Capítulo 42 Promételo

1.2K 87 17
                                    

Capítulo 42

Promételo

Sofía

Por fín había logrado dormir, cómo si mi mente no tuviese preocupación alguna, me encontraba en un profundo sueño cuando alguien de repente entró en mi tienda de campaña y me habló en susurros para despertarme. 

—Sofía—. dijo aquella voz.

—Mmm, déjame 5 minutos más. Aún esta oscuro—.dije somnolienta y negándome a despertar.

—Sofía, despierta ya. Nos están atacando—. dijo él y claramente pude darme cuenta de que era la voz de mi castaño favorito. 

En ese instante me senté de golpe. 

—¡¿QUÉ?!—pregunté gritando. 

—Shshsh—. Se acercó a taparme la boca, y nos mantuvimos en silencio casi un minuto, aún sin quitarme la mano de la boca.—Lancelot está afuera asegurandose de que nadie entre pero tenemos que darnos prisa—. 

Una vez que quitó su mano de mi boca hablé en voz baja. 

—¿Prisa con qué?— Aún estaba medio dormida y a penas y me funcionaba el cerebro, típico de mi siempre que despertaba. 

—Necesito que salgas de aquí, tengo que mantenerte a salvo—.Escuche en su voz algo de preocupación. 

—¿A qué te refieres con eso? ¿Piensas que vaya de vuelta al castillo?—. No sé en que momento comencé a molestarme pero así fue, me hizo enojar el hecho de que se le ocurriera mantenerme separada de él cuándo ambos sabíamos claramente que mi lugar era estar ahí, para eso había entrenado, quizá ese había sido mi destino desde al principio. 

Él me miró y supe de inmediato que todo lo que había pensado en ese instante era verdad, ese era su plan. 

—No te puedo obligar a hacer algo que no quieras. Por su puesto que si te quieres quedar está bien y no te lo impediré pero necesito que sepas que protegerte es mi prioridad—.contestó suavemente a mi enojo que claramente sse había notado en mi pregunta anterior y mi enojo disminuyó en un instante. 

—Tú prioridad deberían de ser las personas que están afuera, tu reino—. contesté con la misma suavidad. 

—Y lo son por supuesto pero no me perdonaría que te llegara a pasar algo a causa de esto, por eso necesito que todo el tiempo estés conmigo y te mantengas cerca, sólo así puedo protegerte.—. Colocó su grande mano en mi mejilla y se acercó a darme un beso en la comisura de los labios. 

—Sabes que puedo cuidarme sola, no necesitas preocuparte por mí ahora—Respondí con la misma suavidad de sus palabras e instintivamente pase mis manos brazos por encima de sus hombros y puse mis dedos en su cabello. 

—Sólo prometeme que te mantendrás a salvo—Contestó rodeando mi cintura con sus grandes brazos y deshaciendose de la distancia que nos alejaba.

—Que sea una promesa de ambos entonces. Yo prometo que me cuidaré si tú también cuidas de ti mismo—. Él sonrió y yo me perdí en sus dientes blancos, hasta parecía que iba al dentista. 

En ese momento me reprimí por distraerme de lo que estabamos hablando. 

—Te lo prometo, preciosa—.continúo sonriendo. 

—Promételo con el meñiqué—dije como una niña de 6 años, alzando mi mano en puño con mi meñique levantado.

—¿Con el meñique?—preguntó confuso mirando mi delgado y pequeño dedo. 

Viajando A La Época Del Rey Arturo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora