Capítulo 36: El corazón de nuestro Puntito ✅

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"No entiendes la vida hasta que crece dentro de ti."


Revisó su reloj por décima vez en la última hora y en esa ocasión pudo comprobar que iban con cinco minutos de retraso. Regina permanecía a su lado completamente tranquila, chateando por teléfono con su hermana o alguna de sus amigas, pero él no podía estar así.

Miró a su alrededor y comprobó que Nicolás permanecía de pie y vigilante a unos metros de ellos, alejado de todas las mujeres que esperaban en ese lugar a ser atendidas. Algunas solas y otras acompañadas de sus parejas o sus hijos, pero todas con un mismo propósito: conocer a su futuro hijo o hija.

Observó a la pareja que se encontraba a su lado, eran algo más mayores que él y Regina, pero en sus ojos pudo descubrir un brillo especial. El hombre acariciaba embobado el notable vientre de su mujer, a quien probablemente no le quedaría mucho para dar a luz. Y fue entonces que miró a la castaña que se encontraba junto a él y fijó su mirada en su abdomen aún plano, imaginando por un momento que en unas pocas semanas él mismo se encontraría acariciando el abultado vientre de su prometida.

—Regina Hendrich —Escuchó la voz de una joven enfermera.

—Yo —respondió de inmediato—. Vamos, amorcito, es nuestro turno —le anunció empujándolo para que la siguiese.


Entraron en la consulta y Regina saludó a la mujer con bata blanca que se encontraba tras un escritorio de madera para después presentarlo a él. Tomaron asiento y con total naturalidad la castaña comenzó a responder las preguntas de la doctora sobre cómo se había sentido en esas semanas, si había notado cambios o molestias...

—Y nada más sí tuve que cambiar mi talla de sujetador —le contó mirándolo con una sonrisa divertida. ¡Por qué esa mujer tenía que hacerle eso en aquel momento! Sabía por qué y es que ese mismo comentario se lo había hecho él tan solo dos días antes de aquella cita.

—Así que no has tenido molestias ni sangrados —Ella negó enseguida y la doctora escribía en el ordenador mientras tanto, seguramente rellenando el historial clínico—. Me cuentas que sí has tenido náuseas.

—Sí, bastantes, sobre todo por las mañanas, y cambios de humor, también duermo mucho.

—Bueno todo eso es normal en esta etapa del embarazo —le restó importancia—. Ahora te voy a explicar lo que haremos, ¿de acuerdo?

—Sí.

—Bien. Vamos a medir tu presión arterial y te pesaremos, tomaremos también una muestra de sangre para descartar cualquier anomalía cromosómica...

—Perdone, ¿cómo que anomalías cromosómicas? —intervino preocupado.

—Es simple rutina, señor Dávila. Lo hacemos sobre la semana diez de gestación para descubrirlo a tiempo, pero teniendo en cuenta que ninguno tiene antecedentes familiares es poco probable que encontremos algo de lo que preocuparnos.

—Tranquilo, amorcito —le pidió sosteniendo su mano con una sonrisa, logrando que sus nervios se calmasen un poco.

—Te realizaré también una revisión completa y después haremos una ecografía —continuó informándolos—, en la cual puede estar presente señor Dávila.

—Gracias —respondió entusiasmado.

—Ahora necesito que me acompañes, Regina. Vamos a comenzar tomándote las muestras, ¿vale?

Pequeña Tentación #BilogíaTentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora