Capítulo 11

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~LEXA~

Mi temor se sentia pesado y bajo en mi vientre.Hice un sonido de protesta, rogándole sin decir palabras que se detuviera.

Clarke hizo una pausa, el tiempo suficiente para respirar antes de continuar.

Sacudi la cabeza lentamente, tratando de dar marcha atrás pero la agarró firmemente con la otra mano.

- Mirame. Dijo, con la voz controlada pero vacilante.

Cerré los ojos con fuerza, moviendo la cabeza lentamente otra vez. Escucho como suspira.

- Quiero que me mires. No obedecí, estaba congelada por el miedo. "Esto no puede estar pasando". No a mi, no de nuevo.

Pero estaba ocurriendo era incapaz de detenerla. Me quejé, tirando mi cabeza contra su mano. Ella se alteró más cuando levanlé las manos y toqué sus muñecas

- No-o-o-dijo suavemente, como si estuviera reprendiendo a un niño.

Mis manos temblaban y mis rodillas se sentian como si fueran a doblarse. Apretó el agarre en mi cabello, forzándome, mientras que un sullozo, sin lágrimas se escapó de mis labios.

Cerré los ojos aún más cruzando la delgada linea de mi paciencia mientras caía en la delgada linea de mi cordura. Clarke se inclinó y besó mi mejilla, luego mi nuca.

Suspiré nerviosamente, alejándome, pero no iba a ir a ninguna parte. Ella toco mis labios con su pulgar, tratando de calmar mis sollozos y gemidos.

- ¿Dónde está tu valentía ahora mascota? ¿Sin arañazos ni siseos? ¿Dónde está mi chica dura?.

Tenía el corazón en la boca. No tenía ni idea de a dónde se había ido mi valentia. Alguna vez había sido valiente? No lo creo.

Nunca tuve que serlo. Me conformé con ser invisible, la chica con la que su padre podía divertirse. Como desearia poder ser invisible ahora. Mi voz se había ido, suprimida por la magnitud del momento. Igual que la primera vez que mi padre abusó de mi. Igual que todas las veces.

Estaba en las garras de un ataque de pánico cuando Clarke me dejó ir. Me deslicé al suelo, abriéndome el rostro con las manos mientras me decía a mi misma repetidamente, " no estoy aquí". Esto es un sueño, un sueño fantásticamente horrible. En cualquier momento, voy a despertar.

Junté las rodillas al pecho, y me moví hacia adelante y atrás. No lloré cuando me agarró. Sabía que esto vendría. Me sentía vacía, como si mi cuerpo no fuera más que una cascara con mi alma rota por dentro.

Me llevó hacia la cama, y me dejó de pie sin esfuerzo frente a ella. Lentamente, mis ojos perdieron el foco, como si mi cerebro hubiera empezado el procedimiento de apagado.

Me quedé simplemente de pie, esperando. Clarke corrió el cabello sobre mi hombro izquierdo y se quedó detrás de mí. Podía sentir su cuerpo contra mi. Besó mi cuello de nuevo.

-No. Le supliqué con la voz quebrada. Así era como me sentía, completamente desolada.

- Por favor... No. Su risa suave revoloteó en mi cuello.

-Esa es la primera cosa amable que has dicho. Envolvió los brazos alrededor de mi.

- Es una lástima que no hayas aprendido a hablar correctamente. Siéntete libre de probar de nuevo, «Por favor no, Ama» ¿ Puedes hacerlo?.

Queria llorar, gritar, hacer cualquier cosa menos lo que me pidió. Permaneci en silencio.

- O tal vez necesitas un empujoncito. Lamió mi oreja.

Clarke se apartó bruscamente, dejando mi espalda abierta al aire frio. Me hundi en el suelo, haciéndole nudos al edredón mientras presionaba la cabeza contra él.

Ella se agachó detrás de mi y me acarició la espalda. El deseo de luchar contra ella creció dentro de mi y, aunque sabía en qué me estaba metiendo, no pude detenerme.

El codo fue hacia atrás y la golpeé en las costillas. El dolor atravesó mi codo y no lo pude mover por unos segundos. Costillas de acero.

-Ahí está mi chica dura -dijo friamente. Me agarró una mano, y me subió a la cama. Grité salvajemente, clavando las uñas en sus manos tramando de soltarme, pero toda mi lucha fue en vano. Todo había terminado antes de que comenzara.

Mientras me colocó boca abajo y puso las rodillas sobre mis omoplatos. Estaba atrapada. Derrotada.

-iTe odio!. Rugi.

- Supongo que es una suerte que no me importe. Dijo sin piedad.

-Te diré lo que me molesta; todavía no has aprendido modales. Podria haber sido fácil, mascota, pero debo contesar. Senti su aliento al lado de acara.

- Me gusta más de esta manera. Buscó algo en la cama por encima de nosotros. Me forcé para ver lo que era, pero su rodilla me lo impedía.

Trabajó para agarrar mis muñecas, pero las atrapó rápidamente con su mano izquierda mientras las ataba con una cuerda suave, casi como la seda.

Lloré mientras me retorcía debajo de ella, tratando inútilmente de escapar. Alejé cualquier idea de dolor, de Clarke lagrimeando a través de mi inocencia, diezmando mi cuerpo.

La eventual degradación, el resplandor de la vergüenza. Esto era mejor de lo que suponía. Prefería que sea enferma, retorcida y sádica.

Asi se me hacía más fácil odiarla a ella. Quedaron atrás las imágenes de los ángeles preciosos enviados a salvarme.

No tenía por qué soñar con sus ojos verdosos, o definir como me sentía frente a torma en que su cabello dorado se setiría en mis manos. Incluso su aroma me ponía enferma ahora.

Al menos de esta manera, ambas reconoceríamos esto por lo que era, violación, no seducción ni fantasia. No habia confusión. Ella solo era un monstruo. Solo otro monstruo.

Me levantó de la cama por las muñecas, unos de los postes de la cama hasta que estuve precariamente en las puntas de los pies.

Quedé allí expuesta, mi cuerpo se estiraba con fuerza, todo al descubierto, mi respiración disminuyó. Me agarró la cara con suavidad.

-¿sabes -¿sabes cuál es tu problema mascota? No has aprendido a elegir sabiamente. La cena podría haber sido diferente, pero elegiste esto.

Con un movimiento rápido, se alzo sobre mi. Se me ocurrió algún comentario inteligente. Las palabras la habrian enfadado. Yo estaba alerroriddzada, pero luego me besó.

El beso era violenlo, posesivo tenia la intención de arrastrar a ese comentario justo donde estaba

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El beso era violenlo, posesivo tenia la intención de arrastrar a ese comentario justo donde estaba. No hubo lengua; ella era demasiado inteligente para eso, solo presionaba sus labios contra los míos. Todo terminó antes de que tuviera tiempo para reaccionar.

Captive in his armsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora