"Siempre hace falta un golpe de locura para desafiar un destino."
M. Y.
Por más que pensaba y trataba de encontrar un hilo con el que poder continuar la investigación era imposible y eso ya lo estaba desesperando. Nunca le había pasado algo así. Llevaba ya varios años como investigador y no habían sido pocos los casos de acoso a los que se había enfrentado, algunos incluso mucho más graves de lo que hasta ese momento era el que tenía entre manos.
Eran ya dos semanas en las que se había dedicado a investigar la zona que la ubicación de la llamada le había mostrado, pero eso y nada era prácticamente lo mismo. Había sido Jaime, el encargado de seguir a Regina. Confiaba ciegamente en él para esa tarea mientras él intentaba encontrar algo más con lo que avanzar.
—Adelante —dio permiso al sentir unos golpes apresurados en su puerta y no necesitó mirar para saber de quién se trataba—. Hola, Jaime.
—¿Cómo sabes que soy yo? —Levantó la vista al escucharlo y sonriéndole levemente volvió a concentrarse en la pantalla de su ordenador.
—Te conozco demasiado bien y sé que algo tienes que contarme porque estabas ansioso por entrar —explicó con calma. Era algo tan típico de su amigo que ya se había acostumbrado, aunque agradecía que en ocasiones como aquella tocase la puerta porque no era su costumbre—. Dime qué... Espera —se interrumpió al escuchar el pitido del intercomunicador sobre su mesa y presionó el botón—. ¿Qué pasa, Florencia? Estoy ocupado.
—Lo sé, señor, siento interrumpirlo, pero tengo a la señorita Hendrich al teléfono pidiéndome que le comunique. Dice que necesita hacer una conferencia con usted de urgencia —Todos sus sentidos se alertaron de inmediato—. Está muy alterada, señor.
—Dile que me llame ahora mismo —contestó rápidamente y preparó su ordenador cuando en apenas un par de segundos ya recibía su petición de videoconferencia—. ¿Qué pasa, Regina?
—¿Es que aún no lo sabes? Por Dios, pero ¡en qué mundo vives, Alonso! Si está por todos lados —Frunció el ceño sin comprender su desesperación, no tenía idea de lo que hablaba—. Es en serio, ¿de verdad no lo has visto?
—No. No tengo ni idea de qué me hablas —Detuvo la caminata, que mantenía desde el inicio de la videollamada, para mirarlo incrédula—. Dime qué... —calló al ver como Jaime le entregaba una revista de cotilleos—. ¿Qué significa esto?
Sin saber qué más decir observó la exclusiva que ocupaba la portada de la revista que sostenía entre sus manos. <<Esto no me puede estar pasando a mí>> fue lo único que pensó al verla. Era él junto a Regina en la heladería y también cuando tomó su mano para guiarla a su apartamento. Ese momento, era algo que no podía sacar de su cabeza desde ese día, pero ¡lo último que hubiera querido es que estuviera en todas las portadas de revista del país!
—¿Esto es en serio?
—No para nada, fue una broma que se dedicaron a hacer en todos lados ¡pues claro que es verdad! —Apartó por un momento la vista de la pantalla para mirar a su amigo que los observaba con una risa de diversión en sus labios.
—¿Tú lo sabías? —preguntó con enojo, señalándole la revista que le había entregado.
—Lo he visto esta mañana. Cuando venía para acá estaban por todos lados y compré esa, justo venía a contártelo —se explicó.
—No me lo puedo creer —Se levantó del sillón pasándose las manos por el pelo con desesperación—. Esto no puede ser. ¿Te das cuenta de lo mucho que nos puede afectar esto? —preguntó mirando a Jaime que permanecía muy tranquilo.
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Pequeña Tentación #BilogíaTentación
RomanceTras unas merecidas vacaciones con su mejor amiga, Regina regresará a los escenarios sin imaginar lo que la vida le tenía preparado. Regalos y notas sin firma la obligaron a buscarlo... Él. Alonso Dávila, la cabeza de una de las mejores agencias de...