Capítulo 5

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Charles se limpió el rostro con furia, se secó las malditas lágrimas hasta que las mejillas le ardieron por el roce. Dio un suspiro y se levantó de la cama, sintiendo como su cuerpo dolía, especialmente sus costillas y sus caderas se mostraban excesivamente afectadas, apretó los dientes con furia, no quería llorar, dejó de morder cuando el sabor metálico de la sangre se hizo presente.

Agradeció encontrar algo de ropa, se la puso, se mojó la cara en el baño y se arregló el cabello, se quedó mirando al espejo, estaba seguro de que muy pocas veces se había visto así de deplorable, sin embargo, en su cara se dibujó una sonrisa torcida, incluso una pequeña risa se escapó de sus labios, quizás se estaba volviendo loco, pero en esos momentos estaba dispuesto a todo.

No podía creer que su puerta estuviera sin seguro o llave, aunque seguramente la mansión estaría llena de guardias, pero tenía que buscar la forma de escapar o se volvería loco. Giró el pomo con decisión, sintiendo como su corazón latía con fuerza, soltó el aire de golpe al notar que el pasillo se encontraba vacío, quizás era su día de suerte.

Avanzó algunos pasos, sentía fuego en las costillas, respirar era una dolorosa tortura. Estaba jadeando, se sentía débil, estaba mareado y sentía un doloroso frío por todo el cuerpo, sin darse cuenta ya estaba temblando mientras su vista se nublaba.

Sin pensarlo entró en la primera puerta que notó, necesitaba descansar y reunir fuerzas para seguir con su escape.

— ¿Charles? — dio un salto al escuchar su nombre, la voz se le hacía conocida pero no recordaba bien de quien, pero al girarse no podía creer quien estaba frente a sus ojos.

— ¿Tony? — preguntó algo inseguro, pero no alcanzó a escuchar la respuesta cuando cayó sentado en el piso, estaba realmente débil, escuchó el grito de su viejo amigo.

Stark corrió en su ayuda, su cabeza estaba llena de preguntas, no sabía por dónde empezar, hace cerca de quince años, cuando él tenía solo diez, le habían dicho que Charles Xavier, un muy buen amigo, había muerto, recordaba cómo lloró por meses su pérdida.

Sentía como sus lágrimas caían, no podía creer que él estuviera vivo, frente a él, tenía tantas preguntas, tenía tanto miedo.

Steve sintió como la sangre saliente manchaba sus nudillos, no pudo evitar hacer una mueca de asco y sin avisó soltó un nuevo golpe, sintió como el hueso se trituraba bajo sus manos, soltó una risita mientras escuchaba un sollozo, pero a él realmente no le importaba, él debía pagar, él se había metido con La Hydra.

Se alejó unos pasos, miró el desastroso cuerpo que yacía amarrado a una silla, él hombre no moriría, pero seguramente tendría secuelas, su cara nunca volvería a ser la misma.

Le agradeció al omega que le extendió una cerveza, Kurt sólo se sonrojó, Steve era como un tío para él, pero no podía evitar mirar al hombre con otros ojos, pues era realmente guapo, amaba como la camisa se ceñía sus pectorales marcados, tuvo que reprimir un gemido, sus feromonas en cualquier momento lo dejarían en evidencia.

Pero salió de sus promiscuos pensamientos cuando un fuerte crujido se escuchó, sintió algo de pena por el pobre tipo, Steve le estaba quebrando dedo por dedo, sin embargo, su llanto se agudizó cuando una de sus piernas fue torcida de una forma grotesca.

Pese a estar acostumbrado no pudo evitar dar un salto cuando la lengua de aquel alfa había sido arrancada, las manos y brazos de su jefe se llenaron de sangre, Steve le roció lo que quedaba de cerveza en aquella sangrante boca.

— Espero te encuentren pronto, si tienes suerte no morirás —explicó tranquilamente — dilo más lento, que no te entiendo — respondió de forma burlesca ante los inentendibles balbuceos.

La Hydra (Slash Omegaverse Marvel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora