Capítulo 24 Finn

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Capítulo 24
Finn

La cena había sido bastante breve, Ginebra había llegado para cenar con su tío y conmigo. Su majestad el Rey Leodegrance no nos había acompañado, había estado cansado durante el día.

La comida fue agradable y con una amena plática llena de anécdotas por parte de Lord William y de Gin, me divertí como nunca.

Después de la cena nos fuimos cada uno respectivamente a su habitación, no se que plan había para hacer al otro día pero tenía que dormir temprano, tenía el sueño atrasado.

Estaba por acostarme cuando escuche que tocaron la puerta.

—Pase.
Grité.

William se asomó por aquella puerta con una sonrisa de niño dibujada en el rostro, sonreí instintivamente.

—Buenas noches.
Dijo suavemente.

—Buenas noches.
Respondí.

—Venía a preguntarle si quería acompañarme mañana al pueblo.
Será algo breve.
Preguntó.

—Si, claro. ¿A que hora?
Respondí.

—Antes del desayuno si es posible.
Respondió.

—Cuente con ello.
Sonreí.

—Bien, entonces que tenga una maravillosa noche.

—Igualmente.

Tan rápido como se fue de mi habitación me cambié la ropa, liberandome de aquel tormentoso corsé logrando respirar como se debía.

Me acosté en seguida pero varios pensamientos se fueron atravesando por mi cabeza uno a uno. Como si viera mi vida pasar, sin creer todavía en donde me encontraba. Como si aún pensara que era imposible que yo estuviera aquí.
Solté varios suspiros, alejando todas aquellas ideas, hasta que comencé a relajarme imaginando a Arturo, como extrañaba mirarle.

Y entre pensamientos con él, me fui envolviendo en cada sueño que me hiciera sentir cerca de él.

(...)

Por segunda vez consecutiva estaba quejándome de lo incómodo que era usar un bendito corsé.

¡Quiero regresar a Camelot!

Grite a mis adentros, ahí no me veía obligada a usarlo. Pero aquí sí.
Tenía tantas ganas de sentirme liberada.

Esta vez llevaba un vestido más oscuro a los que ya había usado, era como verde oscuro, no me gustaba mucho pero no se me veía mal.
Elegí una capa para cubrirme del frío de la mañana.

Salí de mi habitación cargando con la navaja que había olvidado regresar a Lancelot, me la había colocado con una pequeña correa a la pierna. No podía cargar con mi arco a todos lados estando aquí.

Eso me haría ver sospechosa.

Fui a encontrarme con William a las afueras del castillo donde él ya estaba esperandome.

—Luce especialmente bella el día de hoy.
Fue lo primero que salió de su boca.

Se acercó hasta mi sin siquiera poder decir una palabra y tomó mi mano derecha para depositar un beso en ella. Me sonroje.

Viajando A La Época Del Rey Arturo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora