"Antes de conocerte, yo no sabía lo que era mirar a alguien y sonreír sin motivo."
Superó la comida tratando de integrarse en las diferentes conversaciones que iniciaban y poniéndose al día de todo lo sucedido en las vidas de cada uno de ellos desde la última vez que se vieron. Al parecer, esa gran familia estaba repartida por varios puntos del país y el momento de reunirse era el más especial para todo ellos.
A pesar de ser la cumpleañera, fue Laura, la madre de Alonso, quien preparó toda la comida de aquel día siendo una típica y deliciosa paella el plato principal. Supo por Martina, porque Alonso estaba inmerso en conversaciones con uno de sus primos, que el reunirse cada domingo en su casa para comerla era algo a lo que no podían renunciar a pesar de que Alonso lo llevase haciendo durante varias semanas.
Luego de que todos terminasen de comer, don Antonio se disculpó y se retiró a descansar mientras que el resto de la familia, sobre todo los pequeños hijos de algunos de los primos de Alonso, salieron a disfrutar de la maravillosa piscina y el jardín.
—¿Cómo te lo estás pasando, tesoro? —preguntó, sorprendiéndola al abrazarla por la espalda.
—Me asustaste —Rió cerrando los ojos para disfrutar del sensual beso que acababa de dejar en su cuello—. Me lo estoy pasando increíble, amorcito. Tu familia es hermosa y todos son amables conmigo.
—Sobre todo mi hermana —apuntó soltando un suspiro, haciendo que soltara una risita divertida cuando giró para verlo de frente—. No te deja sola un solo segundo, pero de verdad que si sientes que es muy pesada dímelo y le llamaré la atención.
—Alonso, no digas esas cosas —lo regañó—. En lo absoluto me molesta, Martina es encantadora.
—Sí y no lo niego, pero a veces puede resultar algo asfixiante cuando está emocionada.
—No digas eso, simplemente está feliz —lo corrigió al colgarse de su cuello—. Y de verdad me encanta estar con ella. Es muy ocurrente.
—No dejes que te sonsaque demasiado —la advirtió—. Puede ser muy persuasiva cuando se lo propone —Soltó una carcajada al ver su cara de susto ¡Qué pensaba que podría contarle a su hermana pequeña! —. Es en serio.
—No le voy a contar nada de lo que imaginas. Además, no creo que me pregunte sobre nuestras intimidades —Se acercó por completo a él, haciendo que no quedase ni un centímetro de separación entre sus cuerpos.
—Tesoro, no hagas esto, por favor —suplicó, clavando sus ojos en el marcado escote que le dejaba ver gracias a su bikini porque, al igual que el resto de la familia, se había cambiado para estar por el jardín.
—¿Qué cosa? —preguntó disimulando una risita.
—Desde que te he visto con él puesto he querido encerrarte en la habitación para quitártelo —Rió con fuerza al sentir la forma en que la apretaba contra su cuerpo—y en este momento te me estás insinuando delante de toda mi familia.
—¿Yo me estoy insinuando? —preguntó mordiéndose el labio, provocándolo un poco más al rozar sus labios muy despacio mientras con sus dedos exploraba el cabello de su nuca.
—Tesoro, por favor... —rogó, pero ella sonrió con malicia al sentir que sus provocaciones comenzaban a dar resultado.
Tomó sus labios con pasión, apretándola contra su cuerpo para profundizar el beso al tiempo que su lengua se adentraba en su boca para explorarla con más dedicación, recorriendo cada rincón de esta hasta hacerla perder el aliento.
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Pequeña Tentación #BilogíaTentación
RomanceTras unas merecidas vacaciones con su mejor amiga, Regina regresará a los escenarios sin imaginar lo que la vida le tenía preparado. Regalos y notas sin firma la obligaron a buscarlo... Él. Alonso Dávila, la cabeza de una de las mejores agencias de...