Monkeying .vs. Robin (Damian Wayne y tú)

El deseo de una vela

Empacar fue más triste de lo que creí que sería, no sólo por el hecho de que lo hacía para marcharme, sino también, por el hecho de que dejaría atrás a Monkeying por un tiempo... poner los trajes en el fondo de la valija como si no fuera a necesitarlos durante una temporada, fue duro, al punto, en que tuve que armarme de valor para poner el resto de mi ropa encima a toda prisa.

Una parte de mí sentía que estaba renunciando (incluso si era de forma temporal) a ser quien me había vuelto en todo ese tiempo de libertad, y la otra, comprendía que Alfred tenía razón, que yo no era solamente Monkeying; sin embargo, tampoco le gustaba dejarla. Después de todo, mis mayores méritos los había obtenido siendo Monkeying: salvar al mundo, luchas contra la Mujer Maravilla, patrullar junto a Batman... ¿Y qué había hecho como ____ Grayson? Fue difícil darme cuenta de que a pesar de haber vivido dos años fuera de la jaula, todavía no había conseguido hacer nada increíble sin las mallas.

Tras terminar de poner en orden mi maleta, la cerré algo pesarosa antes de bajarla torpemente de la cama con el brazo sano y arrastrarla detrás de mí hasta la puerta, allí me detuve, sin estar segura de la razón, y me volví para contemplar la que había sido mi habitación.

Quizás esté ocupada para cuando regrese, pensé a sabiendas de que era posible que llegara algún otro nuevo integrante al equipo, ojala le guste la vista.

Tras pensar en ello, abrí la puerta dispuesta a cruzarla; pero me frené en seco cuando vi a Gar del otro lado del umbral, estaba transformado en un gato verde que me observaba sentado en medio del pasillo.

-¿Pasa algo?-quise saber.

El gato se levantó perezosamente, antes de comenzar a caminar lentamente por el pasillo, tras unos cuantos pasos, se volvió a verme, como si esperase que lo siguiera.

-Bueno, supongo que eso también es una respuesta-dije mientras me encogía de hombros, y arrastraba mi maleta tras de mí mientras seguía a Gar.

Aquella extraña situación no duró demasiado, Chico Bestia me hizo girar unas cuantas veces por los pasillos antes de llegar a la sala... sentí que se me atascaba el aire en la garganta cuando me paré en el umbral y vi el cartel de "Te vamos a extrañar _____" colgado contra los ventanales, y al equipo sumado a Alfred congregados alrededor de una pequeña mesita con un pastel decorado con los colores de mi traje, y pequeños cañones de confeti que detonaron en cuanto me vieron.

Entonces, aprovechando mi sorpresa, Gar abandonó la forma de gato, y me pasó el brazo por encima de los hombros para arrastrarme dentro de la sala.

-¿En serio creíste que íbamos a dejar que te fueras sin una fiesta?-soltó casi como si me acusara de ello-. Y no te preocupes, esta es sólo un ensayo para la que haremos cuando regreses-agregó mirando las guirnaldas mal colgadas que caían del techo.

No fui capaz de decir nada, sabía que si lo intentaba, iba a llorar en el acto, y ese no era el punto de la fiesta, por lo que me tragué la emoción como pude, antes de abrazar a Gar con el brazo bueno, pronto, Starfire y Jaime se unieron al abrazo, y antes de que nos diéramos cuenta, el resto de los miembros ya habían sido arrastrados a esa maraña de brazos que consiguió hacerme reír como nada lo había logrado desde que habíamos regresado de la misión.

Y mientras reía observando como entre Gar y Jaime forcejeaban con Damian para mantenerlo en el abrazo, me sorprendió el flash de una fotografía.

Todos miramos hacia Alfred, quien sostenía una cámara digital frente a su rostro.

-Hay momentos que es mejor inmortalizar-señaló él con total naturalidad, y sin abandonar la formalidad.

- Eh ¿Señor? ¿Después podría enviarnos la foto?-comentó Chico Bestia mientras se esforzaba por imitar su formalidad.