo de eso la excusa perfecta para no mirarme a la cara.
─Eso quiero saber. Te siento distante, como si no quisieras verme.
─Es que no quiero verte ─dispara ahora sí anclando sus mares en mí.
Mi pecho se aprieta y mi corazón late de forma violenta. Por dentro estoy resquebrajada.
─No cabe duda de que alguien como tú jamás entrará a mi vida, aún peor si me confiesas que te gusto y luego te vas con otro.
Aquella coraza que estaba armando para contraatacar se desvanece, siento que me desarma.
─No me mires así, Verónica, sabes de qué te hablo, anoche te envié la foto que recibí de ti besándose con otro ─mi cabeza duele por tanta información.
─ ¿Qué?
─No te hagas la inocente, ya me enteré de todo, no me lo niegues.
Antes de seguir preguntándole prefiero mirar los mensajes que no alcancé a revisar por la mañana. Efectivamente hay un mensaje suyo, abro el chat y me llevo la sorpresa de que hay una foto mía con Evan en el bar, nos estamos besando, hasta ahí no es mentira, pero ¿quién lo hizo?¿quién pudo tomarnos foto?
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El profesor Miller © (SIN CORREGIR)
RomanceElla no es la típica chica objeto de acoso por parte de su profesor. ¡Eso jamás! Verónica es... la acosadora, la desquiciada, loca y pervertida estudiante sin límites; que a un semestre de graduarse decide arriesgarse a dar una optativa ajena a sus...