Capítulo 44 El Amor Y La Sangre Son Igual De Fuertes

388 27 7
                                    

Capítulo 44

El Amor Y La Sangre Son Igual De Fuertes

Sofía

El olor a sangre era indescriptible, me causaba algo de pánico sin embargo lograba controlarlo.

Me gustaría decir que me sentía bien, pero en absoluto era así, acababa de arrancar vidas y estaba como en un estado de shock. Esa era la idea rondaba en mi cabeza y es que en algún momento tendría que pagar por hacer esto.

Nada mancha más el alma qué arrancar una vida.

Me daba asco yo misma, pero tenía que tragarme ese sentimiento, no me podía dar el lujo de hacerme una mártir o hacerme la inocente.

Sin embargo, ahora todo dependía de salir viva o morir pero de ninguna manera me iba a permitir morir en una época que no era la mía... No podría contar las veces que esa tonta idea se me había cruzado en la cabeza.

Íbamos camino a unos caballos qué habían sido preparados para nosotros con antelación conforme al plan qué me había ocultado Arturo.
Galopando a toda velocidad fuimos a donde estaban todos los demás soldados, la escena era horrible.

Algunos estaban manchados de sangre y lodo, peor aún estaban los qué se encontraban sin alguna de sus extremidades.

—Y se pondrá peor—. Dijo Arturo captando mi atención al darse cuenta de que estaba pasmada ante la escena que tenía ante mis ojos—Solo mantén la cabeza en alto, no demuestres ese miedo que sólo yo puedo ver en tus ojos—.

No dije nada, decidí permanecer en silencio.

Pero sí, efectivamente me estaba muriendo de miedo, las manos me temblaban y seguramente el miedo hacia qué me temblara los labios y el frio hacia a mis dientes tiritar.
Un mar de emociones nuevas me estaba invadiendo y no sabía cómo lidiar con eso, estaba atónita...

—La verdad es que estoy asustada ¿podrías darme una cachetada? —dije en un susurro de la nada a Arturo.

Detuvo su caminata y me tomo por los hombros con fuerza, pero sin lastimarme.

—Necesito que estes en tus 5 sentidos, entiende que tienes que mantenerte con vida. Te amo, pero quiero que regreses a casa y eso implica que tienes que dejar atrás todo lo que acaba de suceder, si le hiciste daño a alguien entiende que fue por defensa propia. No tienes por qué sentirte culpable—.

Te amo.

Mi mirada fue directamente a sus ojos, y me quedé viéndolo por unos segundos. ¿En serio acababa de decir que me amaba? No quería preguntarle al respecto, estaba asustada por eso y todo lo demás y no era por el hecho de que me acabará de decir eso, sino que eso significaba que en algún momento tendría que separarme de él. Y de la nada mis ojos se pusieron borrosos, me contuve las ganas de llorar, pero claramente había sido en vano.

—Mírame—Ordenó.

Dude unos segundos en mirarlo, odiaba que me mirarán llorar. Aun así, lo hice.

—No llores—susurró mientras pegaba su frente con la mía. —Nadie, absolutamente nadie merece tus lágrimas—. puso su grande mano detrás de mi nuca y me besó, era un beso cálido, dulce, pero a la vez triste. Sabía que este beso me marcaría la vida y la existencia por siempre...

Ginebra

Tengo las manos heladas, estoy sudando frío y tengo miedo. Juro que nunca había sentido tanto miedo.

—¿Qué quieres decir? — le pregunto a mi tío una vez que estamos a solas. Sé a lo que se refiere, pero tengo una esperanza de que no sea así

—Sabes lo que quiero decir. Y es momento de que saques fuerzas hasta de dónde no, porque sé que las vas a necesitar—responde. —Tu padre quiere verte, está delirando y creo que ha llegado el momento de que te despidas de él— Dice con lástima.

Intento contener el pánico y las palpitaciones de mi corazón, tengo miedo.

Trago saliva, pero el nudo en mi garganta y las ganas de llorar no me dejan. Respirar me cuesta y de la nada la vista se me desvanece, me tiro al piso en menos de un segundo y empiezo a sollozar.

Mi tío se arrodilla a abrazarme y me consuela.

—Estaré aquí para ti, tienes que ser fuerte por que a partir de ahora será aún más difícil. —Acaricia mi cabello mientras lo dice.

Sé que tiene absoluta razón, pero por ahora solo quisiera que todo esto fuera sólo un mal sueño y despertar por la mañana como si fuera un día normal.

Tomé una bocanada de aire y me incorporé. Respiré tan hondo como pude y caminé hasta la habitación de papá.

No quería entrar, pero tenía que hacerlo.

Abrí la puerta muy despacio y me acerqué muy sigilosamente hasta la cama de mi padre y me senté a la orilla de la cama. Su respiración era agitada pero cuando me miró se suavizó un poco.

—Hija—. Dijo a duras penas.

—No hables, solo duerme—Dije con toda la fuerza del mundo mientras le acomodaba la manta que lo cubría.

—Tienes que saber que estoy muy orgulloso de la persona que eres. —Me interrumpió. —Sé que estarás bien y quiero que sepas que no importa lo que pase, siempre, siempre debes hacer lo que te haga feliz. Sin embargo, en algún momento de tu vida tendrás que hacer lo contrario, a partir de ahora tendrás que tomar decisiones difíciles y debes de tomarlas siendo diferente de lo que ahora eres. — Lo escuché con absoluto silencio y sin interrumpir, pero no entendí muy bien a que se refería con eso último.

—No te preocupes, padre—Conteste con una leve sonrisa.

—Servir es tu misión hija, protege a quien amas y a tu pueblo. Sé que lo harás bien sin mí, la sangre Camiliard corre por tus venas—.

—Papá no digas eso, no hagas eso, no me hables cómo si te estuvieras despidiendo—dije frustrada y con impotencia.

Te amo, Gin—. dijo en un aliento.

A partir de ahí se me quebró el alma y todo mi ser.

Estaba sola a partir de ahora y ya no había nadie en el mundo a quién podría decirle papá nuevamente...

Lloré y lloré, posiblemente hasta secarme.

Ordené los preparativos para el funeral y corrí a mi habitación a escribir una carta con urgencia...

Una carta que tenía que llegar a Arturo. 

(...)

Sky<tres

CAPITULO NO EDITADO

Ya sé que me  tardé. Perdón. 

Pero no importa lo que tarde, no voy a dejar inconclusa esta historia.

Los tqm♥



Viajando A La Época Del Rey Arturo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora