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Salió de sus aposentos sigilosamente, sin su armadura para evitar hacer ruido, aunque no olvidó coger la espada, ya que sabía que cualquier cosa podría pasar.

Avanzó por los pasillos lentamente, asegurándose que nadie le veía, pues no podía levantar sospechas. Al llegar al pasillo que conducía a la salida del palacio, pudo observar a un pequeño grupo de soldados, pasando a toda prisa, por lo que no se percataron de su presencia. Permaneció inmóvil durante un instante, esperando por si más soldados apareciesen. Cuando estuvo seguro de que no iba a ser así, continuó con su camino.

Había conseguido salir de palacio sin ser visto. Lo más difícil estaba echo, ya solamente quedaba andar por los jardines hasta llegar al bosque de los dioses, y siendo sólo alumbrado con la luz de la luna, todo sería más sencillo, o eso pensaba él.

Tras pocos minutos de camino a lo largo de los jardines, escuchó ruido a sus espaldas, eran ruidos de armadura. Se quedó totalmente quieto, ¿quién podría haberlo visto?. Lentamente se giró sobre sus talones, y observó al pequeño grupo de soldados que habían pasado previamente por el pasillo por el que él se encontraba. Debieron haberlo visto salir tras su paso por aquel pasillo.

Con la mano en su espada, Ser Jaime les observaba atentamente, eran 4, y él no era tan buen espadachín con su mano izquierda, por lo que debía evitar el combate a toda costa.

- ¿Puedo ayudaros en algo? -. Sabía que la reina habría mandado que lo vigilasen a él, y que seguramente no lo dejarían ir solo al bosque de los dioses.

- La reina nos ha ordenado que lo vigilemos, que no dejemos que vaya solo a ningún lado -. Sabía que ellos solamente cumplían órdenes, pero no iba a dejar que se interpusiesen en su camino, no esa noche.

- Solo quiero tomar un poco el aire. No podía dormir y decidí venir a dar un paseo .- Los soldados no parecían tener intención de moverse de allí, y Ser Jaime se estaba empezando a impacientar.

- Pues lo acompañaremos durante ese paseo, órdenes la  reina -. 

- No lo creo, me veo en la obligación de declinar vuestra oferta, quiero pasear sólo -. Dijo mientras desenvainaba la espada, sabiendo que sería el único modo de llegar solo al bosque de los dioses.

La respuesta de los soldados fue la misma, todos desenvainaron, dispuestos a continuar con lo que el Matarreyes había empezado.

- Marchaos, haced como que no me habéis visto, y viviréis un día más -. Sonrió el Lannister, intentado no mostrar su inseguridad ante el echo de tener que enfrentarse a cuatro personas usando una mano con la que no tenía la destreza necesaria.

Los soldados hicieron caso omiso a lo que él les había dicho. Uno de ellos se acercó, dispuesto a atacarlo, y así lo hizo. Jaime pudo prever con facilidad sus movimientos, por lo que un rápido movimiento de su espada bastó para acabar con él. Ser Jaime se sintió más seguro de sus capacidades, lo que pudo verse en su rostro, que mostraba una sonrisa de superioridad ante aquellos tres soldados asustados.

- Aún tenéis la oportunidad de salir de aquí vivos si dais media vuelta y os marcháis -. Sonrió el Lannister.

Ellos sabían que si tomaban esa decisión, las repercusiones que tendrían por parte de la reina serían mucho peores, podrían incluso acabar con la cabeza en una pica a modo de castigo, por lo que esta vez el ataque el Matarreyes no fue de uno en uno, los tres atacaron al mismo tiempo, haciendo que Jaime perdiese el equilibrio y cayese al suelo.

Sin saber muy bien como, consiguió evitar que una de sus espadas acabase con él, y tras ponerse de pie, vio una oportunidad y pudo acabar con la vida de otro soldado, que se encontraba de espaldas a él. - Bien, ya solo quedan dos - Pensaba Jaime, mientras blandía la espada de forma más ágil de la que él esperaba. Tras varios minutos de lucha constante, uno de los soldados calló al suelo, dando de nuevo la oportunidad al caballero de acabar con una nueva vida.

- La reina se enterará de esto y acabará con vos -. El miedo en la voz del soldado era innegable, sabía que iba a morir, y quería buscar cualquier forma de evitarlo.

- La reina es mi hermana, jamás recibiría más castigo que una simple reprimenda -. Respondió Jaime, aún sabiendo que su hermana era capaz de cualquier cosa.

El miedo del soldado hizo que se mostrase torpe durante la lucha, lo que facilitó a Jaime el trabajo, que acabó con él tras ensartarle la espada en el corazón.

El caballero respiró con alivio, había conseguido librarse de aquellos soldados. Pero Cersei se enteraría de aquello, lo que le dejaba poco tiempo para ir al encuentro de Varys y saber la situación en la que se encontraba Brienne. Tenía que volver a sus aposentos a la mayor brevedad posible, pues sabía que la reina iría allí a pedir explicaciones, y si no lo encontraba donde debía estar, todo se complicaría mucho más, y le sería mucho más difícil poder proteger a Lady Brienne.

Caminó con rapidez a lo largo de los jardines, no se escuchaba nada salvo el mar chocando contra las rocas, lo que tranquilizaba en cierto modo. Aún recordaba lo que había pasado allí esa misma tarde, su cercanía con ella, y su beso interrumpido por su hermana. Todo lo que les había llevado a estar en aquella difícil situación.

Finalmente llegó al bosque de los dioses, pero se encontró solo. Miró por todos lados, buscando alguna señal que le indicase que alguien estaba allí, pero no encontró nada. Su ceño se frunció, no podría esperar mucho tiempo, tenía que volver para controlar la situación en el palacio. Tras unos minutos de espera, decidió salir de allí, enfadado por no haber hablado con nadie que le informase sobre Brienne.

- Igual deberíais esperar un par de minutos más antes de volver -. Una voz tranquila resonó a sus espaldas. El caballero se giró lentamente, aún sabiendo a quién pertenecía aquella voz. Y allí estaba, Varys, con sus brazos cruzados y esbozando una ligera sonrisa.

Just Fire [Fanfic Jaime y Brienne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora