Capítulo 8

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~LEXA~

Clarke sigue su camino hacia mi, alza su mano como para golpearme y levanto mis manos para proteger mi cara.

Su mano golpea contra la pared. Mientras me encojo, lo peor fue que se rie a carcajadas. Despacio, me movi para bajar los brazos y cubrirme los pechos. CLarke garró mis dos muñecas con su mano izquierda y las presionó contra la pared por encima de mi cabeza.

Clavada entre ella y la pared, reaccioné como un hámster asustado. Me congele, como si mi quietud pudiera desalentar su naturalez depredadora. Como una serpiente que sólo come ratones vivas.

-¿Tienes hambre?. Preguntó, suave y en voz baja. Mi cerebro dejó funcionar como debería.

La única cosa en la que mi cabeza podía centrarse era en su proximidad. La intensa calidez de sus dedos suaves presionando mis muñecas. El limpio y húmedo olor de su piel en el aire a mi alrededor.

La invisible presión de su mirada sobre mí. ¿Qué era esto? Cuando fallé en responder, los dedos de su mano derecha treparon por la cara externa de mi pecho derecho, la tela de mi camisola hacía de sus dedos cálido satén contra mi piel.

Nuestro intercambio anterior se abría camino en mi conciencia.

-Jódete. Respondí con rabia.

- Prefiero joderte a ti.  Mis rodillas se doblaron un poco y mis pezones se endurecieron. Tomé aire repentinamente y me incliné alejándome de sus caricias, forzando mis ojos cerrarse firmemente contra la piel de mi brazo levantado.

Sus labios acariciaron mi oreja.

-¿Vas a responder? O ¿debo forzarte de nuevo?.

¿Comida? Mi estómago de pronto se retorció bruscamente. Un dolor primario. Si había sido mi hambre, cuando me lo recordó. Estaba absolutamente famélica.

Me armé de valor respirando profundamente.

- Si. Respondí.  Sentí su sonrisa contra mi oreja, y luego sus dedos agarraron mi barbilla.

Con mi visión periférica le vi inclinarse hacia mi. Su aliento era frio contra mi piel caliente.

- Si. Repitió mi respucsta.

-¿Tienes hambre? Si, vas a responder? O si, ,¿tengo que forzarte de nuevo?

Mi corazón se aceleró. Sentí su aliento en mi mejilla. De pronto no había suficiente aire, como si su proximidad la absorbira hacia fuera de mis pulmones.

-0 es sólo: si

Mis labios se separaron y mis pulmones se metieron profundamente hacia dentro atrayendo tanto aire como pudieron. No parecia ser mucho.

Me forcé a mí misma esponder a través de mi pánico.

-Si-tartamudeé, tengo hambre. Sé que sonrió, aunque no podía verla.

Un escalofrio, tan fuerte que mi cuerpo casi sacudió hacia el suyo, me atravesó la columna.

Me besó suavemente la mejilla. Creo que gimoteé. Entonces, caminó hacia fuera de la habitación dejándome paralizada incluso después de oir la puerta cerrarse.

Clarke volvió al poco rato con un carrito con ruedas cargado de comida. Mi estómago rugió cuando olí la carne y el pan. Fue dificil controlar la urgencia de correr hacia la comida.

Entonces Bellamy la siguió dentro de la habitación cargande con una silla. 

Ver a Bellamy me hizo desear que el suelo se abriera y me tragara. Anteriormente cuando Bellamy había intentado violarme, yo había intentado (una vez más) encontrar protección en los brazos de Clarke.

Supongo que en algún lugar de mi cabeza, me había aferrado a la esperanza de que Clarke, me protegería de todo lo que podía ver era esa horrible, fiera mirada en los ojos de Bellamy. Quería hacerme daño.

La puerta se cerró y alcé la mirada para encomtrarme a Clarke sentada cerca de la comida. Estábamos otra vez solas. El miedo y el hambre rasgaban mis entrañas.

- Ven aquí. Dijo. Su voz me sorprendió, pero me movi hacia ella.

- Para. Quiero que gatees hasta aquí.

Mis piernas temblaron ¿Gatear?¿ Se está burlando de mi? Sólo corre. Corre ahora mismo. Pienso.

Se queda mirándome fijamente. ¿Correr hacia dónde? ¡Verás lo rápido que te golpea contra el suelo y te droga otra vez!. Mis pensamientos se estaban  volviendo pesimistas.

Mis rodillas golpearon el suelo. ¿Qué elección tenía?.
Bajé la cabeza pero todavia podía sentir sus ojos sobre mi como un peso que prometía su mano.

Mis rodillas y mis palmas se movían a través del suelo hasta que alcancé las puntas de sus zapatos.

Estaba atrapada. Casi desmuda. Débil. Asustada. Era suya.

Clarke se incinó y reunió mi pelo con sus dos manos. Despacio, levantó mi caheza hasta que nuestros ojos se encontraron. Me miró intensamente; las cejas se juntaron, su boca dibujo una linea fuerte. Con su manos toca mis mejillas.

- Realmente eres una chica muy guapa; es una pena.

Mi corazón se retorció. Un recuerdo, el recuerdo desgarró mis defensas y salió al superficie en la parte frontal de mi mente.

Mi padre también había pensado que era guapa. Era una cosa bonita, y las cosas bonitas no prosperaban en este mundo, no en manos de hombres como él.

Instintivamente, mis manos agarraror sus muñecas en un esfuerzo de apartar sus manos de mi rostro, pero Clarke se mantuvo firme. No brusco, sólo firme.

Sin palabras, lo dejó claro; ella podía tocarme siempre que quisiera. Incapaz de sostener su mirada, desvie mis ojos hacia algúna parte detrás de ella.

Todo el aire de mi alrededor se desplazó para hacerle sitio. Su aliento patinó través de mi mejilla, y bajo mis manos temblorosas y sudadas.

Cerré los ojos y respiré profundamente con la esperanza de calmarme. Su olor se mezclaha con el de la comida y se precipitaba dentro de mis pulmones. La combinación hizo cosas primitivas, desconocidas en mi.

Una gota de sudor se escurrió por el lateral de mi cuello. Su lento avance por mi clavícula, a través de mi pecho, y por el interior del hueco de mis pechos, sirvió  para para acordarme de mi cuerpo. Mi débil y frágil cuerpo.

Clarke suspira profundamente y deja escapar una lenta exhalación. Temblé, incapaz de discernir si el suspiro significaba que se había calmado, o que estaba a punto de bofetearme asta dejarme inconsciente.

Su voz, escasamente revestida de cortesía, llenó mi cabeza.

-Yo vigilaría lo que haces, mascota.

Captive in his armsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora