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El nerviosismo aumentaba en todos los presentes en pozo dragón, se estaban jugando demasiado con aquello, y pese a que sabían que Tyrion haría todo lo que estuviese en su mano, nadie confiaba en que Cersei diese su brazo a torcer, pues sabían que nunca actuaría en contra de su propio beneficio.

Por otro lado, Tyrion de vuelta por los pasillos de la fortaleza con una sonrisa triunfante implantada en el rostro. Su forma de andar dejaba claro que acababa de conseguir una victoria muy importante. Rara vez había conseguido un favor de su hermana, por lo que era un momento digno de saborear. Tan ensimismado avanzaba pensando en su logro que no se percató que su hermano lo miraba con interés apoyado en una de las columnas que adornaban el palacio.

- Esa sonrisa me dice que has conseguido tu propósito, fuese cual fuese -. Tyrion se sobresaltó al escuchar a Jaime, pero su presencia solo hizo que su sonrisa se ampliase aún más.

- Si, así es -. La complicidad que había entre los dos hermanos era innegable, por lo que Tyrion no quiso esconder el motivo de su amplia sonrisa. - Tras hablar con Cersei, he conseguido hacerla entrar en razón. Las huestes de los Lannister viajarán a Invernalia.

Ser Jaime sabía que aquello podría equilibrar la balanza entre los muertos y los vivos, aunque eso no quitaba que estuviese sorprendido tras la afirmativa de su hermana de ceder sus soldados.

- Entonces... ¿ahora que hacemos? -.

- Volvemos a pozo dragón, les comunicamos la buena noticia a todos, marchamos al Norte y derrotamos a los muertos. Más o menos ese sería el plan -. Dijo Tyrion en tono de burla, recibiendo una sonrisa por parte de su hermano.

- No parece un mal plan -. Ser Jaime se acercó a su hermano para despedirse de él con una pequeña palmada en la espalda, pues si eso era así, debía volver al lado de la reina y escoltarla de nuevo.

Comenzó a andar en dirección a los aposentos de la reina, pues suponía que aún se encontraba allí, cuando la voz de su hermano lo detuvo, haciendo que se girase sobre sus talones para volver a quedar de frente a él.

- Cuando estemos en el Norte podrás aprovechar la oportunidad -. Jaime lo miró con indecisión, pues no sabía a que se refería. Se acercó unos pasos a él, pues no era el lugar apropiado para hablar en un tono más elevado de lo normal. No cuando era bien sabido que las paredes allí escuchaban.

- ¿La oportunidad? -. Preguntó. Pero tras ver la mueca que esa pregunta provocó en su hermano, pudo comenzar a deducir de que se trataba aquello.

- Ella estará allí también -. Dijo Tyrion, haciendo evidente que se refería a Lady Brienne. - Y no tendrás a Cersei vigilando cada paso que das.

Sabía que su hermano llevaba razón, no tendría mejor oportunidad que aquella, e incluso puede que fuese la última, pues si no ganaban aquella batalla nada importaría. Por otro lado, quizás Brienne no querría volver a hablar con él de algo que no estuviese relacionado con la batalla, no después de lo que había pasado la noche anterior, pues había traicionado su confianza, y no sabía si había algún modo de volverla a recuperar.

- No creo que ella lo vea así -. Los ojos del Matarreyes se dirigieron al suelo, perdiendo ligeramente el brillo que les caracterizaba, pues cada vez que recordaba el dolor que la había provocado, aunque fuese por proteger su vida, hacía que se volviese a sentir miserable.

- No se lo que pasó en aquella habitación, ni quiero saberlo. Pero lo que si se es que ella, a pesar de haber pasado la noche despierta y llorando, mirando al techo, te sigue mirando del mismo modo que lo hacía, así que no creo que todo esté perdido.

Aquellas palabras fueron un soplo de esperanza para el caballero, pues su hermano era la persona más observadora que conocía, y no solía errar en ese tipo de situaciones. Asintiendo con la cabeza, ambos se despidieron, tomando caminos opuestos.

Mientras caminaba hacia los aposentos de la reina, el caballero divagaba sobre lo que le depararía en Invernalia, sobre como salir ileso de cualquier batalla que allí se le presentase, incluida la que debía librar con Brienne para volver a recuperar su confianza.

La fortaleza permanecía en silencio, los pasillos oscuros solo iluminados por un número reducido de velas indicaba que se encontraban en guerra, pues todos estaban ocupando sus correspondientes lugares. Al acercarse a la puerta tras la cual estaba la reina, se encontró a dos soldados Lannister, los cuales le dejaron pasar sin ningún tipo de impedimento.

Pasó a la habitación sin llamar, encontrándose a Cersei dejando encima de la mesa la copa de vino que acababa de terminar. Su expresión permanecía seria, pensativa, aunque los rayos de sol que pasaban por la ventana tras ella hacían brillar su pelo rubio, haciendola parecer más imponente.

- Alteza -. El caballero hizo una reverencia - Acabo de cruzarme con Tyrion, y me ha comentado que finalmente habéis aceptado su propuesta -. La reina lo miraba fijamente, clavando sus ojos en los de su hermano, como si intentase leer su mente. Finalmente, asintió, haciendo que el caballero se colocase tras ella, a modo de escolta.

De nuevo avanzaban camino a pozo dragón, pero esta vez el nuevo prometido de la reina, Euron, no les acompañaban, algo que no resultó extraño a ninguno de los que la custodiaban. Ni si quiera el propio Lannister fue consciente de ello hasta bien avanzado el camino.

Lord Tyrion se dejó ver por aquellos que le estaban esperando, el gesto que permanecía en su rostro les indicó que era portador de buenas noticias, lo que hizo que se escuchasen algunos suspiros de alivio. Pero no le había dado tiempo a llegar hasta ellos cuando la reina y toda su escolta aparecieron tras él, avanzando hacia sus lugares correspondientes rápidamente, haciendo que el enano prácticamente tuviese que echar a correr para alcanzar su lugar en aquella reunión.

Estando de nuevo cada uno en el lugar que les correspondía, Cersei se puso de pie, mirando a todos con la sensación de superioridad que la caracterizaba. Pasaron unos segundos antes de que ella hablase, pues sabía que esos segundos valían para demostrar al resto que era ella la que estaba al mando.

- He hablado con mi hermano -. Dijo mirando a Tyrion fijamente, mostrando con la mirada el desprecio que le tenía - Y finalmente he concluido que voy a ayudaros, pues es una guerra en la que todos perderemos si no acabamos con los muertos. Enviaré mis huestes al Norte, y cuando acabe la guerra, los soldados volverán al sur a la mayor brevedad posible, pues Desembarco del Rey no se va a defender solo-. Sentenció, con una extraña sonrisa establecida en su rostro.

Just Fire [Fanfic Jaime y Brienne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora