Capítulo 10

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~CLARKE~

Escucho la puerta y veo a Clarke con un gran carrito de comida. Esta vez no hablaría, estaba muerta de hambre y ella lo sabía.

Solo dejó el carrito y se fue sin mirarme. Me dediqué a comer todo lo que había traído y beber gran cantidad de agua.

No sabía cuando volvería a tener la oportunidad de comer por eso era bueno acumular todo lo que pudiera.

Me di cuenta que fue mala idea comer todo eso cuando siento las náuseas. Corro al baño y vomito.

Después de vomitar me sentía increíble, ya no tenía hambre y mi estómago no se sentía lleno.

Entonces pienso en mi capturera. Mi hermosa carcelera.

No sabia lo que estaba pasando conmigo, pero Clarke era la causa. Era la fuente de este dolor y confusión.

Cualquier cosa que me había pasado o que me curriría, sería causa de su apetito pervertido y distorsionado.

Derrotada, me di vuelta y comencé a caminar hacia fuera del baño. La puerta de la habitación se abrió de golpe y me hizo saltar.

Frenéticamente busqué alrededor del baño una manera de escapar o algún lugar donde esconderme. Era irracional, ya había probado que no había escapatoria.

Sin embargo, el instinto es el instinto. Y me dijo que los segundos que tardaría en encontrarme serían suficientes.

Clarke se dirigió directamente hacia el haño tarareando. Cuando llegó a la puerta me escondí debajo del lavabo. A la vista de todos. Se acercó con calma, sin la malicia que había mostrado antes y me llamó con una voz tranquila.

-Quiero que te levantes. Extendió su mano hacia mi. Agotada, la miré por lo que pareció un tiempo largo pensando en el daño a la espera de que sea hecho por esa mano.

Su tranquilidad; mi miedo colgaban entre nosotros en una densa y pesada espiral. Ella iba a hacerme daño, algo dentro de mí lo sabía. Esa certeza casi me paraliza.

Buscando una manera de manejar su buena voluntad, me acerqué vacilantemente esperando el golpe de la serpiente. Toqué su mano extendida, queriendo retroceder y volver trás. Pero no lo hice.

Ella sonrió. Era una sonrisa que me llamó la atención a instante, hermosa y malvada a la vez envolvió los dedos alrededor de mi muñeca, y de su contacto, una energia eléctrica fluyó hacia mí.

Estaba absolutamente petrificada. Me puso de pie lentamente y me quedé observándolo con los ojas muy abiertos y una respiración ansiosa.

Llevó la palma de mi mano hacia su rostro para que sintiera su piel por primera vez. Abruptamente temí su bondad más que su crueldad la intimidad de ese acto obligó a mi ojos volver hacia el suelo. Recorrió mis dedos por su rostro, sostenicndo mi mano firmemente cuando intentaba partarla.

Ella era suave. Su toque era simple, pero especifico, intentando demostrarme que podía ser como una amante, amable, intima, pero también, que era una mujer que no estaba costumbrada a oir la palabra no.

Sí. Entendí. Estaba destinada a caer a sus pies adorarle en el atar de su feminidad, agradecida de que ella se había dignado conocerme. Todo esto, por una simple caricia.

Levantó la mano derecha, sacando mi cabello de mis hombros, y luego acarició la parte posterior de mi brazo. Un escalofrío violento corrió por mi espalda haciéndome retroceder. La pocelana fria del lavabo rozó mi piel.

Como si fuera un baile, ella se acerco. Sus dedos tomaron mis cara, mientras yo seguía mirando al suelo. Besó mis dedos; mordisqueándolo suavemente con los dientes.

El pulso me latia en los oídos mi respiración se volvió dificultosas. La ansiedad recorrió mi estomago, haciéndome sentir nauseas. Pensé: ¿Debo luchar con una oscuridad siniestra?. El pulso me latia en los oidos. ¿ Me arriesgaria a su temperamento? Mis instintos no decían que corriera o me escondiera, decían quédate quieta. Me decían que.. ¿obedeciera?.

"Por favor para" Dejó caer mi mano, lo que hizo activar las alarmas; sin saber qué hacer con mis manos, me envolví con ellas. Me sentía como si estuviera haciendo un hoyo a través de mí con sus ojos. La intensidad con la que me miraba hordeaba lo obsceno.

¿Qué estaba haciéndome con su mente? Una cosa extraña estaba ocurriendo en mi interior, un entendimiento que era tan básico y simple como fuerte y blando, predador y presa. Sí, estaba aterrorizada.

Pero también estaba esta corriente de algo vagamente familiar, ¿Lujuria? Tal vez.

Mis ojos se clavaron en su rostro. Había fantaseado con chicos, soñado con ellos tocándome.

Estaba hambrienta por sus ojos sobre mi piel desnuda. Imaginé su suave boca en mis pechos. Y ahora ella  estaba aquí, tocándome. No era nada como lo había imaginado.

Era diferente a cualquier fantasía que jamás hubiera tenido, incluso las más morbosas. Pero lo que en verdad anhelaba era que esa persona me tocara con delicadeza y cuidado. Lo había visto en la gran pantalla de mi cabeza.

Es el siglo dieciocho y estoy parada en un callejón, un hombre guapo, y incuestionablemente malvado estaba entre mis piernas. Soy una ramera y él es solo otro cliente. Siento lo peligroso que es, un depredador, pero me da un beso y no me importa nada, sus caricias son suaves y cuidadosas. Sé que hundirá sus colmillos en mi, pero me pongo a su merced con la esperanza de que mi muerte no será mi fin.

Esto no era nada como mis sueños. En un sueño no puedes sentir realmente. Cada toque está sujeto a tu imaginación, cómo crees que se siente un beso, ser follada o cómo se siente el miedo real. Si nunca lo has sentido realmente, entonces tu mente no puede recrearlo verdaderamente.

Yo sabía besar, tenia una idea de las caricias, pero me faltaba el conocimiento de la intención.

Cuando los hombres me tocaba, sabía que se detendría, y no llegarían tan lejos de tomar mi virginidad, por al contrario, sabía que Clarke lo haria. Las intenciones hicieron toda la diferencia.

Esto era real. Caricias reales, intimidación real, miedo verdadero. Ella me acarició el rostro, recorriendo sus dedos por el lóbulo de mi oreja, hacia abajo por mi garganta, la parte posterior de sus dedos frotaron a través de mi clavicula.

Mi respiración se quebró, fatigada. Esto estaba mal, y sin embargo, no se sentia asi.

Captive in his armsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora