Capítulo 14

1.3K 85 0
                                    

~CLARKE~

Me paso los dedos por el pelo y exhaló otra ráfaga de aire mientras pongo rumbo a la cocina.

Abro la puerta del frigorífico y el frío y cenagoso aire se siente bien contra mi piel. Demasiado bien, cada terminación nerviosa de mi cuerpo esta alerta en este momento.

Incluso la ropa que vestía añadían una fricción cuando me movía.

Apoyo el codo en la puerta del frigorifico, me inclino y cierro los dedos alrededor de una botella de Vodka . La condensación de la bolella me recordó instantáneamente al sudor de Lexa.

Pienso en Lexa otra vez, y en otros chicos, esclavos anteriores; nunca me gustaron del todo sus sabores salado, y de su fuerte olor del sudor.

Nosotras las mujeres podiamos presumir que nuestros olores son más suave y dulce. Pienso otra vez en mi Lexa.

Solo Lexa era capaz de ser tan jodidamente sexys que quería lamerla para dejarla limpia cuando ella considera que está sucia.

Cierro los ojos, y apoyo la frente contra el congelador mientras pienso en sensaciones que me atraviesan. Sonrió débilmente para sí misma antes que se desvaneciera.

Abro los ojos y me aparto del frigorifico, cerrándolo con suavidad. Yo había vencido y Lexa se había somelido. Una pequeña victoria, pero era un comienzo.

Abro la tapa de la botella, dejando que el metal resbalara por la encimera de granito. Me llevó la botella a los labios. Fuerte y frio, el liquido se precipitó por mi garganta disipando parte del calor de mi cuerpo.

No podía negar lo bien que se sentía. Tomo unos cuantos tragos más. Decido bañarme y arreglarme.

Pienso de nuevo en Lexa, cuando todo esto termine, y ya no me apetezca, se que ella encontrará una manera de seguir adelante.

Tomo la llave del bolsillo de atrás de mis otros panlalones y la pongo en el par actual.

Luego me paso los dedos por mi pelo mientras evaluaba mi reflejo. Mis pestañas eran demasiado largas, mi boca demasiado suave.

Era demasiado... cara condenadamente guapa y ese siempre habia sido mi problema.

Si hubiera tenido algún defecto fisico, aunque fuera pequeño, mi vida entera habría sido diferente. Si mis padres no fueran quienes son todo sería distinto.

Encarando la puerta, me llevó el arma de Harry el Sucio; necesitaba el frio y pesado metal para recordarme que ya no sería "guapa" o " La heredera"nunca más.

Agarro mi chaqueta y me coloco la funda de la pistola. Sin mirar atrás, cierro la puerta en silencio. Caminó por el pasillo, pasando por delante del sofá antiguo hacía la puerta.

El tenue ajuste de las luces de la casa a esa hora de la noche, era funcional y por precaución. Nadie sabía que estaban alli, excepto aquellos que habían viajado conmigo, pero confiaba en ellos menos que en los extraños a excepción de Lincoln. Mi padre siempre me tiene vigilada. Se que ellos le pasan informe semanal de todo lo que hago.

Aproximándome a la puerta, mis ojos se clavaron una vez más en la puerla de mi dormitorio donde ahora está Lexa.

Pasaría seis semanas con ella. Seis semanas para hacerla entender todo lo que requería de ella. Luego, podríamos viajar a Pakistán para reunirme con Raven.

Dada su naturaleza implacable, sería menos que amable con Lexa si no obedecia al momento en que le diera órdenes.

Sigo caminando a través del vestibulo, mis zapatos haciendo suaves susurros a través del suelo de cerámica. En el momento que abrí la puerta, la noche me atravesó. Me paro en el umbral. De repente no estaba inquieta, ansiosa o cachonda.

Por un momento, no quise irme. Pero sabía que era lo que necesitaba así que lo hize.

La noche era calurosa, pero confortable y parte de mi ansiedad empezó a sosegarse.

Las calles sucias y sin pavimentar del pueblo parecian casi totalmenle desiertas. No se podía oir oír ningun sonido desde madera de los habitantes. Mientras caminaba, prestó gran atención al suave y casi imperceptible ruido sordo de mis pasos encontrándose con la tierra compacta.

Contra la quietud de la noche, el sonido de los grillos frotando sus patas furiosamente, parecía un ruido atronador, pero un agradable acompañamiento a interior de las pequeñas casas de hormigón o sus pasos.

Cuanto más lejos avazaba por la carretera, menos oia los grillos y sus pasos, hasta que finalmente estuvieron completamente ahogados por en aquel pedazo de mierda de ciudad estaba, en efecto, abierto.. Mi boca se curvó hacia arriba por las comisuras. El bar, música y el ruido.

Entre al bar y muchos se me quedaron viendo. No pongo interés en ninguno. Necesito un buen trago.

Estoy en eso cuando una mano tosca toca mi hombro. Me doy la vuelta y veo a un chico desnudo. Me mira con ojos suplicante.

- Ama, elijame y le daré la mejor noche de su vida. Miro sobre su hombre y se acerca un hombre gordo. Él mira el culo del chico y luego me mira a mi.

- Sabes, hoy quiero a un hombre de verdad, se nota que el señor de allá quiere repetir. Digo y el chico voltea asustado.

Me alejo el chico, y veo como intenta huir pero esta vez el hombre gordo lo abraza y aprieta sus nalgas. Se lo llega a un privado casi a rastras.

- Podre Bellamy, seguro que le vuelve a desgarrar. Miro en dirección de la voz. Es una chica muy guapa.

Sus cabellos rubios se ven muy suaves.

-¿ Cual es tu nombre ?. Pregunto con una sonrisa.

- Nylah. Dice y me da la mano.

- Eres muy hermosa Nylah, pero tengo en casa a una chica que quiero sea mi primera mujer. Tal vez en la próxima te escoja. Digo y ella baja su cabeza y se va.

Veo a un hombre de 40 años, grande y formido. Tiemblo de anticipación. Ese es el elegido.

Me voy hasta donde esta y él sonríe al verme. Me aprieta la mano y me lleva con rudeza a su habitación.

- Te estuve esperando más de un mes, me gustas. Dice y yo no digo nada.

Solo necesito olvidar por unas hora a Lexa. Y se que con él lo voy a lograr, ya sea por placer o dolor.

Captive in his armsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora