Monkeying .vs. Robin (Damian Wayne y tú)

Tormentosa verdad

-O sea que esa belleza es hija de...-pronunció Gar lanzando una mirada de incredulidad hacia Damian-. Quién lo diría...

-El futuro está lleno de posibilidades para todos-sumó Jaime dándole una palmada en el hombro-. Ahora sí que lo creo.

Le lancé una mirada de advertencia a Jaime antes de volver a centrarme en Damian, estaba sentado en un sillón apartado de la habitación desde que Keena había pedido hablar con Nightwing y Starfire, en un claro intento por dejarnos a todos los demás al margen. Hasta cierto punto era comprensible que lo hiciera, después de todo, el que un grupo considerablemente numeroso de personas conociese el futuro, podía disminuir radicalmente las probabilidades de cambiarlo de manera justa y correcta... no obstante, una parte de mí, una que no podía dejar de recordar como si fuese una especie de eco las palabras de Keena "vine a evitar que mueran", estaba completamente disconforme con permanecer allí, tranquila y a la espera de que Starfire y Nightwing tomasen decisiones que afectarían directamente mi futuro. Y esa porción de mí, era encendida a fuego lento por el extraño presentimiento de que estaba instalado en mi pecho desde que vi a Keena por primera vez.

Quizás por eso continuaba observando a Damian, en el fondo, estaba segura de que él debía de estar sintiendo lo mismo... y aunque no podía decir que conocía al Damian que Keena recordaba, podía decir que conocía al actual lo suficiente como para predecir que no podría quedarse de brazos cruzados mientras el futuro de la humanidad se debatía a unas habitaciones de distancia.

Y entonces, vi lo que buscaba, fue un movimiento sutil y rápido, pero que reconocí. No necesitaba más pruebas para saber que Damian estaba oyendo toda la conversación, y que acababa de acomodar el volumen de los micrófonos a través de su intercomunicador. Discretamente, me escabullí de la conversación entre Jaime y Gar que había tomado el inesperado rumbo de si ellos seguirían siendo Titanes o no en aquel futuro que parecía lejano; caminé a paso resuelto hacia Robin, y me senté a su lado, extendiendo una mano con la palma arriba.

Él me miró arqueando una ceja, casi exigiéndome una explicación para mi interrupción.

-También es mi futuro-dije en voz baja, para evitar que los demás me oyeran.

Nuestras miradas se encontraron unos segundos, se enfrentaron primero y luego, creí percibir cierta satisfacción en sus ojos, antes de que soltara:

-Voy a conectar tu intercomunicador a la red. No toques nada.

Asentí con la cabeza.

Unos cuantos algoritmos sencillos más tarde, ya estaba conectada a la red y oyendo lo que acontecía dos habitaciones más allá.

-Ya les dije, no conozco la identidad del Rey Mono en este tiempo-replicó Keena algo frustrada-. De hecho, hasta donde sé, ni los Titanes, ni ningún otro héroe se enfrentó a él hasta que...-hubo un silencio casi plausible, que detonó cierta ansiedad en mi interior.

-¿Hasta que qué?-preguntó Starfire, su voz sonaba solemne.

-Hasta que vino a buscar lo que necesitaba para gobernar al mundo, por primera vez-sonaba algo preocupada-. Entonces, sólo murieron algunos, y finalmente, pudieron sellar al Rey Mono en un tipo de piedra que llamamos Painita.

La sola mención de la painita consiguió revolverme el estómago...

-Dijiste por primera vez-apuntó Nightwing-. Y dado que esa vez lo derrotamos, dudo que haya sido la única vez donde apareció.

-Exacto. Todos supusieron que el sello lo mantendría encerrado por la eternidad, pero eso no pasó, el sello era demasiado débil, por lo que, quince años en el futuro se rompió... el Rey Mono escapó silencioso de la bóveda de esta torre que se diseñó especialmente para proteger la painita. Y fue a... fue a Gotham...-su voz temblaba.