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Una semana había pasado desde aquel día, una semana en la cual no se hablaron, se veían por los pasillos y en la misma clase que compartían, pero no se hablaron, Aleks no le hablaría y mucho menos porque cuando la veía estaba con Egan y eso lo enfurecía. Sin embargo ella lo extrañaba, sentía un vacío al no pasar tiempo junto a él o al no tener sus típicas charlas nocturnas.

Vahi caminaba al baño de chicas con su mejor amiga, quería hablar con ella sin que nadie las molestara y aquel baño siempre solía estar desocupado. Cuando entraron  se fijaron que estuviera vacío aquel lugar y Muna no evitó sacar de su bolso sus cosméticos y comenzó a retocar un poco su maquillaje.

—¿Crees que hago bien con no acercarme a Aleks? —mordió su labio con nerviosismo.

—No lo sé Vahi, es tu decisión, ahora estás hablando más seguido con Egan y no creo que le haga gracia que hables con Aleks.

—Pero Aleks me habló mucho antes, Egan ni siquiera sabía de mi existencia de no ser porque yo le hablé en esa fiesta —se apoyó en la pared y recostó su cabeza.

—Entonces háblale, pero sólo te diré algo… —se volteó a mirarla —Vas a salir lastimada si sigues siendo su “amiga”.

—¿Por qué?

—No lo sé, tengo el presentimiento de que así va ser —hizo una mueca de incomodidad.

—Como sea, a propósito ¿Irás al baile de enmascarados?

—Claro que sí, incluso ya tengo pareja, tenemos que ir a comprar los vestidos Vahi —dijo animada.

—Muna, sabes que no tengo dinero para gastarlo en ese tipo de cosas.

—Yo invito, no te preocupes por eso —le sonrió.

Muna comenzó a guardar sus cosméticos, en cambio la castaña mojó un poco su rostro y se miró en el espejo, no le gustó como le quedaba su coleta el día de hoy, así que se la quitó y dejó su cabello suelto. Ambas estaban listas, salieron del baño y caminaron por los pasillos tranquilamente hasta que escucharon unos ruidos que provenían del cuarto de mantenimiento, comenzaron a escuchar la voz de una chica y Muna le movía las cejas con diversión  a Vahi.

—¿Quién crees que se lo estará pasando de maravilla?

—No lo sé Muna, vámonos de aquí —rodo los ojos.

—Espera un poco, quiero saber quién es.

—Eres una chismosa —suspiró resignada.

Esperaron a que aquellos que estaban en el cuarto de mantenimiento salieran, a Muna le encantaban los chismes y más si trataban de quienes se sentían los “Reyes del instituto”. Cuando se abrió la puerta de aquel cuarto, salió una morena que era parte del clan de animadoras, salió con el cabello alborotado y con una sonrisa de oreja a oreja, detrás de ella venía aquel pelinegro ajustándose su cinturón, no se percató de que Vahi lo observaba boquiabierta, ella no se esperaba a que él estuviese con la morena en aquel cuarto.

—Mira, es Aleks —le susurró Muna en su oído.

—Si me di cuenta —musitó.

En un momento Aleks levantó su mirada y dio con la de ella, la observó con una mirada que Vahi no logró descifrar, pero la apartó de inmediato para sonreírle descaradamente, Vahi se sintió un poco incómoda, le pidió a Muna que se fueran de allí y ésta le hizo caso. Al pasar por al lado de él, sus cuerpos se rozaron, Vahi sintió una pequeña corriente eléctrica deslizarse por su delicado cuerpo, pero no quiso hacer caso de lo que pasaba, así que negó con su cabeza y volvió a concentrarse en lo que estaba haciendo.

Andronico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora