Capítulo 35
Juguemos Un JuegoSofía
Mientras esperábamos a que Gin regresará Arturo, Lancelot y yo comenzamos a vacilar y bromear con cualquier tonteria, se sentía como si hubiese estado en un bar con amigos mientras me tomaba un trago de whiskey.
Antes de que llegara Gin, Arturo le susurro algo en el oído a Lancelot, tal como yo había hecho con él instantes atrás.
—Tenemos invitados—dijo entrando Gin.
Todos volteamos a mirarla con una cara de confusión.
—Su alteza, hace un momento estuve a punto de caerme y sufrir un terrible golpe, y estos buenos hombres me ayudaron—señaló a dos sujetos que entraban detrás de ella.
Inmediatamente reconocí a uno de ellos, era el causante de mi agitado y regreso.
—Espero que no le moleste que los haya invitado a comer con nosotros en forma de agradecimiento—terminó de hablar Ginebra.—En lo absoluto, sean bienvenidos—contestó Arturo.
Sonreí.
—Es una gran cortesía de su parte, pero tenemos mucho trabajo ¿No es así Callum?—le preguntó el uno al otro.
—Así es su majestad, no queremos interrumpir su comida, así que nos retiramos—.
Ambos dieron dos pasos hacia atrás.
—¿Sabe que odio más a parte de la traición su alteza? —preguntó Lancelot a Arturo.
—No Lancelot, dímelo—respondió Arturo.
—El cinismo—contestó.
En ese instante los dos hombres hicieron una reverencia, dieron media vuelta, estaban por salir de la tienda cuando Lancelot los tomó a ambos por el hombro.
—Caballeros no se vayan, tenemos muchas cosas que discutir—les habló.
En ese preciso instante arrojó a ambos sobre la pequeña mesa de madera que estaba en el centro de la tienda que estaba repleta de platillos que se veían exquisitos, haciendo que la madera se quebrara y los utensilios salieran volando.
Gin y yo nos quedamos sorprendidas por tal fuerza empleada, casi aplaudíamos.
Arturo se agachó para estar a su altura ya que estos estaban tendidos en el suelo.
—Me dirán todo, de lo contrario usaré métodos que en serio odio utilizar—comentó.
Los hombres se miraron entre sí y pude notar que ambos tragaron saliva del nerviosismo.
—No hay nada más cobarde que atreverse a asesinar por tales métodos—habló Ginebra que estaba de brazos cruzados.
—No podrías haberlo dicho de mejor manera—contesté.
—Y bien ¿no piensan hablar?— preguntó Lancelot mientras se vendaba un pedazo de tela en la mano.
No hubo respuesta de ninguno de los dos.
Lo siguiente que vieron mis ojos fue un tremendo puñetazo en el rostro de uno de ellos.
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Viajando A La Época Del Rey Arturo.
Ficção HistóricaUna caída de la cama que te llevaría hasta la cama del Rey Arturo. Un viaje en el tiempo, conocer al Rey Arturo, su caballero Lancelot y sufrir de amor, guerras y demás. Acompaña a Sofia y Arturo en esta aventura. (...) -¿Puedo preguntar quien ere...