15

15 5 1
                                    

Después de aquel beso, las cosas comenzaron a cambiar para los dos, Aleks estuvo distante con ella, la evitaba cada vez que podía, necesitaba seguir como si nada hubiese pasado, pero le era imposible, en cambio ella no podía quitarse de la cabeza aquel beso, sentía que no era correcto lo que había hecho, para ella primero estaba la amistad, no podía ver a un amigo cómo algo más.

En los descansos ambos se observaban desde lejos, pero ninguno era capaz de acercarse y hablar, Vahi en clases sentía la mirada tan penetrante de él que, no aguantó más, se levantó de su asiento, cogió sus cosas y se marchó de aquel laboratorio, tampoco se percató de que él la había seguido sigilosamente. Caminaba rápidamente al baño de chicas, le había enviado un mensaje a su mejor amiga de que le vería allí, necesitaba desahogarse, no le había dicho ninguna palabra de lo que sucedió en aquel baile, cuando llegó al baño, sólo se paseaba como león enjaulado hasta que llegó su mejor amiga.

—¿Qué sucede Vahi? —se acercó con rapidez a ella.

—No puedo con todo esto, necesito desahogarme —cerró sus ojos y suspiró profundamente.

—Házlo, sabes que aquí estaré —le acarició el brazo.

—Bien... Pues sucedieron muchas cosas en el baile de la otra vez, una de ellas fue que lo hice con Egan, pero el muy idiota me dejó para irse a buscar a otra, luego me encontré con Aleks, bailamos, incluso él se peleó con Egan, pero al finalizar la noche me besó y después de ese beso me ha ignorado —dijo apenada.

—¡¿TE ACOSTASTE CON EGAN Y LUEGO BESASTE ALEKS?! —gritó por la impresión.

—¡Cierra la boca Muna! —le dijo lo más bajo posible.

No quería que nadie escuchará lo sucedido, pero era demasiado tarde, Aleks escuchó todo, escuchó aquella confesión, no podía creer que ella se había acostado con aquel chico, se contuvo lo que más pudo y se marchó de los pasillos, mientras que Vahi seguía conversando con su mejor amiga.

—No entiendo Vahi, en realidad no te entiendo a ti.

—¿A qué te refieres? —ladeó su cabeza.

—Dices que sólo quieres una amistad con Aleks, pero aún así lo único que haces es pensar en el beso que te dio, te conozco tan bien que apostaría a que él te confunde.

—Claro que no ¿Cómo podría confundirme él? A mí me interesaba Egan, pero simplemente no me correspondió.

—A mí no me hace ningún daño, el daño te lo haces tú misma al no reconocerlo, pero sólo espero que no te consuma.

Vahi rodó los ojos y bufó, se convencía de que no era como Muna decía, pensaba que sólo era algo momentáneo y que con los días desaparecería de su mente. Salió de los baños con un poco de prisa, tenía que volver a clases, aquella clase que compartía con él, llegó rápidamente al laboratorio y cuando entró no lo vio, así que se sentó en su respectivo puesto.

Las clase había acabado, Vahi se encontraba guardando sus libros, era una de las últimas, no se percató de que quedaba ella junto con aquel chico en el laboratorio, antes de avanzar hasta la salida, él la jaló del brazo y la acorraló rápidamente contra el pizarrón, el corazón de ella latía rápidamente, su pecho subía y bajaba, lo miraba fijamente a los ojos, sus labios estaban entreabiertos, esperaba alguna respuesta de porqué había hecho todo esto, pero su única respuesta fue un beso, un beso desesperado, la tomó entre sus brazos y la colocó encima del escritorio, la besó desde el cuello hasta llegar a su pecho, Vahi sólo jadeaba y no lo detuvo, quería más de él, era algo inefable, de pronto Aleks se separó de ella y cuando iba hablar, comenzó a desvanecerse.

Todo había sido un sueño, Vahi se había quedado dormida en clases y lo supo porque la profesora le estaba llamando la atención.

—¿Señorita Merchán? —la volvió a llamar.

Andronico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora