Capítulo 42

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Blake despertó sobresaltado, cuando escucho el fuerte sonido de un cristal quebrándose.

Durante un segundo sintió un escalofrió recorriéndole todo el cuerpo, pensó que podía ser nuevamente la oscuridad otra vez; que venía en busca de su presa. Pero en su habitación, todo estaba en completa calma. Si algo había sucedido, entonces había sido fuera.

Se puso una sudadera sobre el piyama y abrió la puerta con cautela. Efectivamente, algo había sucedido y había gente en la cocina, las luces estaban encendidas.

Se asomó a las escaleras y comenzó a bajar con precaución. Intentando balancear el peso del cuerpo de forma equitativa para no hacer ruido, agradeció en ese entonces llevar puestas sus pantuflas de conejito, que tenían suela de goma y no causaban tanto sonido al caminar.

Al llegar a la cocina no había nadie. Pero la ventana estaba rota y la puerta del jardín abierta, o más bien reventada. Salió al patio y pudo ver a dos chicas; eran Dafne y Brooke. Y por lo que podía verse, Dafne intentaba estrangular a Brooke con una rama.

-¿Chicas?- Preguntó Blake, siendo consciente de su error demasiado tarde. Tenía todo servido en bandeja para un ataque sorpresa por la espalda a Dafne, pero tuvo que abrir la bocota.

En lugar de ayudar a Brooke, solo salió perjudicado él, Dafne giro sobre sí misma y con la mano que tenía libre hizo que las rocas salieran de la tierra y golpearan bruscamente a Blake, que estaba con la guardia baja y algo adormilado. Fue tan grande el impacto que salió volando y dio de espaldas contra la ventana de la habitación de Riven, haciendo estallar el vidrio y cayendo de trasero junto al ropero del joven.

Riven dio un salto por el susto y abrió los ojos de par en par, A Blake le pareció por un segundo haberlos visto de un durado brillante. También cabía la posibilidad de que estuviese alucinando por el fuerte golpe que acababa de recibir.

-¿Blake?- Preguntó Riven confundido -¿Qué ha pasado?-

-No tenemos tiempo- Dijo el pequeño arrastrando a Riven hasta lo que quedaba de la ventana- Dafne se ha vuelto loca y quiere matar a Brooke.

Riven se puso pálido.

-¡Dafne!- Grito Riven exaltado.

Genial, otro idiota que no aprovechaba el factor sorpresa.

Pero esta vez, no iban a atacar a Blake; no ahora que tenía todos sus sentidos alerta.

Invocó una fuerte ráfaga de viento y se la lanzó a Dafne, la castaña dio un gruñido y fue a poner su atención en ellos dos. Estaba todo tan oscuro que apenas podían ver.

La rama que tenía aprisionado el cuello de Brooke, cayó al piso sin más. Y la joven, ya inconsciente, cayó de espaldas en la piscina.

Blake rogó que eso la ayudara, Brooke era el agua, y era la única que podía sanar con su símbolo. Esperaba que eso fuese suficiente.

Escuchó en el piso de arriba a Amber gritar, y cuando salió volando por la ventana rota se cruzó con Elijah que bajaba desde su habitación formando un camino de hielo y deslizándose por el mismo.

Cuando se acercó un poco más a Dafne, pudo ver que sus ojos estaban completamente negros, al igual que las yemas de sus dedos. Dafne estaba siendo poseída por la oscuridad, y la estaban manejando a su gusto. Y quizás esa fuera la razón por la que ella había estado actuando tan extraña en los últimos días.

Elijah lanzó estalactitas en contra de Dafne y ella se cubrió con ramas que brotaron del suelo para protegerla, eso bastó para que Blake dejara sus suposiciones de lado y se concentrara en la batalla.

-¡Está poseída!- Gritó lo suficientemente alto como para que Riven y Elijah escucharan.

Blake sabía que tendrían que improvisar. Se preguntó dónde diablos se habían metido Aurora y Amber que aún no habían salido de la casa. Sabía que Amber había despertado porque la había escuchado gritar, pero Aurora no había dado señal alguna. Con todo el ruido que habían hecho era imposible que siguiera durmiendo.

Se obligó a sí mismo a dejar de pensar en eso y centrarse en la batalla. Dafne siendo controlada por la oscuridad resultaba ser extraordinariamente fuerte, o quizás lo fuera por sí misma, solo que aún no lo sabía. De todos modos, era una pelea de vida o muerte, y todos estaban en piyamas.

Blake pensaba atacar desde el aire, Dafne controlaba la tierra, asique sería más débil si él se limitaba a volar. Elijah creaba sus caminos de hielo y atacaba también desde arriba, él único que iba corriendo por tierra era Riven. Quien lanzó un rayo en contra de Dafne, al mismo momento en el que ella abría una grieta bajo sus pies y lo obligaba a caer.

Elijah comenzó a arrojar hielo en la grieta, para que Dafne no pudiese cerrarla y así evitar que Riven muriese aplastado entre los muros. Pero a pesar de que podían ganar algo de tiempo, eso no resultaría. El hielo que Elijah se esforzaba en mantener firme comenzaba a quebrarse y los trozos caían peligrosamente hacia abajo. La tierra comenzó a sacudirse hasta cerrarse. Cuando un rayo abrió paso y recogió a Riven para dejarlo nuevamente en el jardín.

Blake aprovecho el desconcierto de Dafne y comenzó a crear un tornado con sus manos, que con mucha fuerza logro enviar el vértice a donde estaba Dafne. Ella hizo crecer un muro frente a ella de roca. Pero el tornado de Blake era más fuerte, tanto que el muro no pudo proteger a Dafne, ella retrocedió y fue a caer a la piscina. Elijah se acercó y trato de congelar el agua de la piscina para aprisionar a Dafne, pero el tornado de Blake comenzó a ganar altura y los vientos eran muy fuertes, tanto que rompieron los caminos de hielo de Elijah y lo hicieron caer al piso sin más remedio. El joven aterrizo con las manos y por poco no se quebró ambas muñecas.

Riven corrió hasta Elijah y le ayudó a ponerse de pie.

-¿Estás loco?- Preguntó el rubio exaltado -¡Tu hermana está allí dentro inconsciente! ¡Pudiste haberla matado!

-Elijah se tocó la cabeza y sintió un líquido caliente y viscoso caer por su frente, se miró los dedos y estaban manchados en sangre.

-¡Blake detenlo!- Gritó Riven.

El pequeño logró controlar su tornado hasta convertirlo en una simple brisa. Vio a Dafne salir del agua y tuvo intenciones de volver a atacarla. Pero entonces ella puso sus ojos negros como la noche en la casa. Una sonrisa malévola se formó en sus labios.

Blake se dio vuelta de a poco, y vio como las ramas y lianas comenzaban a pegarse a la casa y bloquear todas sus salidas, parecía cuando la araña atrapa entre su tela a las moscas para luego devorarlas.

Blake entendió porque las chicas no habían salido aun. Estaban allí dentro.

-¡Aurora!- Gritó desesperado. Quién sabe si Dafne las intentaba estrangular también a ellas como había hecho con Brooke, o si había puesto plantas venenosas y carnívoras, después de todo, ella controlaba la flora.

Sintió que su corazón comenzaba palpitar más lentamente, y su vista comenzó a nublarse. Sabía que el miedo estaba ganando la batalla y eso lo hacía un blanco fácil.

Los dedos le ardían y su respiración era pesada. Comenzó a marearse y sentía que sus pesadillas cobraban vida e intentaban llevárselo con él a un pozo tortuoso. De pronto su vista se vio opacada por el color negro y perdió conocimiento de todo a su alrededor.

Solo esperaba que Aurora no estuviese muerta. 

El Último SímboloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora