Epílogo

39 5 5
                                    


Un año después.

“Recuerdo perfectamente la noche en que asumí mis sentimientos hacia ti, la noche en que nos besamos por primera vez, bajo la lluvia, fuiste mi primer beso, mi primera vez en todo, incluso fuiste el primero y el único en romperme el corazón de la manera más dolorosa, aún así te seguí amando y me odié por eso. Sabes, ya no quiero volver a sentirme como aquel día, en que di la media vuelta y me dejaste ir sin arreglar todo lo que estábamos rompiendo, cuando simplemente nos despedimos sintiendo que habíamos hecho las cosas terriblemente mal al querer estar juntos. No quiero sentirme como aquella tarde caminando lejos de ti y tú cruzándote en mi mente. Siempre deseé que aquella tarde en lugar de dejarme ir, hubieras corrido detrás de mí y me hubieras dicho que me querías, pero no lo hiciste y nunca lo harás.

Todos me decían: “Ya déjalo, no vale la pena” jamás lo comprendí, hasta ahora. Te amé incluso cuando yo tenía miles de problemas y tú sufrías, ahí estaba yo contigo, siempre lo estuve, en los malos días, en donde hasta tú mismo te odiabas o incluso en esos donde tu única solución era pensar en todo lo malo y sumergirte en ello. Yo te amaba, te lo demostré, me arriesgué por ti, me alejé de personas importantes para mí sólo por ti y no lo valiste, jamás lo hiciste, pero no me arrepiento de conocerte, no lo haría ¿Sabes por qué? Porque a pesar de todo me enseñaste lo maravilloso que es amar, le diste luz a mi vida, me hiciste pensar en que yo era suficiente para cualquier cosa o persona, pero aún así me lo arrebataste cuando me rompiste el corazón sin importarte nada.

Y lo entendí, me dejaste ir, aún cuando seguía intentándolo y estando para ti incondicionalmente, me dejaste ir sabiendo lo mucho que te amaba y necesitaba, me dejaste ir en el peor momento, también entendí que ya no me necesitabas y ni me querías en tu vida, porque cuando alguien te ama siempre busca la manera regresar a ti, lo comprobé porque eso era lo que te hacía a ti. Elegiste como seguir tu vida, sin mí obviamente y es por eso que es momento de hacer la mía, aún tenía mucho para dar pero ¿Qué harías tú con eso? No tienes ni idea de cuántas veces me fallé  a mí misma porque no quería fallarte a ti y no te imaginas todo lo que me he culpado por ello, no valoraste todo el amor, cariño e interés que te entregué incluso sin esperar algo a cambio. Te amé tanto que me perdí, perdí mi orgullo, felicidad y amor propio con tal de no perder lo que sea que teníamos, pero terminé perdiéndolo todo. No sé si alguien pueda llegar a entregarte un poco de lo que yo te entregué, porque amor como el mío, jamás encontrarás. Y tampoco sé si llegaré amar a alguien como lo hice contigo, porque supongo que siempre serás tú, aunque estábamos destinados a ser pasajeros en nuestras vidas.

Estoy cansada de esta situación, a veces me pregunto si no tienes sentimientos o que realmente no te come la conciencia el remordimiento al hacerle creer a una persona que de verdad te importa  y que le amas, cuando no es así, quizás tú no buscas algo serio y yo solamente confundo las cosas, porque yo sí te amo y te lo digo de corazón. Espero que algún día encuentres de verdad a una persona que ames y se lo demuestres, porque yo sé que en el fondo de tu corazón escondes mucho amor.”

Él había vuelto a releer aquella carta, no había día, ni noche en que leyera en todo el año la carta que Samara le había dejado, todo había cambiado, él estaba cambiado, había sanado finalmente, era un hombre nuevo, sin inseguridades, sin ser arisco en el amor, esperaba que algún día la volviera a encontrar, era lo que más esperó en todo el año que pasó. Aleks se había mudado, se fue en busca de aquella mujer que le quitaba el sueño en las noches, aquella mujer por la que decidió cambiar, después de meses de súplicas, Dry le había dicho dónde se había ido Samara y antes de irse se cercioró de que una persona en especial estuviese bien, esa persona era Vahi, ella también había sanado, había vuelto con Izan, su corazón ahora sólo era de él, Aleks estaba feliz por ella, sólo esperaba de corazón que nunca volviera atrás y siguiera feliz con lo que había decidido.

Andronico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora