Capítulo 9: La raya de lo profesional ✅

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"A mí me encantan los retos, como tú, pero dime, ¿te gustan los perseverantes?"

A.I.


Tal y como había imaginado apenas lo supo, las revistas y redes sociales se hicieron con su nombre y casi una semana después, seguía apareciendo junto a ella como protagonista de diversos titulares. Todos los medios del país querían saber más de él, aunque por suerte y gracias a algunos contactos, había podido bloquear cualquier intento de descubrir su nombre completo, pero sobre todo su profesión.

Esa tarde había decidido ir a buscarla, una vez más la investigación estaba en pausa y tenía que, al menos, intentar encontrar alguna pista más que lo ayudara. Eso era algo que lo estaba desesperando. Nunca le había pasado. En la mayoría de sus investigaciones, tan solo eran necesarias unas pocas semanas para darlas por resueltas. No era un novato en cuestión de acosadores, pero al que se enfrentaba en aquella ocasión parecía ser más inteligente que cualquiera de los otros.

Llegó al estudio de grabación justo a la hora en que sabía que ella terminaba y pronto se dirigió hasta el edificio. Entró y en la recepción pudo ver a una mujer de no más de cincuenta años, de pelo corto y moreno en el que podían apreciarse ya algunas canas propias de la edad.

—Buenas tardes —saludó amablemente a la mujer que lo miraba con atención.

—Buenas tardes, joven. ¿Puedo ayudarte? —Se ofreció con una sonrisa amable.

—Estoy buscando a Regina Hendrich —Apenas pronunció su nombre la mujer supo quién era, aunque intentó disimularlo—. Le avisé que vendría.

—En ese caso puede continuar por ese pasillo y al final encontrará una puerta que dice: <<estudio>>. Toque antes de entrar —le explicó sin más insistencia y asintió grabándose la indicación en su cabeza.

—Muchas gracias —Sonrió con seriedad y caminó hacia el largo pasillo que le había indicado.

Con tan solo unos pasos, pudo distinguir la imponente silueta de Nicolás junto a la puerta que la mujer le había indicado. Sin perder tiempo, recorrió el pasillo y pronto pudo sentir la tensión de su empleado al escuchar sus pasos, relajándose al darse cuenta de quién era.

—Señor...

—Hola, Nicolás. ¿Alguna novedad? —preguntó con la mayor seriedad. Si por algo lo respetaban sus empleados era por la profesionalidad y el respeto que les demostraba a ellos y, sobre todo, a su trabajo.

—No, señor. La señorita Hendrich ha pasado toda la mañana aquí en el estudio —comenzó a informarle—y solamente salió para comer.

—Supongo que no la perdiste de vista ni un solo momento.

—Por supuesto que no, señor. Ni un segundo —contestó de inmediato. Confiaba en Nicolás y sabía que así había sido porque ninguno de sus empleados se atrevería a mentirle.

—De acuerdo, buen trabajo.

Palmeó su hombro y avanzó los pasos que le quedaban para poder tocar la puerta del estudio. Esperó que le dieran permiso y finalmente pudo abrir para ver a Regina hablando muy sonriente con Alberto y un hombre al que no conocía.

—¡Alonso! —Su euforia al verlo fue evidente para todos y ni siquiera supo cómo reaccionar cuando ella acortó la distancia de inmediato y se colgó de su cuello—Qué sorpresa que hayas venido amorcito.

—Necesitaba verte y ya no aguanté las ganas de buscarte —Continuó el juego consciente de que había una persona que seguramente no tenía ni idea de su verdadera relación.

Pequeña Tentación #BilogíaTentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora