Él quedó unos instantes mirando a la puerta, sin saber exactamente que podría haber echo mal para recibir esa respuesta, y albergando una pequeña esperanza de que ella abriese la puerta de nuevo, aunque no fuese para acabar aquello que habían empezado. Pero aquello no sucedió, apenas se escuchaba ningún ruido proveniente de la habitación, quizás para ella solamente fue un pequeño momento de debilidad, pero realmente no se sentía como él. Quizás estaba equivocado al pensar que sus sentimientos eran correspondidos. Lleno de preguntas, todas ellas sin una respuesta clara, se dirigió a sus aposentos, sin saber que justo en ese preciso momento, Lady Brienne seguía apoyada en su puerta, arrepentida de haberse alejado de los labios del Matarreyes.
La noche pasó muy despacio, Jaime jamás pensó que iba a perder el sueño por una mujer. Pero ahí estaba, tumbado en la cama, intentando encontrar el sentido a todo aquello que recorría su mente. Él sabía que había algo que se le estaba escapando, la electricidad que había entre ambos podría palparse desde el momento en el que sus miradas se cruzan, siendo obvio para todos los demás.
La mañana siguiente indicaba que iba a ser un día largo. Sin apenas haber descansado, debía preparar a las tropas para la inminente reunión con la madre de dragones. Aún cabía la posibilidad de que todo aquello fuese una trampa. Por otro lado, Euron Greyjoy seguía con su empeño de casarse con Cersei, a pesar de sus negativas, por lo que ella buscaba a Jaime constantemente a modo de refugio, pero lo que ella aún no sabía era que la mente, y quizás el corazón, estaban ocupado por otra persona.
El día pasó tan lento como era de esperar, todo el mundo en el castillo tenía una tarea en la que enfocarse, por lo que los pasillos estaban constantemente llenos de gente. Jaime había estado buscando a Lady Brienne de forma disimulada, lo último que necesitaba en aquellos momentos era un conflicto con su hermana, sabiendo que no solamente él saldría afectado. Pero no hubo suerte, no hubo ni rastro de ella por ningún rincón de la Fortaleza.
Su semblante permaneció serio durante la mayor parte del día, todo estaba listo para la reunión del día siguiente, lo que le hacía pensar que se le acababa el tiempo para hablar con Lady Brienne sobre lo que había pasado la noche anterior, pero para ello primero necesitaba localizarla, cosa que aquel día parecía imposible.
Como pareciendo una respuesta a sus pensamientos, su hermano Tyrion y Podrick, escudero de Brienne, se cruzaron en su camino, por lo que decidió aprovechar la situación.
- Hermano, ¿cómo tu por aquí charlando con un escudero? -. Ser Jaime intentó adquirir un tono de burla, pero su intento resultó fallido.
- Eso mismo debería preguntar yo... ¿No deberías estar organizando la reunión de mañana? -. Preguntó Tyrion, sabiendo que había algo más detrás de la pregunta que le había echo su hermano.
- Por suerte está todo zanjado, todos sabemos nuestra función, por lo que ya solamente queda esperar a que llegue el momento -.
- Me alegra oír eso. Supongo que están siendo unos días de locos para todos -. Lord Tyrion intuía lo que le preocupaba a su hermano, por lo que sintió que debía ayudarle. - Por cierto, ya que Lady Brienne es quién dirige al ejército norteño, quizás deberías tener una charla con ella, ya sabes, para discutir estrategias en caso de que fuese necesario -. Dijo Tyrion, esbozando una sonrisa a su hermano, viendo como sus músculos se tensaban solamente con escuchar su nombre.
- Querido hermano, no voy a quitarte la razón en eso, pero tu plan sólo tiene un pequeño fallo -.
- ¿Cuál? -. Tyrion preguntó extrañado.
- Que no se dónde está ella, hoy no ha aparecido en todo el día por aquí, por lo que supongo que habrá salido por la ciudad, lo que implica que tendremos que dejar para otro día el debate sobre estrategias y batallitas -. Bromeaba Ser Jaime, aún con la esperanza de que ellos supieran su paradero.
- Bueno.... -. Balbuceó Podrick - Yo podría deciros dónde está si lo necesitáis.
Ser Jaime abrió los ojos sorprendido, esa era la respuesta que esperaba, pero no pudo evitar sonrojarse ligeramente. Los nervios volvieron a despertarse ligeramente en su estómago, y su mirada expectante hizo que Podrick agachase la cabeza sin saber muy bien como reaccionar.
- Sería de gran ayuda, sí -. Se apresuraba a decir Lord Tyrion, sabiendo que su hermano estaba impaciente por escuchar su paradero.
- Pues la ví hace unos instantes en los jardines, en uno de los rincones más remotos, mirando al mar... Quizás siga allí -. Respondió Podrick.
- Muchas gracias por la ayuda Podrick -.
Ser Jaime se despidió de ambos y se dirigió apresuradamente al lugar dónde le habían indicado. No sabía como enfrentar la situación después de aquel acercamiento, o si ella iba a querer verlo si quiera, pero tenía que arriesgarse, o iba a acabar volviéndose loco. Aunque al final, podría salvar una situación difícil hablando de la batalla que está por venir.
Tras unos minutos de camino, llegó al punto más recóndito del jardín, y allí estaba ella, con su armadura brillando a la luz del sol, un semblante serio, pensativo, con la mirada perdida en el horizonte, y la suave brisa del mar acariciándole la piel.
ESTÁS LEYENDO
Just Fire [Fanfic Jaime y Brienne]
RomanceLa gran guerra era inminente, el enfrentamiento entre vivos y muertos estaba más cerca de lo que nadie pensaba, pero aquello no era lo que ocupa los pensamientos de Ser Jaime. Fanfic sobre Ser Jaime y Lady Brienne.