Capítulo 14: Necesito de ti, amorcito ✅

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"Tengo tantas ganas de quitarte las tuyas."


Revisaba sus redes tratando de resistir la tentación de compartir con sus seguidores lo que aquel día la tenía más feliz que nunca. Aún no podía creer que Alonso hubiese aceptado la propuesta que Jaime les había hecho días antes. Aunque la realidad es que había aceptado, pero no del todo convencido.

El destino de aquel viaje era su país natal: México. Su tierra los esperaba y ella sencillamente no veía la hora de llegar y abrazar a su familia después de varios meses. Se había mantenido en contacto con ellos, pero sin atreverse a contarles sobre su acosador y todo lo sucedido en las últimas semanas. Era una suerte que la prensa no se hubiera hecho eco de aquel hecho porque ella quería contarlo personalmente a sus padres y hermana para no asustarlos, aunque tuviera que omitir que Alonso era investigador y ahora también su guardaespaldas.

—¿Puedes dejar de mirar ese reloj cada minuto, por favor? —pidió ya desesperada al rubio que permanecía sentado junto a ella.

—Debo estar pendiente de cualquier novedad. Jaime ya debería haberme avisado que llegó a la agencia —Rodó los ojos cansada. Ese hombre era un obsesionado del trabajo.

—Él se va a encargar de todo y si hay un problema grave que no pueda solucionar te avisará. ¿No puedes disfrutar de estas vacaciones?

—Disfrutaré, pero no puedo desentenderme de la agencia —Bufó con molestia cruzándose de brazos—. ¿Qué pasa?

—Pasa que igual es mejor que te quedes aquí y viaje yo sola —respondió con sinceridad. Llevaban casi una hora esperando para subir al avión y él no podía despegar la vista de su teléfono.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Lo que escuchaste, Alonso.

—No puedes viajar sola —le recordó mirándola con seriedad—. Ese tipo puede seguirte y te recuerdo que soy tu guardaespaldas.

—Y mi novio —ironizó cansada de su actitud. Si pensaba pasarse así el resto del viaje era capaz de tirarlo del avión—y cuando los novios salen de viaje lo disfrutan, no se la pasan pegados al teléfono pendientes del trabajo que dejan en casa.

—Regina, por favor.

—No, Alonso. Nada de Regina, por favor —Lo miró enojada—. Si vas a estar pendiente de todo lo que dejas aquí, de verdad es mejor que no vengas. Yo estaré con mi familia y estaré perfectamente bien.

Se levantó de su asiento y caminó hacia el otro extremo de la sala. Sabía que él no estaba muy convencido de aquel viaje, que probablemente lo hacía por ella y por hacerla feliz, pero por un momento pensó que él también lo disfrutaría.

Soltó un suspiro cerrando los ojos al sentir que sus brazos la rodeaban por la espalda y trataba de dejar un beso en su mejilla.

—Perdóname —suplicó—. Perdona que sea tan obsesivo con mi trabajo.

—Ya no importa, es lo que te hace feliz.

—Tesoro, por favor, este viaje te hace feliz a ti y quiero hacerlo —rebatió estrechándola entre sus brazos un poco más—. Me preocupa tu seguridad.

—Ya lo sé y me gusta que me cuides, Alonso —confesó girándose para mirarlo—. Pero es nuestra oportunidad, la de los dos, de dejar de pensar por unos días en todo lo que ha pasado aquí. ¿No es esa la intención?

—Sí, así es, tesoro —admitió colocando un mechón de cabello tras su oreja y mirándola arrepentido.

—No te pido que te olvides de la agencia estos días, pero quizá puedes disfrutar un poco y dejar que Jaime se ocupe de todo —pidió aclarándole lo que ella pensaba al respecto—. Confiaste en él para dejarlo a cargo porque, después de ti, es el mejor. ¿O no?

Pequeña Tentación #BilogíaTentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora