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Julio se acercaba, el frío se hacía más presente, las lluvias no paraban, para Aleks, los días nublados eran unas de sus cosas favoritas, en los días grises solía encontrarse con el mismo, le hacía pensar que no era el único ser con aquella tristeza, que también estos días reflejaban la tristeza de los demás, a veces se preguntaba si tanta tristeza algún día le traería felicidad, pero

<<¿Cómo algo tan malo podría traer algo tan bueno?>>  Pensó.

Estaba cansado de vivir aislándose del resto, cansado de entristecerse por sus recuerdos, quería cambiar y no lo hacía, porque su negatividad se hacía presente y la esperanza desaparecía.

Llevaba dos semanas trabajando en aquel bar, seguía sospechando que sucedía en aquella bodega. En éste corto tiempo mejoró la relación con sus compañeros, incluso éstos lo incluyeron a un grupo de chat que tenían, también su relación mejoró bastante con Sammy, tenían buena comunicación, no discutían, hasta salían de vez en cuando, trabajar en ese bar, sí que le traía distracción, era en el único lugar en el que se sentía bien, porque cuando estaba en su piso, volvía a sentirse vacío. Hoy era un día de esos, estaba mirando nostálgico el cielo desde la ventana de su habitación, el café que tenía en su mano se le enfriaba y no lo notaba. Pensaba en una vida mejor, pensó hasta en marcharse de aquella ciudad y comenzar desde cero.

Aburrido de mirar desde la ventana, decidió que saldría a tomar aire fresco. Se levantó para ir a vestirse, porque cuando estaba en su piso, su ropa habitual consistía en ropa interior, no le interesaba en absoluto vestirse.

Una vez vestido, cogió su móvil, llaves, pero antes de salir, miró hacia su clóset y pensó en llevar su cámara, hacía tanto tiempo que no salía hacer fotografías que, retrocedió y fue por ella, volvería a recuperar las facetas que había dejado en el olvido, volvería hacer aquellas cosas que amaba, tal vez no sería lo mismo, pero recuperaría las cosas que en algún momento lo hacían feliz, sólo que esta vez ella no estaría dentro de ello.

Salió del edificio lo más rápido posible, miró como las personas caminaban, su piso quedaba situado casi en el centro de la ciudad, así que estaba acostumbrado al ruido de los autos, también a ver a muchas personas, dejó de mirar para empezar a caminar, iría hacia aquel cerro alejado de todo, le gustaba tomar fotografías desde allí o en aquel bosque que había, según él, es donde mejor se capturaban las buenas fotografías.

Su sueño siempre fue ser fotógrafo profesional, pero no tenía el dinero para poder pagar la universidad y tampoco acudiría a su familia, cuando éstos se enteraron que le gustaba y quería dedicarse a eso, le dieron la espalda, le dijeron que tendría que estudiar finanzas o algo relacionado a ello, para así ayudar en la empresa que tenían, Aleks decidió independizarse después de aquello, al principio tenía dos empleos, para así poder pagar la renta y poder pagar las facturas de la universidad. Sin embargo tuvo que dejar de estudiar, debido que estaba agotado mentalmente y su cuerpo no daba para más.

Cuando llegó aquel cerro, estaba un poco cansado, hacía tiempo que no caminaba bastante, su actividad física se anduvo deteriorando, no salía sino para trabajar o para hacer las compras, pero ya ni las compras hacia, porque se alimentaba de comida chatarra o comida china, él era un buen cocinero, pero ya no tenía ánimos para cocinar, por lo que optaba siempre por comprar la comida y la calentaba una vez en su piso. Cuando llegó a lo alto del cerro, se detuvo a observar la ciudad, era una maravillosa vista, así que no esperó más y sacó su cámara.

Había pasado casi todo el día allí, no tenía mucho que hacer, le faltaban un par de horas para entrar a trabajar, pero de repente su estómago comenzó a reclamarle que tenía hambre, por lo que tuvo que abandonar el sitio en el que se encontraba y emprendió rumbo a un McDonald's que no estaba tan lejos como aquel restaurant de comida china que frecuentaba.

Andronico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora