Capítulo 1

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La habitación estaba a oscuras y en suma calma, o al menos eso parecía.

Dentro de ella; Amber Stone, de 19 años, intentaba encontrar una salida, y lo más importante; mantener la cordura.

La oscuridad era absoluta dentro del cubículo. Lo único que ella podía hacer; era palpar las paredes hasta encontrar un picaporte, una puerta, algo que le brindara el derecho de la libertad.

Amber solo quería salir de ese lugar lo antes posible, la claustrofobia comenzaba a hormiguear en su piel y su respiración se volvía corta y pesada. El oxígeno no llegaba bien a sus pulmones.

Quiso gritar para pedir ayuda, pero su garganta cerro paso a todo sonido, dejando escapar apenas un balbuceo inentendible.

Opto por quedarse quieta donde estaba, le daba la sensación de que todo el tiempo había estado caminando en círculos. No tenía rumbo fijo, su vista estaba opacada. Apoyo la espalda sobre la pared y se deslizo por esta, quedando sentada y dándole un descanso a sus piernas. Todo el rato había estado de pie.

No había notado lo caliente que estaba la pared hasta ese momento, un calor abrasador le recorrió la espalda y la nuca; pero no quemaba, todo lo contrario, eso le relajaba. Lo suficiente como para sentirse un poco más tranquila en ese extraño lugar.

Y cuando cerró sus ojos, sintió un fuerte tirón en los pies, la pared ya no estaba detrás de ella, el piso tampoco la sostenía. Solo podía sentir que su cuerpo caía a un gran vacío, y cuando pensó que un gran impacto le esperaba. Se despertó.

No había sido más que un simple sueño.

O una pesadilla.

El susto había sido tan real que le tomo un tiempo recordar que estaba en su habitación, acostada en su cama. Eran las 8 de la mañana cuando se fijó en el celular, en poco tiempo tendría que levantarse para hacer los quehaceres del hogar. Pensó por un momento, si se acostaba nuevamente, no se levantaría jamás. Mejor hacer las cosas bien desde un principio.

Con mucha fuerza de voluntad y el cabello rojizo enmarañado; salió de las sabanas que la tenían apresada debajo de la cama, una corriente fría le recorrió el cuerpo e hizo que la piel se le erizara. Era la ventana que había dejado abierta la noche anterior; pues cuando fue a acostarse, sentía mucho calor, por lo que decidió dejar un postigo abierto, para que el viento fresco circulara por la habitación.

Tiritando, se acercó para cerrarla y al ver a través de la misma, pudo ver el cielo encapotado en un agradable color grisáceo, con algunas manchas más oscuras en unos extremos, otras manchas un tanto más claras en el centro. Se avecinaba una tormenta.

Nunca le habían gustado los días nublados. De pequeña siempre que se aproximaba una tormenta ella corría a esconderse en el pecho de su madre buscando protección, quien le contaba una hermosa historia, sobre chicos con poderes, que podían controlar los elementos de la naturaleza. Para Amber ese siempre había sido un mundo por descubrir, nunca le habían gustado los típicos clichés sobre princesas con largas cabelleras encerradas en una torre que esperan un príncipe que las salve, o que te trajeran un zapato que habías perdido la noche que bailaste con él, o te despertaran de un sueño de muerte por morder una manzana envenenada. Su madre conocía a la perfección sus gustos literarios, y hacia lo posible por inventar las mejores historias para su pequeña hija pelirroja.

Su madre... Amber se preguntaba si algún día volvería a ver a esa mujer que le dio la vida, si vería de nuevo esos rizos rojos idénticos a los de ella, o sus grandes ojos celestes que brillaban como dos aguamarinas recién pulidas. Su madre había muerto en un accidente automovilístico hacía tres años y su padre, a él jamás le intereso Amber; por lo que ella le consideraba muerto.

Amber vivía sola, y estaba bastante a gusto con eso, la limpieza y el orden eran a su manera, la comida siempre la elegía ella, tras la muerte de su madre había tenido que aprender a ser independiente a la fuerza

Aunque a veces, solía sentirse sola. Extrañaba cuando la regañaban por almorzar en su habitación, o por no ordenar sus libros, u olvidar lavar su taza luego de merendar. Amber necesitaba un cambio y no se quedaría con ese pensamiento.

Su vecina le había recomendado hace poco viajar, le había dicho que ella era aún muy joven y tenía que aprovechar la vida al máximo. ¿Qué mejor que haciendo un viaje por Europa? Cambiar de aire, conocer nuevas personas, una caminata junto a la Torre Eiffel en Francia, una foto con la Torre Inclinada De Pizza en Italia, escuchar el Big Ben dar la hora en Inglaterra y por supuesto, conocer el lugar materno de la mejor mitología de todas, en Grecia.

Amber estaba decidida a viajar, en una semana saldría su vuelo a Francia, la ciudad del amor como suelen llamarle algunos, su primer destino.

Esperaba con ansias poder conocer a alguien, nunca había sido del todo social o popular, siempre le habían apodado como "La Pelirroja", suponía que era porque constantemente se olvidan su nombre. No era tan difícil, es como la piedra preciosa "Ámbar" pero con una "e" en lugar de una "a" en la segunda silaba. Quizás lo olvidaban porque la olvidaban a ella.

Su madre siempre le había dicho que ella era especial por más de que sintiese lo contrario; que tenía el cabello rojo como el fuego, y el fuego era uno de los cuatro elementos más importantes

Nadie puede agarrar el fuego, este se escapa, pero si puedes sentir su efecto si quieres tocarlo, una quemadura grave te advertirá que no debes molestarlo, solo limítate a mirarlo, puede ser hermoso de ver, pero jamás juegues con él o te lastimaras.

Amber jamás había entendido lo que quería decirle su madre, a veces pensaba que estaba loca por idolatrar tanto a algo tan simple como una llama de fuego. Dentro de todo era divertido pensar que algo tan común podía ser algo mágico, y es por ello que Amber nunca se quejaba de las historias de su madre, eran con amor y eso era lo que importaba.

Y ahora solo quedaba esperar una semana a que el viaje tan soñado llegara.

El cual, podía darle un giro completo a su vida,y hacer por fin que entendiera, porque su madre insistía en idolatrar tanto aalgo tan simple, como una pequeña llama de fuego.



Creo que no hace falta explicar de que va la novela. Esta narrada de forma diferente a mis dos novelas anteriores (que si por esas casualidades no las leyeron se las super recomiendo. Estan bien chidas :D) No se cuando volvere a publicar. Pero sera antes de un mes. Tengan eso por seguro :D 

El Último SímboloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora