34

391 27 4
                                    

El caballero observó como el salvaje volvía de nuevo al salón mientras meditaba sobre lo que éste le acababa de decir. ¿Y si era cierto que Brienne estaría mejor con ese salvaje? Al fin y al cabo, Cersei nunca dejaría que estuviesen juntos, lo que implicaba que su vida correría peligro mientras ella estuviese viva. Pero solo pensar en separarse de ella, en verla en los brazos de aquel pelirrojo hacía hervir su sangre, se juró a si mismo que lucharía por Brienne, y así haría, aunque para ello tuviese que pasar por encima de su hermana.

Mientras su mente divagaba entre aquellos pensamientos, su cuerpo había iniciado el paso, y cuando quiso darse cuenta, se encontraba frente a la puerta de Brienne. Sabía que ella estaría molesta, por lo que decidió ir a buscar un par de copas y una jarra de vino, al fin y al cabo, supuso que sería mejor aquello a ir con las manos vacías.

Llamó a la puerta tímidamente, como si tuviese miedo de lo que podría encontrarse detrás. Pocos segundos pasaron cuando Brienne abrió la puerta, y se encontró al caballero mirando al suelo, sujetando una jarra de vino con el brazo y con dos copas en su mano buena. Ella se había despojado de sus ropas de combate, llevando solo un pantalón y una camisa oscuros. El fuego en la habitación estaba encendido, por lo que el calor hacia agradable aquella estancia.

- ¿Que quieres? -. Preguntó ella, haciendo que el enfado se dejase ver en cada una de las palabras. Él, apenas levantado los ojos para mirarla a ella, hizo ademán de hablar, pero rápidamente cerro la boca y se encaminó hacia el centro de la habitación. "Quizás así no me eche de aquí tan rápido" pensó el Lannister, pues sabía que las palabras no eran su especialidad, y así podría tener una oportunidad de hablar con ella antes de que le echase de allí.

Dejó el vino y las copas en una mesa de madera, situada en frente al fuego, mientras sentía como ella le seguía con la mirada, atenta, sin perder detalle de lo que él estaba haciendo, pues no entendía el motivo de su inesperada visita.

- Hace mucha calor aquí -. Dijo el caballero, mientra se quitaba un jubón de cuero marrón, dejándolo apartado en una silla.

- Es lo primero que aprendí a llegar al Norte, a mantener siempre el fuego encendido -. Su voz dejaba ver duda. Una duda provocada por no saber con que intención se había presentado allí el Matarreyes.

- ¿Quieres saber que aprendí yo del Norte? -. Preguntó él - Que odio el puto Norte -. Sentenció mientras llenaba ambas copas de vino, acercando una de ellas a Brienne.

- ¿Que haces aquí ? -. Finalmente le preguntó, pues se había cansado de esperar una explicación que parecía no llegar nunca.

- Te he visto hablando con Tormund -. Dijo mientras bebía un largo trago de vino - Parecías feliz con él.

- Es solo un amigo... Bueno, no se si amigo es la palabra adecuada -. No podía decir que estaba sorprendida, porque no era así, no era la primera vez que Jaime sentía celos de aquel salvaje, y aunque en cierto modo la gustaba, lo último que quería era discutir con él.

- No creo que él piense igual -. Se había terminado la copa de vino, y mientras se servía otra intentaba analizar la reacción que ella estaba teniendo ante sus palabras.

- ¿Y tu que piensas? -. Preguntó ella, dejando al Lannister desconcertado, pues no se esperaba aquella pregunta. Se tomó su tiempo para pensar qué decir, respiraba profundamente, y miró al suelo, pues lo que iba a decir no podía hacerlo mirándola a los ojos.

- Creo que él podría hacerte feliz -. Una mueca de dolor cruzó su rostro, pronunciar aquellas palabras le había resultado más difícil de lo que pensaba. Notó como ella se había puesto un poco más tensa, si cabe, y se estaba acercando a él despacio, como si tuviese miedo de su reacción. 

- Mírame a los ojos -. Dijo ella a escasos centímetros de él, exigiendo al Lannister que levantase la mirada del suelo, cosa que éste hizo inmediatamente - Me he jugado la vida varias veces por ti, por estar contigo, ¿realmente crees que quiero que sea él quien me haga feliz?-.

Los ojos de Jaime se clavaron en los de ella, con una intensidad que nunca antes habían tenido, su respiración se aceleró y sin más, la besó. Pero no fue un simple beso, sus latidos parecían fundirse, el bello de sus cuerpo se había erizado, era una sensación tan distinta a lo que sentía cuando besaba a Cersei que parecía su primer beso.

Ninguno parecía querer que aquello terminara, no podían apartar las manos del cuerpo del otro, hasta que el Lannister paró repentinamente, y sin apartar la mirada de ella, comenzó a desabrocharse su camisa, lo que provocó una expresión risueña en ella, pues el echo de solo tener una mano con la que poder hacerlo le estaba provocando bastantes problemas.

- ¡Oh! Aparta -. Y apartándole la mano comenzó a desabrochar cada uno de los nudos que ésta tenía. Él, a su vez, hizo lo mismo con la camisa de ella - ¿Que haces?-.

- Quitándote la camisa -. Pocos segundos después ambos se encontraban mirándose, semidesnudos, más vulnerables de lo que nunca antes habían estado.

- Nunca he dormido con un caballero antes -. Dijo Jaime, pues veía que ella estaba nerviosa, y fue la única forma que pudo pensar de hacerla sentir más cómoda.

- Yo nunca he dormido con nadie antes -. Ante éstas palabras, volvió a besarla. Él sabía que le estaba entregando algo que jamás le había entregado a nadie antes, lo que le hizo desearla aún más, si es que eso era posible.

La cama acogió sus cuerpos desnudos, los cuales ansiaban el contacto. Los nervios de ambos habían desaparecido, y parecía haber electricidad entre ellos. Él, pese a tener experiencia, parecía torpe al principio, pues nada de lo que había echo anteriormente con Cersei podía parecerse a lo que estaba viviendo. Ella, sin embargo, se dejó llevar. Sentirle dentro de ella la estaba haciendo experimentar sensaciones que nunca pensó si quiera que existirían.

Disfrutaron cada segundo de aquella noche, una noche que se iba a quedar guardada en su memoria para siempre. Finalmente, ella se quedó dormida, pero aún así, lo hizo con una expresión de felicidad, de verdadera felicidad.

Jaime, por otro lado, permaneció despierto durante más tiempo, pues verla dormir le daba paz. "Así es como debe sentirse la felicidad", pensaba mientras finalmente caía rendido, abrazando a Brienne.

Just Fire [Fanfic Jaime y Brienne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora