Capítulo 1

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— No es suficiente— dijo un gran y tonificado alfa mientras le daba una calada a su cigarrillo — quizás un dedo más ¿o podría ser la mano? — preguntó de forma calmada con su voz aterciopelada que provocaba escalofríos.

Un hombre que en esos momentos estaba amordazo y amarrado lloraba de forma desesperada mientras negaba con la cabeza, escapando de su garganta un doloroso sollozo mientras con gestos intentaba implorar algo de piedad a aquellos dos implacables, pero a cambio sólo recibió sonrisas burlescas.

— Recuerda bastardo — el alfa lo tomó con fuerza del cabello — nadie juega con La Hydra — de esa forma el rubio alfa le arrancó un dedo, el hombre chilló mientras la sangre seguía cayendo por sus manos. Miraba horrorizado como ya no quedaban dedos en sus manos, lloró con aún más fuerza, mientras desprendía un fuerte olor a miedo, el dolor era desesperante y sentía que se estaba muriendo, nunca debió meterse con La Hydra, lamentablemente lo había entendido muy tarde.

Un disparó se escuchó, a continuación, un poderoso olor a pólvora se sintió con fuerza en el ambiente.

— Erik ¿Qué mierda? se supone que lo teníamos que dejar vivo.

— Me aburrí de sus gimoteos y su olor me tenía asqueado. Steve, de todas formas, estos bastardos entenderán el mensaje — dijo tranquilo, mientras le daba algunos disparos más al inerte cuerpo, pateando alguno de los dedos que adornaban el suelo.

Tranquilamente los dos alfas abandonaron el lugar, subiéndose a un elegante automóvil negro de vidrios polarizados, Erik sacó su móvil mientras se fumaba un cigarrillo, haciendo que Steve frunciera el ceño y le indicara que lo apagara, logrando sólo un par de risas por parte de su hermano.

— Por hoy hemos acabado — suspiro Erik aliviado — mañana tenemos que tratar con un pez gordo, Howard Stark — terminó de explicar dándole una mirada socarrona a Steve, quien sólo lo miró de forma fulminante, para finalmente arrancarle el cigarrillo apagándolo a sólo escasos centímetros de su cara, para luego dar un fuerte gruñido molesto. Erik sólo rodó los ojos divertido, dando una ronca carcajada.

Se dedicaron a conversar algunos asuntos, esa noche tenían fiesta en el casino, como herederos de La Hydra tenían que ir, de seguro habría clientes importantes. Steve odiaba esos lugares y esas estúpidas reuniones, realmente no le divertía para nada tener que tratar con aquellos idiotas alfas, su hermano tampoco lo disfrutaba, aunque no negaba que le gustaba ver bailar a un par de bonitos omegas.

Se bajaron con parsimonia, siendo recibidos con un amplio contingente de guardias y sirvientes quienes custodiaban y trabajaban en la enorme mansión. Los alfas los saludaron con un movimiento de cabeza, haciendo resonar sus lustrosos zapatos en la escalera de piedra que los llevaba hasta un elegante recibidor.

— Eres un maldito omega inservible, acabas de asesinar a un miembro de La Camorra— se escuchó un fuerte golpe y de inmediato los alfas apuraron el paso dando un fuerte suspiro.

— Padre — susurró Erik con una voz gélida, frente a él se encontraba Wolfgang von Strucker, zarandeando a su hijo a quien en esos momentos le corría sangre de la nariz.

— Erik llévate a la aberración de tu hijo antes de que le de un tiro — Peter lo miró de forma burlesca mientras soltaba un fuerte gruñido haciendo relucir sus colmillos. Erik rápidamente apuró el paso, poniéndose delante de su hijo, Steve por su lado, jaló a Peter del lugar mientras lo comenzaba a arrastrar por el corredor.

— Hablaré con él, mis disculpas padre — finalizó Erik haciendo une leve reverencia.

— Controla a ese omega y búscale un marido, mira que acaba de asesinar a uno de sus pretendientes — finalizó Strucker mientras se alejaba del lugar, haciendo repicar su bastón.

La Hydra (Slash Omegaverse Marvel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora