Capítulo 18
Caricias De Puestas De SolGinebra
Tras seguir el ave que nos había indicado Mierlin, no tardamos mucho en llegar a la puerta de la muralla del castillo. El corazón se me comenzó a encoger y un nudo se hizo en mi garganta. Ese sentimiento que tienes cuando te pasa algo y quieres contarselo a la persona que amas pero con ganas de llorar.
Un remolino de sentimientos me invadió y Sofía lo notó al instante.
Acercó su caballo hasta el mío y me abrazó, correspondí al abrazo. No se porque la había juzgado desde un principio y la traté mal, en cambio aún sabiendo que no le agradaba me ayudó cuando más lo necesite.—Tranquila
Daba suaves golpes en mi espalda, mientras salían pequeños sollozos de mi boca.
—Ya estás a salvo pero de ahora en adelante tienes que prometer que harás hasta lo imposible por ser fuerte, que no te vean débil, porque muchos hombres piensan que por el hecho de ser mujer te pueden someter y no es así. Así que no hay mejor persona que tú para que les haga ver que están equivocados, eres una princesa y les tienes que demostrar que no te la pasaras sentada en un trono ordenando, tienes que hacer algo por este mundo, y entonces todo cambiará.Aquellas palabras me dejaron pensando tanto. Y sencillamente tenía razón, ahora entendía porque quería ir a las campañas. Quiero hacer eso también, quiero apoyarla ahora, quiero hacer algo por mi reino, por la humanidad.
—Gracias nuevamente. De verdad no sé que habría hecho si no me hubieras salvado.
—No agradezcas, siempre que pueda ayudar, lo haré. Ahora vamos, tenemos que llegar al castillo. Hemos desaparecido todo un día.
Asentí. Estábamos a poco de llegar a la puerta del castillo cuando salieron corriendo soldados a acercarse a ayudar con nuestra llegada.
—Su alteza ya ha sido avisado de su llegada Princesa.
Se dirigió a mí una doncella del castillo.Nos bajamos del caballo, Sofía se puso junto a mí.
—Si quieres yo le contaré todo al Rey, tú ve a descansar.
Asentí, la verdad que no tenía ganas de hablar de lo ocurrido y estaba agradecida de que ella se encargará de hablar con él Rey.Comencé a caminar hacia la entrada. A metros de mí lo vi.
Su cabello castaño se ondeaba por el aire, sus ojos mirando directo a los míos y entonces supe que no quería mirar otros ojos en el mundo.
En ese instante me invadieron las ganas de abrazarlo, necesitaba sentir nuevamente aquella sensación de estar con él.
Entonces no lo dude, me importó poco quien estuviera ahí, corrí como si no hubiera un mañana y me arroje a sus brazos, colocando mis brazos sobre su cuello.Me apretó contra su pecho con sus musculosos brazos, estaba segura con él.
—Princesa, vayamos adentro, no creo que sea buena idea que los vean abrazándose frente de todos, lo malinterprentaran.
Habló Sofía.
Tenía razón, no quería poner la vida de Lancelot en peligro, acusándolo de traición al Rey.El abrazo que en un momento nos unía fue roto por aquella advertencia y me colgué del brazo del hombre que estaba frente a mí, juntos entramos al castillo.
Sofía entró detrás de nosotros.
Enseguida cuando me miró y luego a Lancelot me asuste, pues su mirada se vio inexpresiva, hasta que sus ojos miraron por detrás de nosotros.Caminó decidido hasta aquella pelirroja y se avalanzo a abrazarla.
Sofía
Cuando lo vi, me hice pequeñita, no me gustaba la sensación de sentirme así frente a alguien pero ¡Por Dios! Todo el mundo debe de sentirse así aunque sea una vez frente a la persona que ama.
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Viajando A La Época Del Rey Arturo.
Ficção HistóricaUna caída de la cama que te llevaría hasta la cama del Rey Arturo. Un viaje en el tiempo, conocer al Rey Arturo, su caballero Lancelot y sufrir de amor, guerras y demás. Acompaña a Sofia y Arturo en esta aventura. (...) -¿Puedo preguntar quien ere...