Jaime era arrastrado hacia el interior de la Fortaleza. Los golpes recibidos podrían haberle dañado físicamente, pero en su interior sentía alivio al ver a Brienne alejarse de aquellos muros, sabiendo que estaría a salvo de la ira de su hermana. Por otro lado, sabía que la reina iba a ser implacable, que cuando de celos se trataba su visión del mundo se nublaba, y haría lo que fuera porque Jaime no fuese de nadie más que de ella, lo que hacía que la vida del caballero peligrase también.
En el camino a los aposentos de Cersei, varias ideas fueron rondando su cabeza, buscando la mejor posibilidad de salir de aquel lío y a la vez intentar calmar la rabia que sentía su hermana. Sabía que si admitía su atracción por Lady Brienne, no pararía de buscarla hasta tener su cabeza clavada en una pica, e incluso tras lo ocurrido, admitía tener algo de afecto hacia ella, a pesar de todo lo que habían pasado, el resultado sería el mismo. Por lo que concluyó que posiblemente lo mejor para todos sería mentir. Si la reina pensaba que la única intención del caballero era desflorar a aquella mujer, que se había propuesto mancillar su honor, quizás habría una posibilidad de que ambos saliesen impunes después de todo. Nada era seguro tratándose de Cersei, pero era el único modo.
El caballero se dispuso a entrar en los aposentos de Cersei. Llevaba la cara manchada de sangre, el pelo despeinado, y el cuerpo dolorido. Pero estaba completamente seguro de por dónde iba a llevar la conversación. Esta vez no iba a dejar que ella lo manipulase a su antojo.
Los soldados que lo llevaron hasta allí llamaron a la puerta antes de abrirla y empujar al Lannister dentro de la habitación. Él, a punto de caer al suelo de nuevo, se quedó en mitad del lugar, mirando fijamente a su hermana, con una respiración sorprendentemente calmada, mientras los soldados abandonaban la estancia.
En el momento en el que se quedaron solos, la reina, que estaba en la ventana, con una copa de vino, mirando de forma calmada el horizonte, se giró, mirando fijamente a su hermano. El sol que entraba por la ventana hacía que el dorado de su vestido se viese resplandeciente, haciendo su figura mucho más imponente. Su rostro permanecía inexpresivo, sus labios se mantenían formando una línea recta, pero sus ojos indicaban la furia que corría dentro de ella.
Jaime la mantuvo la mirada, no tenía miedo de su hermana, a pesar de que en su fuero interno sabía que debería tenerlo. Sabía de lo que era capaz.
- ¿Me vas a explicar lo que acabo de ver? -. Demandó la reina, rompiendo el silencio entre ambos. El ambiente notaba tenso, como jamás había estado entre ellos. Incluso soltó su copa de vino, algo que no solía hacer durante ninguna conversación importante.
- Pues creo que algo sin importancia, hermanita -. Ser Jaime intentaba no dar demasiada importancia a aquel asunto, intentando que la respuesta en ella fuese la misma.
- ¿Algo sin importancia? -. Su rostro cambió, mostrando la furia que aquello la provocaba - ¡Vi como te declarabas a esa gigante de Tarth! ¡En serio me estás diciendo que no tiene importancia! - Sus puños estaban apretados, sus músculos se tensaban aún más conforme dejaba salir su ira.
- Si, eso mismo te estoy diciendo -. El tono del caballero seguía tranquilo, sabía que en cuanto perdiese los nervios, ella habría ganado esa batalla. - Porque aquello no fue ninguna declaración de amor, como tu estás pensando. Además, aunque lo hubiese sido, te recuerdo que vas a casarte con ese Greyjoy, así que poco debería importarte lo que yo hago o dejo de hacer.
Aquellas palabras realmente hirieron a la reina. Jaime era suyo, su matrimonio con Euron no era nada más que pura estrategia, y no iba a consentir que nadie más tocase a su hermano del mismo modo que ella lo había echo.
- Ah, ¿no? -. Reprochó la reina - Entonces, si no fue una declaración, ¿qué fue? - Su matrimonio no era lo importante en aquel momento, por lo que obvió contestar aquello.
- Querida hermana, ya sabes que me gusta poner a prueba el honor de aquellos que dicen ser honorables sean cuales sean las circunstancias, y eso era exactamente lo que estaba haciendo.
La expresión de Cersei cambió al instante. Sabía que su hermano podría haber sido capaz antes, pero ahora había cambiado, su mirada la decía que no debía creerle. Aunque la mirada de Jaime siempre había sido su debilidad, por lo que su cuerpo parecía comenzar a relajarse, y la presión de sus puños comenzó a disminuir. Jaime fue consciente de aquello, por lo que siguió hablando.
- Y antes de que me preguntes, has de saber que nunca ha yacido con nadie, por lo que hacerlo ahora con el enemigo creo que sería suficiente como para que todo el mundo se cuestione ese honor del que tanto presume -. Aquellas palabras fueron música para los oídos de Cersei, pues estaba empezando a confirmar que su hermano no estaba enamorado de otra mujer. Pero Jaime, al decir aquello, sintió una punzada en el corazón, sentía que estaba traicionando a la mujer que le había despertado nuevos sentimientos, pero también sabía que debía permanecer fuerte para salvar su vida.
- Sabes que eres mío, querido hermano, y nunca voy a permitir que nadie más te toque -. Una sonrisa de satisfacción se implantó en la cara de la reina.
Jaime asintió, acercándose a ella, pues era la mejor manera de zanjar el asunto, haciéndola ver que nada había cambiado entre ellos dos.
Cuando el caballero la tenía agarrada por la cintura, el rostro de la reina se iluminó aún más. Y no sólo por la luz procedente de la enorme ventana tras ella, si no por que estaba decidida a acabar con el problema de raíz.
- Aún así, sabes que ella si está enamorada de ti, y no voy a permitir que venga a mi casa con la esperanza de tenerte para ella -. Sentenciaba la reina, con una seguridad desbordante. - He mandado a mi guardia personal que continúen buscándola por todo Desembarco, y que me traigan su cabeza en cuanto la encuentren. Pero muchas gracias hermano, ya puedes irte.
La expresión de Ser Jaime se descompuso al escuchar aquellas palabras, pensaba que había conseguido convencer a su hermana, y así salvar a Brienne, pero ahora temía por su vida incluso más que antes. Sabía que Cersei no se iba a dar por vencida hasta conseguir lo que quería, y menos sabiendo que se encontraba escondida en la capital.
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Just Fire [Fanfic Jaime y Brienne]
RomanceLa gran guerra era inminente, el enfrentamiento entre vivos y muertos estaba más cerca de lo que nadie pensaba, pero aquello no era lo que ocupa los pensamientos de Ser Jaime. Fanfic sobre Ser Jaime y Lady Brienne.