Viajando A La Época Del Rey Arturo.

Capítulo 33 Necesito Que Regreses

Capítulo 33
Necesito Que Regreses

Aunque me hubiera encantado decir que gané, no había sido así, después de unos cuantos golpes y moretones terminamos exhaustas.

Quedamos como un empate a decir verdad, y auque eso me hacia feliz  pude ver decepción en varios rostros de soldados, como si esperarán más de nosotras. Tendrían que quedarse con las ganas, la verdadera acción vendría después pero ahora Gin y yo contra quien se nos ponga enfrente.

Era increíble lo importante que se habían vuelto Gin, Lancelot y por supuesto Arturo para mí vida.

Mis pensamientos los estaba hundiendo en lo más recóndito de mi cabeza mientras me lavaba la cara, sentía un calor insoportable en el rostro, quizá hasta tendría la cara color rojo.

—¿Estás bien?, te ves exhausta—.
Escuche la voz de Arturo a mis espaldas.

—Estoy bien, le pido no se preocupe por mi bienestar—
Conteste seca y con sarcasmo.

—Lo sé—.
Me miró esperando a que hubiera una respuesta de mi parte, la cual no obtuvo, me miró indeciso, como si quisiera decirme algo y fingi no estar interesada en lo más mínimo que tuviera que decir.

Me decidí a irme pero en cuanto di un paso para irme me tomó del brazo.

—Espera, necesito pedirte algo—dijo suavemente.

Miré su agarre a mi brazo y luego lo mire a él, esperando a que me soltara del brazo. Mi mirada lo hizo entrar en razón y rápidamente me soltó, note que se puso nervioso.

—Lo escucho—conteste poniendo mis brazos detrás de mi.

—Necesito regreses—contestó.

Me quedé pensando en sus palabras unos segundos, esas palabras se podían interpretar de varias maneras.

—Sea explícito por favor—respondí.

—Si, emm necesito que regreses al castillo, hoy llegaba una carta importante y necesito que vayas por ella, probablemente ya esté en mi habitación—explicó.

—¿Que no se supone que tiene gente que haga eso?— pregunté.

Tardó unos segundos en contestar.

—Si así es, pero esta carta es demasiado importante y necesito a alguien de absoluta confianza que la traiga.—

—¿Me está diciendo que confía en mí? —pregunté con un aire de diversión.

—Ay por favor Sofía, ha sido así desde el primer día en que te conocí—me respondió como si lo hubiera sacado de quicio con mis preguntas.

Después de unos segundos se quedó pensando en lo que había dicho, su cara lo expresaba todo.

Por mí parte no hubo ni una palabra, me había estado aguantando de dirigirle la palabra y las ganas de besarlo por supuesto, pero tenía que dominar mis sentimientos.
Trague saliva.

—Lo haré, iré ahora mismo—contesté de una vez por todas.

—Haré que alguien más te acompañe—dijo.