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Esos supuestos días que él estaría alejado de todos, se transformó en una semana la cual se la pasó borracho, drogado y con diferentes mujeres, se acostaba con una y luego buscaba a otra, quería olvidarse de Vahi, pero cuando estaba follando veía el rostro de ella en la de la mujer con la que estaba, durante esa semana tuvo su móvil apagado, le daba exactamente igual si lo llamaban, sabía que ella no lo haría, pero estaba equivocado, ella se había preocupado cuando Catriel fue a su casa para saber de él, nadie tenía ni la menor idea de dónde podría estar, pensaron en llamar a la policía, pero descartaron la idea, Aleks ya era un hombre y sabía lo que hacía.

El día del baile de graduación había llegado, Vahi decidió darle una segunda oportunidad a Egan, pensaba que con él estaría mejor, no quería pensar en aquel chico que le dijo esas palabras hace una semana, se enfadaba consigo misma porque a pesar de todo seguía preocupándose por él. Estaba lista para ir al baile, esperaba sin ánimos a Egan, lucía bellísima, decantó por ir con un vestido azul que hacía que se apegara perfectamente a sus curvas, sin decir que ese tono hacía que su piel morena la hiciera ver más exótica, pero con sus rizos se veía dulce, era una combinación explosiva, todo en ella era arte.

Egan había llegado al vecindario de ella, venía en su lujoso automóvil, el esmoquin que traía puesto lo hacía lucir sensual, parecía un modelo de revistas playboy, cuando Vahi abrió la puerta de su casa sólo lo miraba, se dio cuenta de que no era lo mismo que hace unos meses atrás, no negaba que lucía bien, pero ya no le atraía, hubiera estado nerviosa si hubiese sido Aleks el que estuviera afuera esperándola, se preguntaba qué habría sido de él o dónde estaría, cerro los ojos y suspiró profundamente, está noche no iba a pensar en él, Egan notó el estado de ánimo de ella y supuso a que o mejor dicho a quién se debía.

—¿Te encuentras bien? Porque si quieres no vamos al baile...

—Vamos —lo interrumpió —, digo ¿Por qué no ir?

—Cierto, pero prométeme algo —inclinó su cabeza para verla mejor.

—Depende de que es —levantó la ceja.

—Esta noche sólo seremos tú y yo —ladeó su cabeza y le sonrió.

Vahi sólo asintió, caminaron tomados de la mano hasta el auto de él, le abrió la puerta de copiloto y luego corrió hasta la suya para subirse. Condujo tranquilamente hasta el instituto, el baile lo harían en el gimnasio, todo estaba diferente, no parecía que realmente fuera el gimnasio, cuando entraron, todos los veían, las chicas comenzaron a difundir de que Aleks se había aburrido de ella y la dejó, también se decía que Egan le había robado la chica Aleks, pero ninguno sabía lo que verdaderamente sucedía.

La noche iba bien, Vahi había bailado lo suficiente con Egan, también bailo con su mejor amiga, veía de vez en cuando a Catriel que notaba que hablaba por teléfono un poco enfadado, así que no dudo en ir donde él para saber que ocurría.

—Te quiero aquí ahora ya... —espetó a la persona con la que hablaba —¡Me tienes hasta la polla flaca con tus malditos arranques, madura de una vez por todas!

Terminó la llamada y se giró para luego encontrarse con Vahi que lo miraba con el ceño medio fruncido, así que guardo su móvil en el bolsillo trasero de su pantalón de vestir.

—¿Qué ha ocurrido Catriel? —inquirió de brazos cruzados.

—Sólo discutía con un fotógrafo que conseguí para el baile.

—Ya veo, por un momento creí que era...

—¿Aleks? —asintió —No, me refiero que estoy viendo Aleks entrar.

Catriel paso rápidamente por el lado de ella para correr hasta él, Vahi sólo miraba como lucía, Aleks tenía una barba de dos días, llevaba puesto unos vaqueros oscuros, con una camisa negra con los tres primeros botones desabrochados, su cabello negro estaba indomable, tenía unas ojeras que lo hacía lucir un poco peligroso, pero de ese peligro que gustaba, ella no había notado que estuvo embelesada un buen rato mirándolo, le faltaba poco para que babeara, quiso acercarse a él, pero recordó todo lo que le dijo, así que fue en busca de Egan, lo comenzó a buscar por todos lados, hasta que en los pasillos escuchó unos gemidos, sabía que eran de él y otra chica, está vez entró sin ningún cuidado donde estaban, se acercó a ellos echa una fiera y cogió del brazo a la chica para luego empujarla hacia la salida, mientras que vio a Egan y lo abofeteó tan fuerte que su mano quedó marcada en la mejilla de él.

Andronico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora