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Después de esa noche inolvidable que tuvo con aquella pelirroja, su relación mejoró bastante. Se habían hecho buenos amigos, incluso Aleks trataba de ser agradable con ella, pero habían ocasiones en que ella lo sacaba de sus casillas y volvía a ser ese chico desagradable. Por otra parte Vahi, seguía empecinada por buscarlo, tanto que subió al ático de su casa y comenzó a buscar entre el desorden una caja que pensó que no volvería abrir.

Tardó bastante tiempo en encontrarla, estaba nerviosa, esa caja tenía cosas importantes como fotografías con él, cartas que le escribió, incluso aquel collar que le había obsequiado, pero ahora sólo andaba buscando una agenda que tenía algunos contactos, eran contactos de los amigos que tenían en común.

Buscaba el contacto de Catriel, quería hablar con él acerca de su mejor amigo o que le diera el número actual de su móvil. Cuando encontró el número de él, se preguntaba si seguiría conservando su número, también pensó en que si Catriel la odiaba luego de su ruptura con su mejor amigo, tampoco es que pudiese ir y llamar como si nada, después de todo habían pasado dos años, pero nada perdía con intentar, así que marcó.

¿Diga? —preguntó somnoliento.

—¿Catriel?

Eh, sí ¿Con quién hablo? —preguntó sin entender.

—Catriel, soy yo... Vahi —respondió nerviosa.

¿Vahi Merchán? —contestó asombrado.

—La misma.

Madre mía... —susurró —¿Y a qué se debe esta llamada?

—Necesito hablar contigo ¿Puedes quedar hoy?

Sí, claro.

—¿Quedamos en la cafetería que frecuentábamos?

Vale ¿Te parece a las cinco?

—Esta bien.

Bueno, adiós.

Luego de finalizar la llamada, se sintió aliviada, al menos sabía que Catriel no la odiaba y que podría obtener información sobre el paradero de Aleks.

Ya ni ella se entendía, decía que no le importaba aquel chico y que no iba a dejar que le afectará, pero por otra parte aún seguía buscándolo. Si su amiga se enterará de lo que estaba tramando, podía considerarse muerta, Muna le había regañado muchas veces en el pasado por lo mismo, ella no quería ver mal de nuevo a su mejor amiga, porque sabía lo mal que lo había pasado y no quería que se volviese a repetir la misma historia.

A veces pensaba que fue una estupidez haber dejado de lado aquellas amistades que tenía en común con él. Ellos no tenían la culpa de su ruptura y Vahi lo comprendió hasta ahora.

Estaba muy ansiosa, el tiempo se hacía eterno para ella, a pesar de todo quería ver a Catriel, ya que éste también había sido su amigo, quería disculparse por alejarse tanto durante estos dos años y entendía si él no la perdonaba, porque ella fue quien se alejó.

Se había alistado mucho antes de lo debido, no aguantaba más la espera, así que cogió sus cosas para dirigirse a la dichosa cafetería. Cuando iba caminando pensaba si hacía bien o no, sólo sabía que hacía lo que su corazón le dictaba.

Al llegar, tomo ubicación en unas de las mesas de la entrada para que Catriel la viera. A los dos minutos se le acercó un joven que le tomaría su pedido, mientras esperaba, se dedicó a jugar con las servilletas que habían en su mesa, también miraba la hora desde su móvil a cada rato. Las inseguridades la consumían, pero se esfumaron cuando vio llegar al susodicho.

Andronico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora