Capítulo 35: Por mi culpa ✅

132 17 40
                                    

"Aprecio mucho que estés en mi vida."


El regreso de las vacaciones siempre era algo duro y difícil de enfrentar. Volver a la rutina luego de haber pasado los días más maravillosos junto al amor de su vida, no era algo que la entusiasmaba. Aunque estaba segura de que él estaba ansioso por llegar y ponerse a trabajar, ella tendría que comenzar a centrarse en sus nuevos proyectos, en su música...

Suspiró al ver aquella hermosa casa que ya era su hogar y cuando Alonso detuvo el coche supo que ya no había vuelta atrás. Bajó de él y aunque trató, se negó a que lo ayudase con las maletas por lo que él se encargó y las llevó hasta su cuarto.

—Ten —Le entregó su teléfono y pudo sentir que ansiaba por ponerse a revisar todo de inmediato.

—¿Sucede algo, tesoro? —le preguntó, seguramente al ver su expresión seria.

—No, nada grave —respondió sentándose en el borde de la cama—. Solo es que me hubiera gustado quedarme más tiempo allá, fueron unos días maravillosos los dos... —Sonrió y enseguida se corrigió—los tres solos.

—No te preocupes —la tranquilizó besando su coronilla—. Yo también quedé con ganas de más, así que no dudes que regresaremos pronto.

—¿Lo prometes? —Alzó la mirada, mirándolo con emoción y al verlo asentir se colgó de su cuello—. ¡Eres el mejor, amorcito!

Rió divertido por su efusividad, pero enseguida correspondió el beso que ella buscaba cuando atrapó sus labios con pasión, besándose por varios segundos hasta que decidió terminarlo.

—Ve a trabajar —lo animó, sintiendo que era lo que quería desde que atravesaron la puerta de la casa —, yo revisaré si tengo llamadas o mensajes y dormiré un poco —Besó sus labios rápidamente y sonrió divertido—. No me veas así, es Puntito quien está cansado —Se encogió de hombros y él únicamente rió de nuevo.

—Está bien, tesoro —Acarició su vientre y besó sus labios—. Descansa, te despertaré cuando sea la hora de comer.

—Por favor —pidió con una sonrisa y riendo lo escuchó salir de la habitación.


Decenas de notificaciones de sus redes sociales colapsaron su teléfono apenas lo encendió. Había mensajes de su hermana y también de sus padres, al igual que de Fernanda y Alberto. Contestó todos y cada uno de ellos informándoles únicamente que ella y Alonso habían salido de la ciudad para desconectarse y que pronto sabrían el motivo.

Saludó a sus fans contándoles lo mismo y deseándoles un buen día, prometiéndoles novedades muy pronto sobre sus nuevos proyectos musicales. Fue al navegar un poco más que su corazón se aceleró sin control al leer el titular de una noticia sugerida:

<<Fernanda Amaya atacada en plena calle. >>

Respiró hondo, pero fue imposible controlar sus pensamientos mientras asimilaba todas las posibilidades que podían estar tras la realidad de aquellas palabras. No dudó en buscar la forma de obtener más información y cargó de inmediato la noticia.

—<<Fue el misterioso acosador de Regina Hendrich quien atacó a Fernanda, la mejor amiga de la cantante y actriz, luego de la desaparición de la mexicana del ojo público y las redes sociales —dijo la voz en off del video que reprodujo—. <<Al parecer, atacó a la actriz en la calle y a plena luz del día, instándola a proporcionarle el paradero de la cantante bajo amenazas y usando como arma una navaja.>>

Pequeña Tentación #BilogíaTentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora