Capítulo 20 ¡Eres Una Bruja!

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Capítulo 20
¡Eres una bruja!

Eran como las 6 de la mañana, estaba lista para irme con Ginebra, casi amanecía, hacía mucho frío así que me puse una capa azul que casi llegaba al piso me abrigaba bastante bien.

Alguien llamó a la puerta y conteste con un adelante, después de guardar algunas cosas que llevaría.

—Su alteza Ginebra la espera.
Lili se asomo por la puerta sin entrar por completo.

La mire directamente a los ojos y algo en ella me resultaba extrañablemente diferente. Como si un rasgo en su rostro hubiese cambiado, le reste importancia.

—Gracias, iré enseguida.
Contesté.

Agarré mis cosas y me dispuse a bajar, al llegar Ginebra hablaba con Lancelot, a pesar de que se esforzaban por ocultar sus sentimientos frente a lo demás desprendían amor por el aire. Solté un suspiro, no quiero verlos sufrir.

Seguían hablando cuando llegue hasta ellos pero no lo habían notado, estaban tan entrados en su platica que no habían notado mi presencia.

No quise interrumpir, no se verían por una semana, se extrañarían.
Comencé a preguntarme si yo también extrañaría a cierto caballero que se apoderaba de mis sueños y de mis sentimientos, nuevamente suspiré.

—¿Porque suspiras?
Escuché a mis espaldas.

Me voltee a mirarlo, sus ojos lucían sin brillo y con ligeras ojeras, aquello me preocupó, quizá no ha estado durmiendo bien.

—No es nada.
Respondí con indiferencia.
—¿Nos vamos Gin?
Pregunté para interrumpir su conversación con Lancelot, no quería que Arturo sospechara nada de ellos.

—En unos minutos todo estará listo para irnos.
Respondió.

—Ginebra, necesito pedirte un favor.
Hablo nuevamente Arturo acercándose a ella.

—Lo que sea.
Contestó.

—¿Podrías llevar contigo a una señorita que trabaja en el castillo contigo?
Preguntó.

Me quedé pensando en a quién se refería y de inmediato se me vino a la cabeza Lili, era la chica más joven que había visto en el castillo.

—Claro pero ¿puedo preguntar por qué?
Frunció el ceño.

—Te cuento después, solo dale trabajo en casa de tu padre por favor.
Hablo él.

Aquella situación me confundía, creía que Lili era eficiente en su trabajo y se me hacía una chica de lo más tierna y bella.

—Haré lo que me pides, cuenta con ello.
Respondió ella.

—Gracias, a tu regreso te explico todo.
Ella ya tiene listas sus cosas.

Lili apareció frente a nosotros con sus cosas en mano.

—Hora de irnos.
Habló Ginebra con una sonrisa.

Nos encaminamos hasta el carruaje, nos acompañaban Lancelot y Arturo.

—Cuídense mucho y si necesitan algo envíen una carta.
Habló Lancelot con una sonrisa.

Viajando A La Época Del Rey Arturo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora