Capítulo 17 Mujer Poderosa

3.5K 399 50
                                    

Este capítulo va dedicado a todas las chicas que hacen hasta lo posible para que seamos escuchadas, porque se viven situaciones de acoso sexual todos los días y por que ya estamos hartas.

Capítulo 17
Mujer Poderosa

Estaba exasperada, no tenía ni la menor idea de lo que haríamos, estaba incomoda, irritada y molesta, juraría que podía golpear a alguien del enojo que tenía.

Aunque no conocía a Ginebra y con lo poco que nos habíamos dirigido la palabra desde que llegó la verdad es que no me agradaba en lo absoluto por lo menos hasta ahora. Y sabía que yo tampoco a ella. Pero no significaba que tenía que tratarla de manera indiferente, simplemente necesitaba pasiencia, mucha.

Supongo que el hecho de verme cerca de Lancelot o de Arturo ya que iba a hacer su futuro esposo no la hacía gracia en absoluto. Si yo estuviera en su lugar tampoco me daría gracia. Pero si queríamos regresar tendríamos que ponernos de acuerdo en algo: Estar unidas en caso de estar en peligro.

Yo iba en frente y ella venía a pocos pasos de mí, siguiéndome con su caballo.

-Si nos pasa algo ¿que haremos?
Habló después de un rato, en su voz se escuchaba preocupación. Y por primera vez sentí que no me hablaba con desprecio. Me causó gracia de cierto modo.

-Bueno primero que nada, tenemos que estar atentas a cada ruido que escuchemos. Segundo, tenemos que estar unidas en caso de que nos quieran atacar. Pero tenemos que seguir andando por lo menos para llegar a una aldea o algún pueblo y pedir indicaciones hacia el castillo.
Contesté.

No escuche objeción de su parte así que daría ese plan por hecho.

-Si llegamos a una aldea podemos pedir que nos guíen hacia el castillo y llegando al castillo Arturo podría darles una recompensa.

-Puede ser pero por otra parte no creo que sea una buena idea majestad. Nunca falta la persona que quiera hacer daño a alguien de la realeza, así que no vaya a decir que usted es Princesa de Camiliard. Si todo sale bien a mañana más tardar ya estaremos en el castillo.

Seguimos andando por otra hora más. Los caballos estaban cansados. Me sentí mal por ellos. Detuve mi caballo, recordé que había traído una bolsa de cuero en donde traía agua. Inmediatamente me baje del caballo y me serví un poco de agua en las manos para dársela al caballo, me acerque al caballo de Ginebra e hice lo mismo, el caballo bebió agua rápidamente. Luego le ofrecí de mi agua a Ginebra.

-Ni creas que tomaré agua de ahí.
Hablo de mala gana.

No pude evitar torcer los ojos. Es que esta chica no es humilde en ningún sentido.

-Es esto o morir de sed, en unas cuantas horas ya estará deshidratada. Tiene que tener fuerzas en caso de necesitarlas.
Hablé.
Me arrebato la bolsa de cuero de la mano y bebió.

Después de que había bebido del agua enseguida bebí un poco yo.

Hacia aproximadamente dos horas que había oscurecido, se escuchaban ruidos entre las ramas y con cada ruido Ginebra se exaltaba, lo que provocaba risa de mi parte.

Ya había perdido la noción del tiempo de cuánto habíamos estado andando.

A lo lejos vi luz, y pude ver lo que parecían casas.

Viajando A La Época Del Rey Arturo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora