Capítulo 31 Duelo De Amigas

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Capítulo 31
Duelo De Amigas

—¿Qué ha sucedido? —Preguntó Gin en cuanto llegó a la tienda que íbamos  a compartir ambas.

—¿Ya te has enterado de la cálida bienvenida que me dieron?—pregunté sarcástica.

—Me lo contó Lancelot—contestó mientras se sentaba.

—Son unos machistas de mierda—dije con coraje.

—Me gusta como eres, como actúas sin miedo a que te van a decir, sin preocuparte, siendo tú, ojalá yo pudiera ser así— confesó.

La miré con atención.

—Quizá pueda enseñarte unas malas palabras, algo del futuro—respondí.

—Deberías contarme más sobre eso, no hemos tenido oportunidad de hablar de ello—habló emocionada.
—Aún no puedo creer que vengas de siglos adelante.—

Te encantaría, en mi tiempo tú serias probablemente una actriz o modelo, estoy segurisima de eso—hable aún más emocionada.

El hablar de ello me hizo divagar e imaginar en cómo sería que los cuatro estuviéramos en mi época, como nos divertiriamos, iríamos a un parque de diversiones, iríamos al cine o quizá a un antro, no lo sé, pero eso estaba lejos de la realidad.

—¿Modelo?—Preguntó.

—Es una persona que le pagan mucho dinero para que le de promoción a un producto, por ejemplo un vestido, cómo eres muy conocida toda la gente querra tener el mismo vestido y entonces lo compraran—traté de explicar de manera sencilla.

—Wow, eso debe ayudar mucho a la económia—.

Solté una risa.
—Si así es, bueno en otro momento te hablaré más de mi tiempo, ahora tenemos que entrenar entre nosotras, no creo que quieras entrenar con ellos y tampoco que te vayan a agradar nuestros compañeros.—hablé con humor.

—Mejor, no tengo intenciones de convivir con personas misoginas—contestó seria.

Salimos de la tienda y nuevamente miradas se posaron en mi, pero también en Gin, ahora veían con más seriedad y curiosos del por qué dos mujeres estaban ahí.

Mientras caminábamos Gin puso una cara de pocos amigos, como si con eso los alejara y no les diera intención de acercarse.

Y la verdad es que se veía imponente, si yo fuera hombre ni siquiera me le acercaría.

Ese día ella llevaba su cabello color negro en una coleta alta, algunos mechones se escapaban y llevaba el atuendo normal que consistía en un pantalón y una camisa color blanco, llevaba el cinturón para portar su sable, y caminaba increíblemente con presencia como si nadie la mereciera.

Toda una perra inalcanzable, dirían en mi época.

Al caminar nos percatabamos de los murmullos que hacían entre ellos.

—¡Ay pero que gente tan chismosa!—dije en voz alta para que me escucharan.

Todos volvieron a sus cosas y dejaron de prestas atención en el mismo instante en el que había dicho aquello, lo que provocó una pequeña risita por parte de Gin.

—Y yo que pensaba que te iba a intimidar tener a tanto hombre a tu alrededor—escuche la voz de Lancelot a nuestras espaldas.

—JAJAJAJA gran chiste—reí a carcajadas.

Viajando A La Época Del Rey Arturo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora