Capítulo 6 Juguemos A Estar Enamorados

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Capítulo 6

Juguemos A Estar Enamorados

Arturo

Aquella reunión con el Consejo de la mesa redonda había estado bastante larga para mi gusto. Estar sentado por más de tres horas había hecho que terminará estresado.

Sin embargo sabía que ese estrés desaparecería con sólo estar con Sofía, su increíble forma de hacer caras graciosas al hablar y el como se ruboriza con algo hace que me vuelva loco de una forma inexplicable.

Me dirigía al jardín que era donde estaba ella. La vi de espaldas, su cabello rojo brillaba con la luz de sol de una manera unica y hermosa. Jamás había visto a alguien con un cabello tan hermoso.

Ella permanecía mirándo todo el paisaje, era una imagen que me guardaría en la cabeza por el resto de mi vida.

—¿te gustan?—hice referencia a las flores. Al momento de escuchar las flores dio un pequeño salto.

—Si, son muy hermosas—respondió volteando y dándome una sonrisa.

—¿Te gustaría dar un paseo? Necesito pedirte algo—dije.

—Por supuesto— respondió.

—Ven conmigo—.

La guíe hasta el laberinto que había a poca distancia del castillo que iba a juego con el gran jardín.

—¿A donde vamos? —preguntó intrigada y por un momento quise reír.

—A un laberinto—respondí sereno.

—¿Es que piensas asesinarme y enterrearme ahí adentro?— preguntó de una forma seria.

No pude evitar reírme fuerte.

—Por supuesto que no, jamás te haría eso—respondí riendo.

Nos adentramos por el laberinto, conocía bastante bien la salida así que no tenía nervios de perderme, aunque no me molestaría perderme con ella.

—Bien, como te había comentado anteriormente, se hará un baile y se recaudaran fondos para las campañas que se harán para la guerra que se avesina—le comente.

—Muy bien ¿Y cual es el favor que me querías pedir?—preguntó.

—A eso voy, mi favor es que finjas conmigo en el baile.—respondí.

—¿Que quieres fingir?—.

—Juguemos a estar enamorados—solté las palabras sin pensarlo.

—¿Qué?—dijo atónita.

—Carlos ha abierto la boca al consejo de que te vio y que eres mi amante, por eso te pido que finjas conmigo— me sincere, y era cierto lo que acababa de decir.

—Lo haré pero tengo una petición a cambio—dijo mientras su silueta se posaba frente a mi, me perdí en aquellos ojos azules que se asemejaban al cielo y al mar.

—Dimela—pedí.

—Quiero ir—respondió.

—¿A donde?— pregunté confundido.

Viajando A La Época Del Rey Arturo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora