Conexiones

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Torre de los Jóvenes Titanes, 17:21 p.m.

-Creo que me odia-soltó Gar con desanimo dejándose caer en el sofá frente a nosotros.

Hacia menos de una hora que lo había relevado como compañero de videojuegos de Jaime, justo cuando Terra había aparecido en la sala anunciando vagamente que se iría por ahí un rato. Al parecer, su plan de acompañarla no había tenido el resultado que esperaba.

-Amigo, te lo dije, la simpatía de esa chica es igual a la del mocoso-resaltó Jaime en tono de "te lo dije" sin apartar la vista de la pantalla-. A este equipo todo lo que le queda de carisma somos tú y yo.

-Ey ¿Y yo qué? -me quejé mientras me esforzaba por seguirle el ritmo en el juego, lo cual, era inhumanamente imposible, o cuando menos, no sin unos buenos años de consola encima, yo aún necesitaba mirar los botones para recordar dónde estaba cada uno, al tiempo que Jaime los presionaba a ciegas y con una confianza absoluta sumando combos mortales.

-Tú eres el factor ternura, enana-me aclaró antes de que su personaje le aplicara una llave al mío que lo dejó fuera de combate-. ¡Sí! Yo... lo siento, ¿Quieres la revancha?

Negué con la cabeza.

-No gracias, dos golpes bajos el mismo día son más que suficiente para mí-miré a Gar-. ¿Podrías reemplazarme?

-No sé si estoy de humor para jugar ahora...-se quejó éste.

Busqué la mirada de Jaime quien se encogió de hombros para luego empezar una partida individual, al parecer, prefería no interferir en la vida amorosa de Gar, tal vez, esa era una opción sabia; pero vamos, ¿Cuándo iba a tener la oportunidad de hacer de consejera amorosa sino aprovechaba la oportunidad? No mucha gente estaba dispuesta a escuchar a alguien cuya experiencia romántica se basaba en libros y novelas... de hecho, hasta dudaba que Gar fuera a tomar mis palabras en serio; pero ¿Qué perdía con intentarlo?

Me levanté de mi sitio y avancé hasta que me dejé caer junto al chico verde en el sofá.

-¿Sabes? No creo que te odie-empecé a decir-. Sólo creo que se está tomando su tiempo para adaptarse... todos los que estamos en los Titanes teníamos una vida antes de llegar aquí. Algunas más duras que otras-le dediqué una sonrisa de aliento-. Quizás con el tiempo, ella decida abrirse y decirnos qué hay en su pasado, o bueno, decida avanzar y dejarlo como está. Eso es algo que sólo ella puede elegir, y mientras lo hace, nosotros no podemos darnos por vencidos con ella. Nos necesita, incluso aunque todavía no lo sepa.

Pasaron unos segundos sin que nadie dijese nada en absoluto, y en los que todo lo que se oía eran los sonidos provenientes del videojuego que Jaime jugaba con maestría.

-¿Tú en serio lo crees?- vaciló Gar, existía esperanza en su voz.

-No sólo lo creo. Estoy segura de ello-le sonreí con confianza.

-No deberías darle esperanzas-intervino Jaime mirándonos de soslayo-. No hay nada que nos aseguré que ella va a adaptarse y vamos a ser el equipo perfecto. Sólo tienes que mirar al mocoso.

-El hecho de que haya venido en busca de ayuda para controlar sus poderes, creo que ya dice mucho a su favor-aclaré-. Y en cuanto a Damian, él ha cambiado mucho desde que lo conozco, y aunque no puedo decir que ya está acostumbrado a trabajar en equipo, ya lo está manejando mejor que al principio, deberías darle el crédito por eso.

-No podría dárselo. El crédito deberías llevártelo tú-Jaime pausó el juego, y me miró-. Todos los avances del chico tienen que ver contigo y el hecho de que estés a su alrededor interviniendo a su favor. Sin ti, probablemente, él seguiría siendo el mismo mocoso con actitud repugnante que hace un mes.

Monkeying .vs. Robin (Damian Wayne y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora