Noche buena.
─ ¿Y?
Trago en seco y me limpio las lagrimas.
─Vamos cariño, di algo.
Miro la prueba casera de embarazo que acabo de usar y luego a Ricardo.
─Dio positivo ─musito.
─ ¡Sí! ─salta emocionado y también me carga.
─ ¡Me dejarás caer! ─grito y río a la vez.
─ ¡Me harás papá!, ¡seré papá! ─repite orgulloso y me arrebata la prueba ─. Vaya. Seré papá, no lo puedo creer.
Me muerdo el labio.
Pienso en las siguientes horas cuando nuestras familias sepan.
─No es seguro ─lo desinflo ─, aveces las pruebas se equivocan.
Me lanza una mirada de desaprobación.
─Mañana irémos por una prueba médica ─sentencia ofendido.
─Mañana es navidad, nadie trabaja.
─Entonces irémos después pero de que te harás la prueba, te la harás.
─Soy dueña de mi cuerpo.
─No vengas con ideologías feministas ─gruñe.
─Abortaré.
─Verónica.
─ ¡Deus, es broma! ─carcajeo ─. Oye, también estoy feliz, ¡Yuju, seré mamá!
─Le diremos a los demás durante la cena, ¿te parece?
─No es seguro aún.
─Dijiste que las pruebas caseras eran confiables.
─Dentro de lo posible, también tienen un margen de error.
─Igual daremos la noticia, yo sí sé que soy papá.
─Joder, como quieras.
Tocan la puerta.
─Pasen ─dice él en un tono mas ronco que de costumbre.
─Señor, ya llegó su familia y preguntan por usted ─inquiere Fannie, la nueva empleada que contraté.
─Oh, mierda ─termino de arreglarme, me doy un último retoque de labial carmín y me pongo los tacones de aguja, acto seguido le pido ayuda a mi profesor con la cremallera de mi vestido en licra súper ajustado.
─Iré a darles la bienvenida, no olvides bajar a tiempo ─le advierto.
─Te amo ─me da una suave palmada en el trasero en vista de que abandono la habitación.
Entre el resultado de la prueba y la cena de noche buena con nuestras familias estoy a nada de morir por estrés, nunca creí que crecer y ser mujer fuera tan difícil, no si mi vida se reducía a fiestas, sexo y alcohol.
Respiro profundo y sonrío con tranquilidad inducida.
─Bienvenidos ─digo y, acto seguido alcanzo una copa de champán y justo cuando el fino borde del cristal roza mi boca Ricardo aparece.
─Recuerda que estás embarazada ─me susurra mientras sujeta firmemente mi cintura.
Después de saludar a los invitados, tomarnos fotos y bailar un poco, llega el momento de soltar la sopa.
─Oh, Dios ─siseo y trago saliva.
─Familia ─Ricardo pone su copa de vino en alto, sus padres y los míos son los primeros en fijarse ─, Verónica y yo tenemos una noticia que compartir.
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El profesor Miller © (SIN CORREGIR)
RomanceElla no es la típica chica objeto de acoso por parte de su profesor. ¡Eso jamás! Verónica es... la acosadora, la desquiciada, loca y pervertida estudiante sin límites; que a un semestre de graduarse decide arriesgarse a dar una optativa ajena a sus...