Capítulo 22 Una Carta A Arturo

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Capítulo 22
Una Carta A Arturo

Las tres de la mañana, la hora perfecta para hacerse un té y que nadie se de cuenta, claramente para Ginebra.

Tenía que despertarla, no podíamos seguir a esperando a que se formará un embrión en su vientre, en caso de quedar embarazada.

—Gin.
Susurré. Se removió entre las cobijas y abrió los ojos lentamente.

—¿Qué sucede?
Preguntó.

—Tenemos que prepar el té ahora, recuerda que tienes que tomarlo varios días.

Comenzó a levantarse sin objeción y se puso una bata de terciopelo para cubrirse del frío.

Salimos de la habitación, bajamos las escaleras y caminamos  hasta la cocina, no había nadie como esperaba.

Ella se sentó en un silla mientras me observaba, yo comencé a buscar agua y un posillo donde calentar el agua.

Mientras se calentaba, lave un las ramas de ruda y las deje en un trapo para que se secara.

El posillo lleno de agua lo acerque al pequeño fogón que parecía horno de piedra, lo deje ahí por un rato hasta que comenzó a sacar vapor, entonces le eché ramas y hojas de la planta que habíamos recogido el día anterior.

Una vez hervido, retire el posillo del fuego y té tenía un aspecto verde oscuro.
En dos  tazas serví un poco. Le ofrecí una taza a Gin y la tomó sin dudarlo.

Me senté junto a ella en otra silla y también tomé un poco de té.

—En caso de estar embarazada supongo que te darán dolores muy fuertes en el vientre y te saldrá sangre como si estuvieras en tu período. Si esto pasa, a la única persona a la que debes avisar es a mí para poder ayudarte, si alguien más se entera estaremos fritas.

—¿Fritas?
Preguntó riendo.

—Es un decir, digamos que ya me han acusado de ser bruja.
Reí.

—¿Y tú por qué lo estás tomando?
Preguntó.

—También es para tener una buena digestión y quitar la ansiedad. Oh y también para que te adelante el periodo.

—Vaya, que gran cosa es esta planta.
Contestó mirando su taza.

—Buenos días su alteza ¿que hace despierta a estas horas?.

Ambas nos paramos de las sillas algo asustadas, creo que aquel acto nos hizo parecer sospechosas.

—Buenos días.
Contestamos al unísono.

—No podíamos dormir y nos preparamos un té.
Contestó Gin.

—¿De qué es el té?
Preguntó.

—De una hierba que andaba por aquí en la cocina.
Nuevamente se adelantó a contestar Ginebra.
—¿Que hace usted tan temprano levantada?

La mujer pareció ponerse nerviosa. Y comenzó a agarrar utensilios de la cocina simulando recoger el lugar.

—Es solo que deje hecho un lío la cocina el día de ayer y desperté mas temprano para levantarlo.
Respondió.

Viajando A La Época Del Rey Arturo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora