"Pequeños momentos, grandes recuerdos."
Era inevitable no pensar que aquel lugar era un paraíso, apenas llevaban dos días ahí y sentía que las horas pasaban demasiado deprisa. Por momentos pensaba en quedarse allí y no regresar, en prolongar para siempre aquella felicidad y esa burbuja en la que estaban sumergidos, los tres.
Despertó de la siesta que no pudo evitar hacer porque ese pequeño que crecía en su vientre parecía gastar todas sus energías. Recorrió cada espacio de la casa buscándolo, pero sin ningún éxito, hasta que al llegar a la cocina encontró una nota pegada en el frigorífico:
<<Dormías muy tranquila y no quise despertarte. Salí a hacer surf un rato, así que te espero en la playa, tesoro.>>
La dejó sobre la encimera y comprobó que era cierto al regresar a su cuarto y verlo desde ahí, en la playa, haciendo lo que tanto amaba, por lo que decidió hacer un pequeño tour por la casa y explorar algunos rincones que todavía eran desconocidos para ella. Y es que en ese tiempo había descubierto un rincón "oculto" de aquella casa: el sótano. Alonso no lo había mencionado, pero las escaleras que conducían hacia abajo la llevaron hasta aquel lugar que aún no había tenido tiempo de visitar.
Abrió la puerta, que para su buena suerte no tenía llave, y encendió la luz antes de continuar ya que, por ningún motivo, quería tropezar y caerse. Aunque conocía a Alonso y sabía perfectamente, porque así era, que ese espacio también estaría en completo orden.
Lo primero que vio fueron más tablas de surf muy parecidas a las que guardaba en la casa de Madrid, cañas de pescar y remos; todo lo necesario para practicar todos esos deportes acuáticos que a él tanto le gustaban. En otro extremo de la habitación, había también numerosas cajas apiladas y en todas ellas estaba escrito lo que contenían: ropa, discos, juegos, álbumes... Y un sinfín de cosas más, aunque lo primero que decidió rebuscar fue en la caja que decía: "Alonso". Tosió al bajarla de la pila de cajas donde estaba subida y retirar el polvo que se había acumulado encima, poniéndola en el suelo para sentarse en mismo y abrirla.
Poco a poco, fue sacando el contenido hasta encontrar una pequeña parte que nunca hubiese imaginado de su futuro esposo. Ahí había guardada alguna ropita de cuando era bebé, sus primeros zapatos y chupete, así como decenas de fotografías de su infancia y adolescencia. La siguiente que llamó su atención fue otra que decía: "Martina". La bajó de su lugar y de igual modo encontró objetos muy parecidos a los que vio en la de su prometido, objetos y fotografías que guardaban momentos importantes de la infancia y adolescencia de su futura cuñada. Revisó foto por foto y álbum por álbum, conociendo un poco más de cómo había sido aquel guapísimo hombre que pronto sería su esposo.
Pero su emoción la hizo chillar de felicidad cuando, entre todas esas cosas, encontró una guitarra en perfecto estado gracias al estuche que la guardaba. Aunque ahí no terminaba su sorpresa porque junto al instrumento encontró también una antigua cámara de vídeo en perfecto estado y una Polaroid, las cuales no dudó en llevar con ella.
—¿Estuviste curioseando en el sótano? —Saltó del susto al escucharlo y lo miró fulminante por darle tremendo susto—. Tesoro, no me mires así.
—Asustaste a puntito —Llevó una mano a su vientre haciendo un puchero y pudo sentir enseguida la culpa del rubio, por lo que no pudo evitar reír.
—¿Te estás burlando? —Se encogió de hombros y lo escuchó suspirar—Te aprovechas de mi preocupación por ti y nuestro hijo —Se acercó a ella y sentándose en la cama la atrajo para poner la mejilla contra su vientre.
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Pequeña Tentación #BilogíaTentación
RomansaTras unas merecidas vacaciones con su mejor amiga, Regina regresará a los escenarios sin imaginar lo que la vida le tenía preparado. Regalos y notas sin firma la obligaron a buscarlo... Él. Alonso Dávila, la cabeza de una de las mejores agencias de...