Capítulo 16
PerdidasLancelot y yo nos pusimos de pie segundos antes de que los susodichos llegarán.
Arturo fue el primero en bajar de su caballo y la Ginebra espero a que él se acercara hasta ella para que le ayudase a bajar del suyo.
Todo sucedió en cámara lenta. No deje de seguir cada movimiento que Arturo hacía para ayudar a Ginebra, hasta el estirar de sus brazos para colocarlos en su cintura y alzarla por el aire para que ella tuviera la facilidad de bajarse. Apreté mi mandíbula, vaya que no sería fácil estar aquí. Y por primera vez estando aquí lejos de casa sentí que este no era mi lugar.
—¿Tomando un descanso?
Habló Arturo una vez estando justo frente a nosotros.—Si, así es.
Lancelot contestó.—Bueno pues sera mejor que se preparen, entrenaremos con ustedes.
—¿Que quieres decir?
Nuevamente habló Lancelot.—Ginebra y yo hablamos y ella quiere acompañarnos en la campañas y con el resto también, así que estará todo este tiempo con nosotros.
Haberle escuchado decir eso había sido como una puñalada en el estómago. Ahora tendría que estar cerca de ellos más tiempo.
Ni Lancelot ni yo dijimos una sola palabra entonces.
—¿A caso no les agrada la idea?
Habló Ginebra. Miró primero a Lancelot y luego se dirigió a mi.—No es así, creo que es una gran idea tener a otra mujer con nosotros.
Lancelot contestó con cierto nerviosismo.—¿Y tú no piensas lo mismo?
Ginebra dibujó una sonrisa maliciosa en su perfecto rostro.—Por supuesto. Un hombre hace la diferencia, en su caso una mujer.
Contesté con una sonrisa. Y camine hasta darle la espalda.—Bien, comencemos con el entrenamiento, yo te diré que hacer.
Escuché decir a Arturo a mis espaldas.Dejé soltar un suspiro.
Esta tarde sería dura, más bien las próximas semanas.—Vamos, entrenemos tú y yo.
Se acercó a mí Lancelot.Sonreí con la boca cerrada y camine detrás de él.
Alzó su espada y yo la mía. Los próximos minutos todo fue ruidoso. Nuestras espadas chocaban una contra otra, sudor corría por mí espalda y mi pecho. Había estado ignorando el hecho de que a unos metros de nosotros estaban Arturo y su prometida.
A partir de ahora fingire que no me importa. No hay nada que lastime a alguien como la ignorancia.
Estuvimos entrenando con la espada por más de una hora. Y enseguida de eso continuamos con el arco.
Lancelot estaba parado junto a mí, mirando mis tiros.
—Intenta centrar más tu tiro, tú técnica es buena pero también necesitas ser más rápida.
Sugirió Lancelot.—Ojalá pudiera hacer dos tiros al mismo tiempo.
Conteste con un ánimo mientras sonreía.—Puedes. De hecho no es tan difícil.
Respondió él mirando la flecha que acababa de lanzar.
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Viajando A La Época Del Rey Arturo.
Historical FictionUna caída de la cama que te llevaría hasta la cama del Rey Arturo. Un viaje en el tiempo, conocer al Rey Arturo, su caballero Lancelot y sufrir de amor, guerras y demás. Acompaña a Sofia y Arturo en esta aventura. (...) -¿Puedo preguntar quien ere...