Capítulo 3

1.8K 122 2
                                    

~LEXA~

- Podría tomarte aquí mismo, pero como dije primero los exámenes.

-iAléjale de mi!. ¿ Esa era mi voz? No puedo creer lo que acabo de hacer, solo que recordar esa primera vez hace que quiera luchar para no volver hacer abusada.

Me preparé para algún acto de venganza, pero no llegó. En canbio, oi un pequeño sonido como si se estuviera riendo.

Aunque luchaba, mis intentos eran patéticos. Si mis brazos estaban en medio, los colocaba hacia atrás con poco esfuerzo. Si levanlaba las rodillas, sencillamente las empujaba hacia abajo.

No había cerrado el grifo de la bañera todavía, el agua no había rebasado. El frio me abrumó al sentarme completamente desnuda. Dejé de respirar, temblaba incontrolablemente.

-Relájate. Dijo tiernamente.

-Por favor. Me las arreglé para decir entre sollozos. Aunque ni siquiera sabia que estaba pidiendo.

¿ Que me tratara bien?, ¿Que no abusara de mi?, ¿ Que me dejara en la calle?, o ¿ Que no siguiera tocándome?

No me respondió. La siento deslizarse en mi cuerpo y comencé con otro ataque de llanto iNo, no, no me toques! Pensaba.

Inmediatamente agarra mi pezon y los pellizcó. Grito por la conmoción y sorpresa, las sensaciones me inundan. Se inclina a mi oído y susurra:

-¿Por favor qué?. Me pregunta. Me sentí, incapaz de formar palabras.

Me pellizcó más fuerte.

Inmediatamente agarra mi otro pezones y lo pellizcó. Grité por la conmoción y sorpresa, las sensaciones me inundaron. Se inclinó a mi oido y susurró:

-¿Quieres que te deje sola? Asenti, incapaz de formar palabras

- Si por favor. Respondí. Me pellizcó más fuerte. Entonces recordé el "Señora".

-Si Por favor, señora. Dije entre sollozos.

-¿Vas a ser una buena chica?. Dijo su voz, una vez más impregnada de una fría indiferencia que era contraria a la delicadeza que trató de transmitirme antes.

-Si, señora. Le respondo a regañadientes y logro colocar mis manos sobre las de ella.

Sus manos son suaves y me sujetan firmemente. Ni siquiera trato de alejarlas. No había forma de que me dejara ir.

-Buena chica. Respondió con sarcasmo. Pero antes de soltar mis pezones, frotó la sensibilizada y tierna zona con sus palma.

Al parecer, tengo un sinfin de lágrimas, al obligarme a sucumbir a su lado más compasivo.

Me siento en silencio y trato de no conseguir otra dosis de castigo.

Después de rociar mi cuerpo con lo que solo podía ser una de ducha de mano, finalmente cierra el agua.

El agua estaba lo suficientemente caliente, mejor que el aire frío contra mi piel expuesta. Pero estaba demasiado aterrorizada como para sentir cualquier alivio.

Donde antes "trabajaba" el hombre de la puerta vigilaba para que no me hieran demaviado daño. Ahora estoy en manos de una mujer.

Intenté controlar mi llanto y hablé calmadamente.

-¿Venda?. Me sentiría mejor si pudiera ver lo que estas haciendo. No respondió ni hizo intento por quitarme la venda de los ojos. Tragué, tengo la garganta seca.

- No vas a herirme.. verdad?. Pregunte con esperanza.
Mis dientes comenzaron a castañear mientras esperaba una respuesta, aún ciega y atrapada en sus brazos.

Se quedó callada un momento, y luego dijo:

- Me gusta como te vez con ella puesta. En cuanto a hacerte daño, sólo tengo planeado limpiarte por ahora. Pero debes entender que hay consecuencias por tu comportaniento, si haces algo mal, ya sabes que serás castigada.

No espera por mi respuesta y empeza a lavar mi cuerpo con un jabón líquido suave que olía a hojas de menta y lavanda. La oscuridad se mezcla con el aroma, llena la habitación, envolviendo mi piel. Al igual que su voz.

Hubo una vez en la que disfruté el olor a lavanda. Ya no más, ahora lo detestaba. Al pasar sobre mi pecho, no pude resistir a la compulsión de atrapar una vez más sus manos con las mias. Sin una palabra, deslizó su mano sin jabón y presionó mi muñeca hasta que solté la otra.

Siento como me da una palmada en el muslo por mantener mis piernas cerradas y no permitirle lavar entre ellas.

Esa parte de mí era privada. Nadie la había tocado excepto mi asqueroso padre. Luego que él me vendió nadie la habia tocado; ni yo la había explorado completamente.

Y ahora una mujeres extraña, me tocaba. Me sentía violada y me hacia recordar un pasado con mi padre que habia intentado durante mucho tiempo olvidar.

Me resistia, pero con cada toque, con cada invasión, mi cuerpo le pertenecia un poco más a ella que a mí.

No podía dejar de temblar. Luego, siento el agua bajar, supongo que quito el tapón de la bañera.

Me sacó, secó mi piel, cepilló mi cabello, frotó un bálsamo en mi culo y me entregó una bata de baño. Yo estaba aterrorizada, avergonzada, exhausta y no podía ver, pero aún estaba satisfecha de senlirme limpia, en el exterior por lo menos.

Su voz era una suave brisa contra mi cuello mientras estaba parada sin ayuda frente a ella.

-Ven conmigo. Incapaz de hacer otra cosa, le permití que tomara mi mano y que me guiara a ciegas fuera del baño.

~CLARKE~

Su piel es tan suave, labar su cuerpo me costo más de lo pensaba. Quería tomarla ahí mismo. Que gritara mi nombre con cada orgasmo que le regalaría.

- Te portaste muy bien Alycia, te mereces un premio. Digo y con suavidad le quiero la venda de sus increíbles ojos.

- Lexa. Susurra mirando hacia el piso. No entiendo y le tomo la barbilla para que me vea.

-¿ Que?. Susurro cerca de sus labios.

- Mi nombre no es Alycia, soy Lexa. Dice y sus increíbles ojos me ven con " miedo".

- ¿Lexa?, me gusta. Digo con una sonrisa. Ella no hace nada solo vuelve a bajar la mirada.

-Sabes, estoy cansada, quiero dormir pero no quiero volver atarte, ¿me prometes que no vas hacer una tontería?.

Ella comienza a asentir con rapidez con su cabeza. Sonrio.

Lo que Lexa no sabe es que mi guardaespaldas está justo detrás de mi puerta. No podrá salir aunque lo intente.

- Bien, acuéstate en la cama, yo voy a quitar mi ropa para acompañarte. Digo y ella me mira de nuevo con miedo.

Captive in his armsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora