teenager sucks ☹ | Matías Candia.

1.

CAP. 1. 'PERFECCIÓN'

Levante mi cabeza y vi como la tocaba. Una de sus manos sostenía su cintura, la otra estaba debajo de su falda, la chica se movía lentamente de un lado a otro.

Sus manos, cada vez más marcadas por sus venas, sujetaban a Agus. Iba a último curso con el, no eran pareja, no se había rumoreado ni siquiera que estuvieran juntos pero ahí estaban. Matías se mordía un labio mientras la tenía en sus brazos, levemente inclinado hacia el cuerpo de la chica, dejaba que está se meneara sola mientras estaba en ellos. Al ritmo de la música.

Nadie sabe por qué desde el último curso, Matías había pasado de ser un chico desapercibido a ser uno de los más populares del instituto. Aunque esa fama no le importará en absoluto, chicas de mi curso habían estado hablando de el desde que empezó este. Comentando lo bonito que es su pelo...

Sus labios...

Su cuello...

Sus manos...

'¡Kat!' me llamaron, inmediatamente despegue la mirada de ellos y se la dirigí a Catalina, que estaba de pie en frente mío. '¿Podés dejar de mirarlos?' me tiro del brazo, 'M va a pensar que estás loca'.

Cuando oí la palabra M salir de sus labios, le pegue una pequeña patada en la rodilla. 'Shh' dije posicionando un dedo sobre mis labios 'Podria haberte oído alguien'.

'Nadie presta atención a nuestra conversación, Kat' mencionó mientras rodaba los ojos, me obligó a levantarme del sillón ofreciéndome su mano. Catalina comenzó a caminar sobre el salón lleno de gente, no tardamos mucho en ver a Camila y Abril.

Estaban a lo lejos, Camila estaba bailando entre dos chicos y Abril estaba sentada en el sofá, con un vaso de alcohol en la mano. Parecía estar pasándoselo bien sola.

'¿Hablaste con Bruno?' pregunté en la oreja de Catalina, ella asintió con la pareja. 'Lo mismo de siempre' contesto ella.

'Le da miedo que le vean conmigo' contesto brevemente, inmediatamente la abracé.

En el otro lado de la sala, Agus y Matías se besaban intensamente. Agus tenía las manos en su cuello mientras lo hacían. Segundos después, ella le cogió de la mano y ambos desaparecieron por las escaleras de la casa.

Me separé lentamente de Catalina. Al menos no era la única que lo estaba pasando mal. Odio estas fiestas.

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