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La entrada principal estaba repleta de guardias, por lo que no era buena opción intentar pasar por ahí. Su hermana había puesto precio a su cabeza, y sabía que aunque fuesen soldados del ejército Lannister no dudarían ni un momento en desenvainar su espada y acabar con su vida. 

Pero había otra posibilidad, otra opción que muy pocos conocían... Una puerta trasera, situada justo al lado de la entrada que la propia reina utilizaba, una entrada que solo se había utilizado en casos de emergencia. Se dirigió hacia allí, ocultándose tras las altas columnas y las grandes esculturas que adornaban los pasillos de aquel lugar. No le resultó difícil llegar hasta allí, pues todos estaban centrados en la batalla y en defender el salón del trono para que nadie pudiese entrar.

Una vez llegó a aquella entrada se sorprendió de no encontrarse con nadie custodiándola. Sabía que muy pocas personas sabían de su existencia, pero su hermana no estaba entre ellas, y no podía ser casualidad que se le hubiese olvidado mandar a alguien a vigilar desde allí también. Algo no encajaba. Cersei no era de las personas que se olvidaban de ese tipo de cosas, ella lo pensaba todo, lo controlaba todo, hasta el más mínimo detalle.

Pero no había tiempo para pensar sobre una posible explicación para aquello, o de si se podría tratar de una trampa. Tenía que actuar antes de que fuese demasiado tarde. Avanzó, y justo por detrás de una de las estatuas, a pocos metros de la entrada que utilizaban los reyes para acceder al salón, había una trampilla pegada a la pared, prácticamente invisible para quienes no sabían que estaba allí. Aquella entrada daba paso a un pasillo largo y estrecho, oscuro, solo iluminado por la poca luz que entraba por la trampilla que acababa de abrir, la cual se cerró instantes después de que pasase a través de ella.

Despacio, con cuidado de no tropezar y caer, el Lannister avanzaba, notando cada vez más cerca el salón del trono, pues las voces de los que allí estaban se escuchaban cada vez más y más cerca. Poco tiempo pasó hasta que finalmente llegó hasta la puerta de salida, situada tras una columna, lo que le permitiría salir sin llamar la atención, o al menos eso esperaba.

Abrió la puerta lentamente, con miedo de ser descubierto antes de lo esperado. Pero no fue así, nadie parecía darse cuenta de su llegada, todos estaban absortos, mirando hacia el centro de aquella habitación, como si el futuro de Poniente se estuviese decidiendo entre aquella paredes, y en cierto modo así era.

Al moverse, siempre oculto entre las sobras que proporcionaban los objetos decorativos de aquella sala pudo ver lo que estaba ocurriendo, y aquello hizo que su sangre se paralizara.

Pudo ver a su hermano, esposado, retenido por dos soldados Lannister al fondo de la habitación, y con una mirada derrotada, abatida, sin esperanza. Justo delante de él pudo ver a Gregor Clegane, la Montaña, con su armadura reluciente, sujetando a Jon Nieve como si de un muñeco se tratase. Y justo en el centro pudo ver a su hermana, con un vestido negro con detalles grises, a juego con su corona, y sujetando un puñal con la empuñadura bañada en oro Lannister y la hoja bañada en sangre. Justo en ese preciso instante Jaime bajó la mirada y alcanzó a ver un cuerpo, que yacía en el suelo, debatiéndose entre la vida y la muerte.

Desde su posición no podía ver de quién se trataba, solo sabía que por su vestimenta se trataba de una mujer, pero a pesar de no poder ver su cara, la presencia de su hermano y del bastardo de los Stark lo dejaba bastante claro.

- Has tardado más de lo esperado, querido hermano -. La voz de Cersei resonó por toda la estancia, haciendo que Jaime retuviese hasta la respiración. "No puede ser posible" era lo único que pensaba, pues nadie le había visto llegar hasta allí, y quién lo había echo ahora estaba muerto...   - ¿O acaso pensabas que podrías andar por el castillo a tus anchas sin que yo me enterase? -. El rostro de la reina mostraba lo superior que se sentía en aquel momento, creyendo tener todo el poder en sus manos, sintiéndose dueña de todo Poniente, sin que nadie fuese capaz de hacerle frente.

Jaime avanzó un par de pasos, saliendo de entre las sombras que había usado para ocultar su presencia allí, aunque no le habían servido de gran ayuda. Ese movimiento le permitió ver el rostro de la persona que yacía en el suelo, y estaba en lo cierto, Cersei había matado a Daenerys con aquella daga, y la había dejado allí, en el suelo, sufriendo hasta que los dioses quisiesen llevársela. Su respiración se notaba cada vez más entrecortada, por lo que no tardaría mucho tiempo en pasar.

- Quería que llegases a tiempo para ver el espectáculo, pero no he podido esperar tanto -. Dijo Cersei, esbozando una sonrisa, sintiéndose victoriosa - Aunque has llegado a tiempo para ver la segunda parte -. Y asintiendo la cabeza, los soldados que sujetaban a Tyrion avanzaron hacia ella, llevando a su hermano arrastras. 

Tyrion permanecía con la cabeza agachada, había perdido toda esperanza, sentía que su vida había llegado a su fin, y que todo por lo que había luchado no había servido para nada.

- No sabes las ganas que tenía de que llegase este momento -. La reina había agarrado a Tyrion por el pelo para hacer que éste la mirase a los ojos - Deberías haber muerto tras aquel juicio por combate, pero hoy no tienes a nadie que pueda salvarte-.

Jaime sabía que Cersei no iba a dudar ni un instante en clavarle la daga a su hermano, y que él sería el siguiente, que todos morirían en aquella habitación, y Brienne... En aquel instante recordó el rostro de ella, la primera mañana que se despertaron juntos con el frío de Invernalia rodeándolos, el momento en el que supo como quería amanecer el resto de sus días. Y sin apenas ser consciente de ello, había avanzado hacia el centro de la habitación con la espada en la mano, apretando la empuñadura con fuerza, y la mirada fija en su hermana.

Ésta asintió ligeramente, lo que fue suficiente para que La Montaña soltase a Jon Nieve, dejándolo en el suelo, sin apenas poder moverse,  y se dirigiese hacia donde se encontraba el Lannister.

- Has tenido mucha suerte de llegar vivo hasta aquí, pero sabes tan bien como yo que ésta vez la suerte no va a ser suficiente -. Y mirando hacia el Clegane terminó - Acaba con él -.

Just Fire [Fanfic Jaime y Brienne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora