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Las cosas para ambos cambiaron, Vahi intentaba recuperar su relación con Izan y por el lado de Aleks, él sólo seguía siendo el mismo, pero acompañado de su nueva amiga que, por cierto hoy se la presentaría a Catriel, con quien había solucionado el conflicto que tenían,  dejó su orgullo de lado y decidió escucharlo, ahora ambos estaban bien. Se iban a juntar en un bar, Aleks tenía planeado ser cupido esta noche, ni Samara y ni Catriel sabían que hoy se conocerían, la pelirroja estaba emocionada porque saldría con Aleks,  se había esforzado lo suficiente por lucir bella esta noche,  estaba terminando de arreglarse, se colocaba con tranquilidad unos aretes que nunca solía usar, pero se los colocó por Aleks.

Tarareaba una canción animada mientras que se maquillaba, se estaba aplicando un labial rojo carmesí que hacia que sus labios un poco carnosos se vieran deseosos, el iluminador en su piel hacia un buen trabajo, sin decir que el delineado en sus ojos hacia que sus ojos verdes opaco resaltaran esta noche y su cabello… Ese cabello rojizo como la flama del fuego, había que ser un completo idiota como para no notar la belleza pura de aquella mujer.

El timbre sonó, ella supo quien debía ser, así que guardo todo lo necesario en su bolso, cogió una chaqueta de cuero roja que combinaba a la perfección con sus leggins negros de cuero, se apresuró hasta la puerta y confiada la abrió, sus ojos se encontraron con la mirada penetrante de él, sentía cómo la mirada de Aleks la desnudaba siempre, pero esta vez no fue así, era más bien una mirada amistosa y le dolió, le dolió que no viera el esfuerzo que ella hizo para lucir bella esta noche.

Vio cómo él se acercó a ella y depositó un cálido beso en su mejilla.

—Hola, Samara —le dijo después varios minutos mirándola.

—H-hola… —carraspeó para que no notara su torpe voz —Hola, Aleks.

—¿Quiere usted señorita Samara acompañarme a una noche alocada de alcohol? —la miró con una sonrisa torcida en su rostro y le ofreció su brazo como gesto de caballerosidad.

—Oh, claro que sí Don Aleks Gras, sería un placer ser su dama de compañía.

Le iba a dar su mano, pero éste  se la cogió y se inclinó un poco con su mano atrás, besó la mano de la pelirroja sin despegar ningún ojo de ella, luego de aquel gesto volvió a su misma postura y se acercó aún más a ella.

—Prometo que esta noche será completamente tuya —susurró en su oído.

Sintió cómo la piel de ella se erizaba, así que debía dejar de ser así con ella o esto acabaría mal para los dos, él no quería más que una amistad con ella y ella comenzaba a involucrarse aún más con él.

Caminaron por el pasillo hasta llegar al ascensor del edificio donde ella vivía, entraron en el, la tensión que había entre ellos era inexplicable, Samara lo miraba cada dos segundos y Aleks la miraba de reojo, trataba de convencerse de que lo mejor seria tomar cierta distancia con ella por su bienestar. Él estaba enamorado de Vahi y no quería ver a Samara como su pasatiempo, no quería herirla, quería que ella fuese feliz, por esa misma razón le presentaría a Catriel.

***

—Qué monada… —susurró la pelirroja afuera del bar mientras lo observaba.

Habían llegado al dichoso bar, se llamaba Angels in black, era un bar muy prestigioso, Catriel había seleccionado el punto de encuentro, cuando entraron, luces de colores iluminaron sus rostros, Aleks miró a Samara y ésta tenía una sonrisa en su rostro que también lo contagió y sonrió, pero dejó de mirarla porque  su mirada se encontró con la de Catriel y se acercó rápidamente hasta él  para saludarlo.

Andronico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora