Viajando A La Época Del Rey Arturo.

Capítulo 10 Es Hoy, Es Hoy

Capítulo 10

Es Hoy, Es Hoy

Después de varias horas y estar caminando agarrada del brazo de Arturo frente a tantas personas me había dejado agotada.

—Ve a descansar, te alcanzo en un momento —. Contestó.

En aquel momento estaba despidiendo a las personas que se habían presentado en el baile.

Me retire del lugar después de uns reverencia.

Camine hasta los aposentos que le pertenecían. Y al llegar lo primero que hice fue tirarme en la cama. El sueño me mataba.

(...)

La luz del sol que se filtraba por la ventana hizo que frunciera los párpados. Comenzaba a despertarme.

Un calor agradable yacía a mi lado, y pude ver su rostro, él estaba durmiendo a mi lado. Su cabello que le llegaba casi al hombre se veía más claro con la luz del sol, y su piel era extremadamente perfecta.

Me acomode mejor para poder observarlo a mayor detalle.

Aquellos ojos se abrieron y me miraron fijamente. Sin una palabra sonrió y nos seguimos mirando.

—Buenos días —dijo sin apartar la vista.

—Buenos días — conteste.

—Disculpa si me he tumbado a tu lado, es solo que estaba demasiado cansado— dijo sentándose en la cama.

—Descuida—dije levantándome.

—Te tengo noticias—dijo.

Preste toda mi atención mientras me dirigía a donde supuestamente habían colocado ropa para mi yo tomar un vestido.

—Te escucho—conteste.

—Hoy empezamos los entrenamientos —.

—¿Tan pronto empezaremos las campañas? —pregunté. La verdad no me lo esperaba.

—No, hoy empezaremos tú y yo—se levantó de la cama y dejó a perfecta vista sus pectorales, Dios mío es que estaba tan bueno que me daban ganas de lamer su rostro. —Creo que hay cosas que debemos practicar y que todo mundo sabe hacer—.

—¿Algo como qué?—estaba ansiosa por empezar, de verdad me gustaba pasar tiempo con él.

—¿Sabes montar un caballo?—preguntó.

—Bueno, una vez monte uno pero tenía 10 años—respondí.

Camine con el vestido que había escogido y lo coloque en la cama.

—Bueno entonces haré que traigan ropa adecuada para ti, porque no creo que ese vestido sea cómodo para ti—sd comenzó a colocar una camisa mientras caminaba fuera de la habitación.

Después Lily llegó con ropa para mi y enseguida me la puse con su ayuda.

—Gracias—respondí.

—de nada — y se retiró.

—¿Estás lista?—preguntó Arturo desde la puerta.

—Yo nací lista, cariño —respondí guiñando un ojo.

Y el soltó una risa.

Caminamos juntos hasta llegar a donde estaban los establos del reino.

—Ya nos tienen los caballos listos así que no te preocupes, será muy sencillo— asentí, me sentí ligeramente nerviosa porque hacía tiempo que no subía a un caballo.