Desarrollo

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Cuando era una niña, mi tutor de literatura universal (quizás el menos explosivo de los tutores que mi padre trajo a la casa), me explicó que había una frase popular que la gente repetía: "la ignorancia es felicidad". Al principio, me había costado comprenderla, después de todo, por aquellos días, tras el empeño cruel que mi padre le ponía a mi educación, y mi irrefrenable curiosidad hacia lo que existía del otro lado de la cerca, la ignorancia me sonaba a sinónimo de vacío, tenía la idea de que el no saber algo, o ignorarlo, sencillamente me volvía una persona incompleta... de hecho, aunque con menos fuerza, seguí creyendo en esa idea tras salir de la jaula y conocer el mundo.

Pero ahora, tras saber lo qué en verdad era, y darme cuenta de lo mucho que podía herir una verdad... aquella frase había comenzado a sonarme como sabiduría en lugar de habladuría popular.

Eran pasadas las cuatro de la tarde cuando Starfire salió de la enfermería diciéndome que Nightwing necesitaba discutir algo conmigo, internamente no pude evitar apuntar que al parecer, incluso aunque yo no hubiese querido oír la verdad en primer lugar, ésta me habría encontrado. 

Reaccioné lo mejor que pude cuando Dick me lo dijo, e intenté mostrarme fuerte al respecto, después de todo, lo último que necesitaba era que me enviasen de regreso a la mansión para que lo procesara en paz... y sola.

-Necesito que lo pienses a consciencia-me pidió Keena sosteniéndome la mirada, ya no tenía rastros de debilidad en ella-. ¿Tu padre lo mencionó alguna vez? ¿Hacía algo que pareciese extraño?

No pude evitar lanzarle una mirada de "¿Es en serio?" De pronto, me sentí enormemente irritada:

-Hasta donde sé, encerrar a tu hija en una jaula por once años podría considerarse extraño-solté sin poder evitarlo-. Y en cuanto a si alguna vez lo mencionó, nunca lo hizo-me crucé de brazos-. ¿Puedo saber a qué quieres llegar con esa información?

Apenas acabé de pronunciar aquella última pregunta, no pude evitar que un sentimiento de culpa se colase en mi pecho, y es que estaba actuando como una niña caprichosa a la defensiva, cuando se suponía que debía de ser madura... sin embargo, la irritación, continuaba allí, dando vueltas recordándome que tenía doce años, casi trece, se suponía que no era una adulta aún, y que por lo tanto, tenía cierto derecho a desquitarme cuando me tiraban una bomba nuclear encima, y luego me interrogaban sin darme tiempo para sanar las heridas.

-Bueno, necesito saber que hizo tu padre para sellar la naturaleza del Rey Mono en ti-respondió sin darse aludida por mi mal genio-. Tu sello resultó mucho más efectivo que el que se hizo para detener al Rey Mono, después de todo, duró quince años, y sólo se rompió cuando te enfrentaste a él, lo cual querría decir, que si lográsemos replicar lo que sea que hizo tu padre, y mantenemos el nuevo sello del Rey Mono lejos de su otra mitad-me miró con optimismo que desee poder compartir-. Podríamos salvar el futuro, y tu padre parece tener la clave.

Estaba procesando la información lo más rápido que podía dado lo saturada que mi mente estaba, cuando Dick preguntó:

-¿Y qué pasó con ella entonces?

-¿Qué?-Keena frunció levemente el rostro. Parecía tan desconcertada como yo.

-Dijiste que su sello se rompió, ¿Qué pasó entonces?-puntualizó él.

El gesto de Keena se tornó un tanto melancólico, y entonces comprendí que había hecho una pregunta cuya respuesta, quizás hubiera sido mejor no saber. Esa fue tal vez, una de las primeras ocasiones en las que deseé de corazón gritarle a Dick.

-Se volvió inestable-contestó ella con la mirada fija en mí, o tal vez, en lo que sería en un par de años-. Al principio, pasó por periodos donde conseguía controlar esa otra parte; pero poco a poco, esa mitad se fue fortaleciendo, la hacía perder la cordura, se volvía violenta-estoy segura que debió de notar la expresión en mi rostro, ya que de inmediato agregó:-. Nunca heriste a nadie, sólo destrozaste cosas, cuando sentías que perdías el control, siempre te encerrabas para proteger a quienes tenías a tu alrededor. Finalmente, le pediste a mi abuelo que arreglara tu internación en Arkaham. No volví a verte luego de eso.

Monkeying .vs. Robin (Damian Wayne y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora