"Ella está loca, pero es mágica. No hay mentira en su fuego."
C. B.
Aquella mañana no podía sentirse más feliz, habían pasado dos días desde que Alonso y ella se disculparon y ya le era imposible no pensar en él. Todo entre ellos era inmejorable. Pensó que no podía ser más feliz, pero su idea cambio tan solo un día después cuando Rebeca se presentó en su casa en compañía de Fernanda, dándole la mejor sorpresa que había recibido en mucho tiempo.
Conoció a Rebeca gracias a Fer cuando llegó a España y en poco tiempo las tres se habían convertido en inseparables. Ella también se dedicaba a la actuación y era una de las actrices más reconocidas y queridas del país. Rebeca era una mujer preciosa de media estatura y cabello rubio algo rizado, con unos hermosos ojos azules.
—¡Llegamos! —Anunció la rubia cuando tuvieron frente a ellas la cafetería a la que había insistido invitarlas a desayunar—No tenéis una idea de lo mucho que quería estar aquí con vosotras.
Rebeca las abrazó a ambas y entró como un huracán al lugar, seguramente dejando perplejos a todos los clientes. Si bien Fer y ella eran alegres y extrovertidas, la rubia les ganaba.
Entraron y pudo admirar, mientras Fer y Rebeca escogían una mesa, la hermosa decoración. Un espacio cosmopolita, colorido y lleno de vida en una ubicación privilegiada. Todo estaba lleno de mesas y sillas de madera perfectamente colocadas por todo el espacio y bancos distribuidos en varias de las paredes y decorados con cojines de colores pastel en diferentes tonos rosas, amarillos y verdes.
—Ahora sí me vais a contar todas las novedades de vuestra vida amorosa estos meses —Las tomó a ambas de las manos y casi las arrastró por la cafetería hasta la mesa que les habían indicado.
Sorprendentemente la primera en responder al interrogatorio fue Fernanda, aunque la realidad es que a ella poco podía preguntarle pues su última relación seria había terminado antes del viaje de su amiga a Los Ángeles.
—Bueno ahora mejor tú cuéntanos —Fue inevitable no reír al ver el gesto que Fernanda hizo con sus cejas mirando directamente a la rubia—. ¿Conseguiste algún nuevo amor?
La sonrisa pícara y descarada de Rebeca la dejó tan perpleja como a la castaña que las acompañaba ¡Su amiga tenía un nuevo novio!
—Habla ahora mismo, Rebeca Carvajal —le ordenó mirándola y provocando la risita de ella.
—No lo conocí en Los Ángeles —comenzó tomando un sorbo de su café—. Me lo encontré por casualidad cuando llegué a Madrid. Estaba saliendo de una cafetería y nos chocamos —Alcanzó a callar el grito de emoción de Fernanda tapando su boca y esperó unos segundos a que se calmase mientras ellas reían.
—Ay, por Dios, entonces fue como de película —La rubia asintió entusiasmada—. ¿Cómo es?
—Guapísimo —respondió sin dudarlo —. No creo que sea español porque es rubio y de ojos azules, pero traía una camisa que dejaba ver que trabaja en el gimnasio o seguramente practica deporte a menudo.
—¿Qué? ¿Rubio, de ojos azules y formalito? —preguntó Fer sorprendida—. Pero, Regis, si parece que estuviese describiendo a tu amorcito.
Su reacción fue reír ante la loca imaginación de su mejor amiga. No era posible que Alonso fuese el mismo hombre que describía Rebeca. Era obvio que como él no había dos.
—¿CÓMO? ¿TIENES NOVIO Y NO ME LO HAS DICHO, REGINA HENDRICH? —Fue la reacción de su amiga gritar esa pregunta a modo de reproche para que toda la cafetería se enterase—. ¡Eres una mala amiga! —Terminó por hacerse la ofendida.
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Pequeña Tentación #BilogíaTentación
Roman d'amourTras unas merecidas vacaciones con su mejor amiga, Regina regresará a los escenarios sin imaginar lo que la vida le tenía preparado. Regalos y notas sin firma la obligaron a buscarlo... Él. Alonso Dávila, la cabeza de una de las mejores agencias de...